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Año V Nro. 350 - Uruguay, 07 de agosto del 2009
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Me imagino como estarán los verdaderos marxistas. O cómo se sentirá esa izquierda que reclama para sí la continuidad del socialismo mediante la implantación de la dictadura del proletariado. El Presidente Morales ha pedido a sus compañeros en el Chapare que le digan “qué hacer si la derecha pinochetista y la derecha fascista retoman el gobierno en Chile y la Argentina”. ¿Qué hacer? Desde el punto de vista marxista-leninista que dice usted ser, esa pregunta tiene una vieja respuesta, señor Morales. La revolución permanente. Y con ella la exportación de la lucha revolucionaria para enfrentar a esos gobiernos, es decir usted debería saber que sería su obligación, actuar como lo hizo Cuba, en el decenio del setenta y ochenta del siglo pasado. Usted tendría que enviar tropas o guerrillas, para acabar con esa derecha a la que hace referencia. ¿Sería capaz? En todo caso esa sería su obligación como marxista-leninista-socialista y comunista. ¿Sus allegados colaboradores, de barba y bigote no le explicaron eso? ¿Los socialistas venezolanos que le asesoran, no le contaron esa parte de la ideología marxista? ¡Ah seguro que no!. Eso se callaron. ¿Sabe porqué? Porque lo usan a usted como payaso en circo prestado. Le hacen hablar lo que no entiende, pero que igual repite. Y cuando usted lo dice le brillan los ojos. Siente que es un Fidelito en esta parte del mundo. ¿Qué fácil es hablar no? Y claro, la respuesta de la socialista chilena, Bachelet y la neopopulista Fernández no se dejó esperar. Le recordaron a usted, que ellos no son marxistas ni nada por el estilo. Son Presidentes democráticos y representan, transitoriamente, a sus pueblos. No se sienten, como usted, propietario del poder para 500 años. Ellos saben que pueden ser relevados, porque así es la democracia. Usted que piensa quedarse en la silla 500 años, por supuesto, tiene que sentirse preocupado. Y para no perder la costumbre, señor Morales, de una banda pasa a la otra, sin el menor rubor. Les pide disculpas, “humildemente” por haber preguntado a sus bases, ¿que hacer si la derecha neoliberal vuelve? Porque le recordaron que si el pueblo chileno o argentino decide eso con su voto en las urnas, tendrá usted que saber que esa decisión no se discute. Y que si a usted tales probables sucesos le disgustan, tendrá que hacer lo que hace el Presidente Uribe, ahora, con usted y el señor Chávez: ¡soportar! Pero yo creo que el miedo o el terror que le da a usted pensar que el neoliberalismo retorne, es porque; primero, eso significa, el fracaso del neopopulismo y de ese curioso socialismo al que se plegaron; segundo, porque todo el desastre que ocasionaron en el ámbito de lo económico, social y político, tendrá necesariamente una responsabilidad penal; tercero, porque el escarmiento será de tal magnitud en las capas populares que apostaron por este modelo que difícilmente aceptarán volver a probar la receta. Pero, lo peor de todo esto, señor Morales, es que usted es el primer presidente de Bolivia que le pide a Chile con humildad, disculpas. Mejor muestra de sumisión al enemigo histórico de Bolivia no hubo ni creo habrá. Usted es un cipayo sin retorno. Y le aseguro que los aymaras no son sumisos, ni humildes, y menos cipayos de los chilenos. Usted ha traicionado a los suyos. Y esta conducta tiene que pagarla con el voto del pueblo. Porque no solo se trata del posible retorno del pinochetismo sino de la entrega que quiere hacer de las aguas del Silala, con un acuerdo antinacional, de similares características al acuerdo que determinó nuestro enclaustramiento marítimo. Paradójicamente para que ese pinochetismo al que usted se refiere sea el beneficiario de esas aguas. ¿No dijo usted, en octubre del 2003, que si se vendía gas a Chile el gobierno de entonces debería renunciar?, ¿no mandó usted a gritar en la ciudad de El Alto: gas ni a Chile ni por Chile? ¿No ha dispuesto que en la constitución masista se declare como traición a la patria la enajenación de los recursos naturales? Todo eso fue pura paja. Como lo viene siendo su gobierno. Por eso, por la demagogia, la traición y la protección al narcotráfico, que le ha caracterizado hay que decirle: ¡Basta! Fuente: Hoy Bolivia
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