Se acerca Nochebuena y Navidad

En todas partes se preparan manteles, mientras resuenan villancicos y canciones que se escuchan desde siempre.

En estos días andamos medio raros, incluso algo propensos a la melancolía.

La mente dispara hacia el pasado, hacia los nidos de antaño, aunque en ellos ya no haya pajarillos.

Y repasamos lo vivido, lo que hemos pasado, horas que han fugado veloces y horas que han sido pesadas y lentas. Así, el corazón late entre sentimientos encontrados. Es natural,

Pensamos en nuestras cosas tristes, y en nuestras alegrías inmensas haciéndonos sentir los más débiles y los más fuertes a una misma vez.

Pero nos acercamos a Nochebuena, y debemos recibirla y sentirla&cómo?

Con el alma reluciente, con nuestra mejor sonrisa, procurando sentirnos mejor, mirándonos a nosotros mismos pero también a quienes nos rodean, dispuestos a soñar y echar a volar las esperanzas.

Por eso, vestidos con el fulgurante ropaje del amor, besaremos mejillas queridas y recibiremos besos de ellas. El nacimiento de Jesús y todo lo hermoso que ello implica, nos hace pensar en un viva por la vida, un viva por la esperanza&milagros del amor, milagros de la vida..

Por eso en estas fiestas navideñas miremos dentro de nosotros mismos procurando encontrar ese rayo de luz que permite retemplar el corazón pese a todos los sinsabores que tengamos.

Esa luz divina nos acerca y nos une a quienes amamos, para intentar y lograr que no se nos escape ni un segundo de alegría y felicidad..

Escuchemos las voces que hemos dejado de escuchar, sintiendo íntimamente a quienes ya no están, de esa manera nos sentiremos reconfortados, sabiendo que en nosotros y por nosotros su recuerdo continúa vivo en nuestros corazones.

Todo esto para decirles que es momento de felicidad. La mesa se agranda, los sueños se van concretando, la paz dice presente y el amor es dueño de la noche.

Como en una gigante poesía, sintamos el ruiseñor anunciando con trinos el nacimiento de Jesús y augurando mil felicidades para esta nuestra mesa y todas las mesas del mundo.

Ruben López Arce