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Año V Nro. 350 - Uruguay, 07 de agosto del 2009
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No hay motivos para que no se sepa la verdad y menos si la información que se niega hace a cuestiones vinculadas a la salud pública y de cada uno de los uruguayos en particular. Desde el MSP se afirmó esta semana que no se difundirá más la cantidad de fallecimientos que pudieran producirse por causa de la Gripe A. El argumento es una supuesta recomendación de la Organización Mundial de la Salud, que no dice lo que dicen que dice. Y no lo hace por la sencilla razón de que ese organismo internacional está para cooperar con los países pero no para suplir a sus autoridades legítimas, cosa que no podría sin quebrar nuestro régimen legal. Las instituciones de salud, públicas y privadas, reportan los casos de muertes confirmadas o sospechosas de ser causadas por la gripe A o por complicaciones de ésta. Es así que la información sobre las mismas está en poder del gobierno. La pregunta inmediata es cuál es la razón para que a esa información pueda acceder el Estado y no la sociedad. Esta pandemia causa preocupación en el mundo entero, pero no es ocultando las consecuencias fatales, que produce en muchos casos, que se ayuda a dominar o evitar la alarma y el miedo que estas enfermedades producen. Cuando algo se censura, eso sí preocupa. Desde hace días no se sabe nada ¿ha fallecido alguien, nadie? Lapidaron la realidad. Desde el MSP se dice que probablemente haya reportes "mensuales" sobre cómo está afectando el virus a los uruguayos. Lo único que se da como sustituto son declaraciones políticas de la ministra, quien suple la desinformación a la que tiene sometida a la ciudadanía con ironías y soberbia. Sólo los jerarcas del MSP tienen conocimiento de lo que pasa, quiénes fallecen y en dónde, si fallecen, pero el resto de los uruguayos no. ¿Por qué? ¿Por qué se oculta información? Sólo razones políticas pueden estar en esa decisión. Días pasados revelamos que la mortalidad por esta causa en Uruguay era muy superior a la de Argentina, México y EE.UU. por citar sólo algunos. Desde el FA se nos dijo que eso podía ser verdad, pero se preguntaban qué se ganaba con saberlo. La pregunta correcta sería al revés, ¿qué se gana escondiéndolo? Los uruguayos tienen derecho a estar informados sobre un tema que hace a su salud, pero además el gobierno no tiene derecho a la reserva de la misma, salvo cuando están en juego la seguridad o la defensa nacional. Notoriamente este no es el caso. Se le quiere bajar el perfil al impacto de la pandemia en Uruguay, sin embargo desde el propio ministerio mientras se niega información se publicita el dinero que se invierte en su contención, las camas que se habilitan, se anuncian decretos de postergación de operaciones no urgentes o se facilita la importación de respiradores para los CTI. Se insiste en que esta gripe es de un impacto menor al que tiene la "estacional" habitual en los inviernos, sin embargo esto no se lo cree nadie y por eso las medidas son excepcionales y no comunes. El gobierno no gana nada ocultando, genera más incertidumbre y eso sí, alarma. La información sobre salud es cosa muy seria y no puede quedar al arbitrio de decisiones partidarias. Si el gobierno no hubiera sido tan miope podría hoy haber tenido una política de Estado para enfrentar este mal, pero prefirió una política partidista. Optó, ahora, por aplicar aquello de "ojos que no ven corazón que no siente". Menosprecian a la gente y eso sí no lo tapa nadie. © Javier García para Informe Uruguay
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