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Derechos Humanos
por Dr. Francisco Gallinal
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El Parlamento está por aprobar la creación de un Instituto Nacional que vele por la vigencia de los derechos humanos en toda su extensión. De la misma manera en que las libertades nunca están definitivamente conquistadas, tampoco está asegurada la defensa permanente de los derechos humanos, y consideramos fundamental cada nuevo elemento, cada nuevo ingrediente que se pueda sumar para luchar contra la injusticia. En consecuencia, en todos los casos estamos dispuestos a ayudar en la elaboración de estos instrumentos que, seguramente, van a tener una vida fecunda y muy activa en el cumplimiento de los objetivos que se determinan a través del proyecto de ley.
Claro, todos debemos estar absolutamente convencidos de que la gran tarea en defensa de los derechos humanos es realizada por el Estado, por sus instituciones y Poderes: el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial, cada uno en el cabal cumplimiento de sus responsabilidades y de sus funciones. El Poder Legislativo puede desarrollar su acción a través de la creación de leyes o de la responsabilidad de contralor de la acción del Poder Ejecutivo. Por su parte, éste, a través de sus distintos Ministerios, porque los derechos humanos no suponen solamente la defensa de la vida y la lucha contra la tortura, el secuestro, sino también velar por la educación de los niños, por la salud de la población y por la mejora de su calidad de vida–, deberá ayudar en esta tarea.
Lo mismo podríamos decir de la acción que desarrolla el Poder Judicial en todo lo que tiene que ver con el cumplimiento de las leyes y con dictar justicia en todos los casos en que su participación sea requerida. En suma, las tareas desarrolladas por estos tres Poderes son absolutamente insustituibles. Nadie está pensando que en el día de mañana haya que sustituir a uno u otro Poder para poder defender efectivamente los derechos humanos en un país, especialmente en el nuestro, sino que simplemente se considera que la existencia de una institución ajena a los Poderes, está necesariamente involucrada en uno de ellos, porque en la Constitución no hay margen para otro mecanismo.
El Instituto, salvando algunas diferencias, es una suerte de Comisionado Parlamentario en materia de derechos humanos. Así como hoy existe un Comisionado Parlamentario en el tema carcelario, cuya tarea o responsabilidad primera es, precisamente, velar por la defensa de los derechos humanos de quienes están privados de su libertad, nosotros estamos creando un Comisionado Parlamentario que estará presidido por un organismo colegiado y que tendrá responsabilidades con características más o menos similares –quizás un poco más exigentes–, pero no ya referidas exclusivamente a los derechos humanos de quienes están privados de su libertad, sino a los de todos y cada uno de quienes habitan el territorio nacional. Esa es, en consecuencia, la dimensión enorme que adquiere la creación de esta Institución.
Nuestro voto como Partido responde a la historia de nuestra colectividad que, desde el día mismo de su creación hasta hoy, ha ejercido una tarea permanente en la defensa y reivindicación de las libertades públicas, en la búsqueda de la profundización de la democracia y, muy especialmente, en la defensa de los derechos humanos en todas sus formas. Cada tiempo aparece una nueva forma de violentar los derechos y en cada tiempo esas nuevas formas nos muestran que tiene un alcance cada vez más grande. En consecuencia, todo lo que signifique fortalecer los sistemas institucionales para protegerse, precaver y condenar la violación de los derechos humanos, nunca va a estar de más.
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