" Haz de Internet una gran plataforma de comunicación, no la conviertas en una cloaca de maldad" preHacker.Hacker Digital.
Año I - Nº 52 - Uruguay, 14 de noviembre del 2003

Convenios y Derechos
Ojos Uruguayos en el Brasil
Paseando por las neuronas de los recuerdos
La Cruz de Sal
Hurgando en la Web
Conchillas
Se realizan 33000 abortos voluntarios al año
El avance de la sociedad de la información es sólo para unos pocos
Primero de Noviembre en España
El Interior También Existe
Rincón de Sentimientos
Olvidémonos de las Pálidas
Correo de Lectores
El Marinero
Poesía
 
 
 
 
 

 

 

El avance de la sociedad de la información es sólo para unos pocos
Por Alfredo López Períes

La información desborda en forma permanente a Internet, un sistema de comunicación y documentación que nació en los Estados Unidos en 1962 con fines defensivos, pero que tuvo una expansión impresionante en tiempos muy recientes en los más diferentes ámbitos de la actividad humana.

El volumen de datos generado el año pasado en la denominada «red de redes» equivalió a medio millón de nuevas bibliotecas, cada una del tamaño de la que funciona en el Congreso norteamericano, en Washington.

Los más diversos tópicos están aquí presentes muchos de los cuales nada tienen que ver con el objetivo de contar con un mecanismo idóneo para el conocimiento entre los pueblos, la educación, la investigación y el entretenimiento.

Un experto indicó días atrás que «la telaraña de la información se hace cada vez más tupida», pero como en el caso de tantos otros adelantos de la humanidad Internet llega a una mínima parte de la población humana.

Millones de personas que nunca han realizado una comunicación telefónica, que son analfabetos, que mueren muy jóvenes (o la nacer) por enfermedades evitables y que, si pudieran elegir, preferirían disponer de un tanque con agua potable, un plato de comida o un medicamento para curar a sus hijos antes que incursionar en la explosión de las comunicaciones.

El desarrollo tecnológico tiene una relación estrecha con la evolución de Internet y recientes estudios indican que la nueva información almacenada en soportes como papel, películas, medios ópticos y magnéticos alcanzó a cinco exabytes, que representan cinco millones de terabytes, algo difícil de representar en términos físicos.

Aunque el 92% de la información se almacenó en soportes magnéticos, sobre todo en discos duros, el uso del papel creció en un 36% en el último trienio. La mitad de todo este papel (que algunos agoreros pronosticaron que desaparecería por la irrupción de la computación) en utiliza en fotocopiadoras e impresoras. En 2002, la difusión de información pro cualquiera de los medios habituales, es decir telefonía, televisión, radio e Internet, multiplicó su volumen por 3,5 respecto de la que se encontraba almacenada en cualquier soporte.

Pero el desarrollo tecnológico también tiene en cuenta a accesorios tan comunes en una vivienda como los enchufes que conectan a la red de electricidad. Miguel Fernando Bataller, profesor de Comunicaciones de la Universidad Politécnica de Valencia, pronosticó que en poco tiempo más se podrá acceder a Internet a través de esas conexiones, una experiencia que ya resulto exitosa en España y Alemania.

La geografía de Internet

En la actualidad, cerca de 600 millones de personas tienen acceso a Internet es decir que los privilegiados, que pueden consultar miles de páginas, son una minoría en el mundo.

El destacado pensador argentino Mario Bunge, doctor en ciencias físico-matemáticas, quien expulsado por la dictadura militar instaurada en 1966 vive en Canadá, calcula que sólo una séptima parte de la humanidad tiene acceso a las nuevas tecnologías de la información.

«La cantidad de información accesible es mucho mayor y la velocidad con que se la puede conseguir ha aumentado enormemente», reflexionó Bunge en una entrevista, pero advirtió que «necesitamos más tiempo para reflexionar y menos para buscar información».

Respecto de la denominada «sociedad de las imágenes», Bunge fue muy crítico en cuanto a quienes sostienen que, principalmente la televisión, cubre las necesidades de la gente en materia noticiosa y formativa.

«La imagen, demasiado rápida, reemplaza al pensamiento, y aunque se dice que una imagen vale por mil palabras, queda muy poco de ella, se la olvida con facilidad. La imagen no tiene contenido conceptual», apuntó.

«La mayor parte del mundo está oculta a la vista, hay que conseguirla, hay que imaginarla, hay que conjeturarla. Y la imagen nos restringe las apariencias. La palabra (en cambio) puede trasmitir conceptos, algo que la imagen no puede.

Y solamente con conceptos se accede a la invisible, que es la mayor parte del universo».