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Año V Nro. 350 - Uruguay, 07 de agosto del 2009
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Además del frío en Uruguay, lo cierto es la suba de tarifas, dos puñales que calan hondo en los que menos tienen. A los que en una lejana campaña el actual Presidente le dedicaba preocupación y prometía, si los votos le sentaban en el sillón, empeñarse en la búsqueda de soluciones para ellos. Las estadísticas revelan, que aquella preocupación del primer mandatario, no logró transformarse en realidades de mejoramiento para los que viven en barrios marginales. Las mayorías Parlamentarias del Frente Amplio tampoco estuvieron orientadas en ese sentido, solo se han preocupado de entronizarse en el poder. Es un estilo común de las fuerzas progresistas de Latinoamérica. Que usando los derechos democráticos, una vez en el poder, los adaptan con reformas a la Constitución para prolongar sus períodos de Gobierno, recortar derechos y uniformizar a la población hacia la decadencia. Hoy Honduras es una muestra de ello, Venezuela va mucho más allá, con constante Nacionalización de empresas y para que no quepan dudas, la clausura de medios de comunicación de forma masiva en estos días. Los actúales menos pudientes, son en realidad los mismos porcentuales, que marcaban las estadísticas cuando el Dr. Tabaré Vázquez llegó a la primera magistratura. No es de extrañar, dado que tanto su Partido Político, como él mismo, llegaron sin una estrategia seria y mucho menos un Programa realista. En sus mentes solo acuñaban un sueño, en sus ideas solo una meta, esta era ganar las elecciones del 2004, para después dedicarse a zurcir sobre la marcha, como cuando se nos rompe una prenda y hay necesidad de seguir tirando. Así anduvo, pasaron los años y cuando unos números resultan buenos otros son aberraciones, producidas por el imperio, la oposición, la sequía, la dependencia petrolífera, Cristina que no nos quiere, o cualquier otro pretexto. Lo cierto es que con la Banda Presidencial, le dijo sí a su Ministro del Interior, para encausarse en una reconciliación con quienes habían cometido delitos. Sin estudios serios, con absoluta improvisación, las cárceles pudieron ser lavadas rápidamente y se volvieron a llenar, con una reincidencia mayor de los ex presidiarios, mayor a la media cuando se cumplen las penas. La razón que los empujó, es la simple ingenuidad de prematuros gobernantes, que pensaron arreglar todo con slogan y han producido un gran vacío, éste se trasmite en la ‘’apatía’’ de la propia militancia. Las políticas sociales del gobierno de Tabaré Vázquez, no fueron contundentes como el asistencialismo que ha generado el Presidente Venezolano, por la simple razón de no contar con petróleo. De haber sido así, hoy tendríamos en Uruguay cuadrillas de Legionarios como empleados públicos, para ser usados en todo tipo de militancia afín al Gobierno. La Ministra Arismendi hubiera podido hacer más caridad, pero ninguno de ellos, mucho menos el Presidente, habrían sido capaces de eliminar un barrio marginal, porque se alimentan con votos de ellos y vuelven a usarlos en la próxima campaña. No fueron sus políticas internas o externas las que produjeron un flujo de inversiones provenientes del exterior, como nunca en la historia se había visto, fueron producto de una coyuntura muy especial. No fue el Gobierno del Frente que forestó Uruguay, pero pudieron recoger los frutos que se tradujeron en trabajo e inversiones. Tampoco fueron causante de la corrida de capitales vecinos, pero se ha favorecido el País y el Gobierno alardea con números record, que más que sembrarlos, les ha llovido a pesar de todas las políticas preocupantes contra la propiedad privada que si vienen apuntalando desde las Cámaras de Legisladores. También son preocupantes las fortalezas que se están entregando a sus socios sindicalistas, que participan alegremente en el terreno político como pilar de sustento a la ideología de Gobierno. Cuando se destacan los logros del Gobierno de Tabaré Vázquez, se ocultan ex profesamente realidades. Así un día nos muestran el bajo índice de desempleo que se ha logrado por un período corto de tiempo, pero se omite decir que anualmente se van del país personas calificadas y Profesionales en una media del 2 % de la masa activa del País. También en grandes títulos los medios oficialistas destacan una recuperación del salario en el sector público, no tan alegre en el privado y negativo en una de las actividades líder de crecimiento de un País, como lo es la construcción. Cierto también es que desde el Gobierno y hasta el propio Presidente, han apoyado las actividades políticas del Partido, actividad expresamente vedada por la constitución. Han promocionado la junta de firmas para derogar la Ley de Caducidad, pero omiten hablar de la Ley que favoreció a los delincuentes políticos que atentaron contra la constitución en la década del 60 y principio del 70. Ese juego permanente de las izquierdas por tener liderazgo, movilización y que el aparato político tenga vida hoy se encuentra en un rincón sin salida, todo el sacrificio por juntar firmas, que deberá ser sometido al sufragio y de tener mayoría se eliminaría una Ley, que a su vez no existen mecanismos para derogarla, pondría entre rejas a los represores, pero el propio candidato de la izquierda anuncia que los mandará a sus casas al cumplir los ochenta años. Para que gastar tanta pólvora en chimangos, sería la pregunta. Lo cierto es no perder ritmo, estar vivos en el aparato y no muertos del frío con el Gobierno izquierdista. La peor sensación térmica la ha producido un trabajo realizado por la Universidad Católica a pedido de Uruguay al Futuro, - centro de análisis y propuestas- de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios (CNCS). Que desnuda una realidad muy cierta, que todos convivimos con ella o la apreciamos. Es el denominado trabajo informal, éste se ha desarrollado con mayor intensidad en el Gobierno del Presidente Vázquez. Los números son alarmantes y tenemos el record en América Latina, no es para menos, somos los Charrúas y siempre en algo nos debemos destacar. © Pedro A. Lemos para Informe Uruguay
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