|
Año V Nro. 342 - Uruguay, 12 de junio del 2009
|
|
Los uruguayos no se caracterizan por ser sumisos y acatar agachando la cabeza, mordiéndose la lengua y llorando en el ‘’cuartito’’. Hemos sido históricamente una colectividad muy diferenciada de nuestros vecinos Latinoamericanos. Los uruguayos no tenemos mayor semejanza con el pueblo venezolano, que ha preferido mantener como Presidente a un populista como Chávez. No nos embaucan los líderes de papel como Fujimori, Kirchner y tantos otros. Respetamos sí a grandes Presidentes, discrepamos o los aplaudimos. Pero por sobretodo los Presidentes nos respetaron y nos sentaron junto a su mesa en términos de igualdad, igualdad para con nosotros mismos en nuestra diferencia interna de opinión. El cierto y conocido hecho, ocurrido en la Residencia Presidencial de Olivos, del entonces Presidente Raúl Alfonsín, con todos los Representantes del espectro político cuando apoyó la reinstauración democrática, sin tomar preferencias por uno u otro, es lo valorable. El ejemplo simple y de contundente y la veracidad, es un claro estímulo para observar con repugnancia lo otro. Siempre hemos optado como colectividad democrática procurar el consenso, la negociación y nos revelamos sistemáticamente a la imposición, venga ésta de donde venga. Decididamente apoyamos la no injerencia o intervención. Hemos transcurrido en los últimos 30 años aboliendo una dictadura, eligiendo por cinco períodos consecutivos a Presidentes que tuvieron en sus manos los hilos conductores de la nación. De una u otra manera las cinco magistraturas presidenciales obtuvieron más del 50 %, y mucho más del 99 % la abolición de la triste dictadura, que como excepción democrática, confirma la regla: que primero que nada somos DEMOCRATAS. El Presidente para los uruguayos es el timonel, pone el rumbo y la ciudadanía desde el llano se arremanga y rema con fe, apoya o discrepa, PERO REMA. Así ha sucedido una y otra vez, así sucederá nuevamente éste año cuando se elija el sexto Presidente electo democráticamente, por la mayoría de los uruguayos. También el próximo primero de marzo del 2010 los uruguayos, nos sentiremos hermanados y remaremos con una fe renovada en el nuevo Presidente electo por mayoría. No será por cierto un Presidente ‘’impuesto’’ por minorías, todo lo contrario será apoyado por mayorías y respaldado por todos los ciudadanos aún en la discrepancia DE LA DIVISA. Tras de sí estará un Parlamento electo que le dará o no mayorías parlamentarias al Poder Ejecutivo, donde no deberá prevalecer la imposición, como en los últimos cuatro años; exigiendo consensos parlamentarios, para avanzar en las diferentes temáticas de Gobierno y legislativas. Cuando se produce la imposición de mayorías y no hay espacio para el consenso, nuestro parlamento, los parlamentos del mundo imponen una visión sesgada y favorecen a unos en perjuicio de los otros. Notable veracidad de estos últimos cuatro años. El Presidente, el Poder Ejecutivo y el Partido Político ha ejercido la cohesión mediante sus parlamentarios y comienza a sumergir el sentir democrático, aflorando el resentimiento que por imposición decapita a quienes no están de acuerdo, a quienes tienen capacidad de hacer o crear, pero no representan los intereses del gobierno, a quienes libremente generan a diario la diversidad económica, social y cultural del País. El primer escalón será a fines de junio, el consenso de los diversos grupos políticos elegirá a sus figuras, de ahí en más los postulan para ocupar el espacio de ser candidatos a Presidente. El Gran Escenario presenta dos opciones bien diferenciadas, contradictoriamente a lo que se sostuvo por muchas décadas, las opciones son ‘’Continuidad’’ o ‘’Oportunidad’’. La continuidad, aquel designio magnificado de maldad que se exhibió durante las últimas décadas anteriores al 2004, hoy es una de las alternativas que surgirá de las urnas frenteamplistas del último domingo de junio. La ‘’Oportunidad’’ de una nuevo rumbo, emanará de las urnas Nacionalistas el mismo domingo de fines de junio. Paradójicamente se enfrentan ‘’continuismo y oportunidad’’. Cambian los colores, cambian los escenarios, los nombres y los hombres, pero no por ello cambia la posibilidad de Candidatos a Presidentes para ejercer un gobierno de consenso por Candidatos a Presidentes para ejercer un gobierno de imposición. Aquella vieja continuidad, que no fue tal, hoy es sin lugar a dudas menos mala, que ésta nueva continuidad. Esta moderna continuidad de un Gobierno timoneado por José Mujica va a empantanar el sentir democrático, sino lo sumerge hasta que lleguen nuevos tiempos de abolición. Esto lo saben y mastican hasta los propios frentistas. La menos mala continuidad del sesenta o posterior al ochenta y cuatro, fue cuestionada por ésta nueva propuesta de continuidad, por el mal uso, abuso o desprotección. Montada hidalga en recetas internacionales de justicia, derechos y obligaciones. Pasó el tiempo y no ha podido demostrar ni nacionalmente y mucho menos internacionalmente, equilibrar la balanza de paz social, justicia social, crecimiento global y tantas otras. La paz social no existe dentro o fuera de fronteras, basta con recorrer los miles de informes diarios que se generan en el mundo o los cientos que se generan en Uruguay, que expresan que apostar a la nueva continuidad sería seguir perdiendo terreno. La justicia social a la que tanto espacio, tiempo y movilización, le dedicaron los actuales representantes del gobierno uruguayo, que con tanto triunfalismo exhiben en sus entrevistas, exposiciones o intervenciones, es una mentira que repitiéndola miles de veces, alguien podrá creer que es verdad, pero que los números y estadísticas no lo demuestran. El crecimiento global, dentro o fuera de fronteras es un escenario que no existe. Salvo en cine de ciencia ficción, nadie lo puede apreciar. Esta nueva continuidad, de manera simple culpa y le atribuye al imperio de ser el causante. De manera estúpida se lo atribuye al capitalismo, de manera ciega intenta hacer su verdad, imponiendo su pretendido idealismo de justicia, que después de cuatro años ha sido para los más un gobierno de injusticias. Los ‘’anti progresistas’’ en el actual Gobierno o aspirantes a ocupar futuros cargos de gobierno, responsables directos de la gran fractura, ventajeros directos en los tiempos de vieja continuidad, hoy enarbolan banderas para la nueva continuidad. Como antes y sin prejuicios, como seres libres, que están en su derecho, pero como modelos, de lo que no deben aspirar las nuevas generaciones. ¿Qué padre aspira a que sus hijos reciban la imposición del estado, la exigencia del gobierno de turno, la manipulación del poder central? O cuantos están dispuestos a sumarse al continuo ascenso de fracturación de la sociedad, continuar incrementando el libertinaje y sumirse día a día en la inseguridad. Las internas le darán nombre y apellido, usted sabrá si apuesta posteriormente a la nueva continuidad en octubre y timbear su suerte o se arremangará para enfrentar con esperanza la nueva oportunidad. No es una simple apuesta donde se elije un número o nombre al azar. Es un acto que merece ser detenidamente meditado, es más, habría que buscar todo el asesoramiento científico, técnico y hasta religioso disponible, para tomar una decisión. ¿Qué padre o madre quiere que sus hijos sean desprolijos? ¿Qué hombre o mujer acepta la desprolijidad de su pareja? ¿Qué individuo responsable puede apostar a otro gobierno desprolijo? Interpretación que va mucho más allá de la vestimenta o el tatuaje, el corte de pelo o la amistad. De la foto en la ducha o de la amenaza de que las puertas del partido socialista, están cerradas para un aspirante a candidato a la Presidencia. Que uruguayo acepta con dignidad que una dama, Ministra además y del Ministerio Político diga o escriba en la prensa, tan inmensurable o calificable desprolijidad. La desprolijidad que se ofrece va a afectar directamente la felicidad o de vivir la vida con normalidad democrática, exenta de prepotencia ideológica. Sabemos que para enfrentar la vida civilizadamente, debemos ajustarnos a nuestros derechos y obligaciones, pero el desprolijo asume que tiene derecho a obrar de acuerdo a su doctrina y pensamiento. Así nos fue en aquellos tiempos que los actuales desprolijos, se sintieron iluminados, como hoy se siente la Ministra. No nos va a ir tan mal en estos tiempos venideros, porque los iluminados no son los Presidenciables, sino quienes elijarán al futuro Presidente. Este no será el Líder de los desprolijos, ni mucho menos los ‘’anti progresistas’’. Porque los Progresistas generan trabajo y con él riqueza, los anti progresistas derrochan los esfuerzos de otros, repartiendo migas y llenado su panza. Más allá de que en su tiempo libre tengan preferencias sexuales no convencionales, se tomen unas en la barra y bailen con o en, FUN FUN. Los Progresistas como el Dr. Raúl Alfonsín podrán equivocarse, pero jamás fueron desprolijos. Quien prefiera un mundo desprolijo, ya sabe a quién votar. © Pedro A. Lemos para Informe Uruguay
|
|
Los enlaces externos son válidos en el momento de su publicación, aunque muchos suelen desaparecer.
Los enlaces internos de Informe Uruguay siempre serán válidos. |
Estadisticas Gratis | ||