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La Coronilla:
Un sueño de verano
por Julio Dornel
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Difícil describir en una nota periodística los cambios experimentados por este balneario para revertir la imagen negativa que había ofrecido durante muchos, tras haber sido uno de los centros turísticos más importantes del departamento.
Sin embargo cuando todo parecía posible y el balneario disfrutaba de la mejor temporada de las últimas décadas generado gran expectativa entre sus habitantes, operadores y las autoridades municipales se vinieron en pocas horas más de 300 milímetros de agua, que cayeron como una bendición en la campaña y como una maldición del propio ing. Andreoli para la primer Playa Certificada de nuestro país.
Durante muchos años las fuerzas vivas del balneario, la Intendencia Municipal y el Ministerio de Turismo trabajaron activamente para cambiar la imagen y lograr su recuperación en beneficio del turismo departamental.
Castigada permanentemente por los desagües del Canal Andreoli en el atlántico, este balneario había perdido su condición de “complejo hotelero” que ostentaba con orgullo desde 1960.
Sin embargo el esfuerzo y la perseverancia de sus habitantes durante muchos años habían logrado el milagro de su recuperación integrándose nuevamente a la cadena de playas atlánticas del departamento.
Cabe destacar que también ha sido fundamental el apoyo ofrecido por algunos organismos oficiales y la Intendencia departamental complementando las bellezas naturales del área con los servicios que requiere el turismo.
Es indudable que el esfuerzo de la actividad privada y de algunos organismos oficiales se habían complementado, imponiendo una nueva conciencia turística que pretendía aprovechar al máximo la corriente turística que pasa anualmente por el balneario.
Daniel Pastorino: “Los hoteles están vacíos”
Para el integrante de la Comisión de Turismo y operador local Daniel Pastorino las “lluvias caídas superaron las previsiones y si bien existían válvulas de escape los 300 milímetros de agua fueron incontenibles perjudicando una temporada muy buena, vaciando los restaurantes y hoteles del balneario. De todas maneras seguiremos luchando para revertir esta situación, agilizando las obras que se encuentran muy atrasadas y corrigiendo errores de la consultora. Cabe señalar que se ha perdido mucho tiempo en estudios, modificaciones y trámites burocráticos”.
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Analizando las perspectivas turísticas de febrero Pastorino manifestó que en los últimos días se nota un bajón importante en la afluencia de agua, lo que permitía que las máquinas de Coopar controlaran el agua que llega a la playa. “Aunque mejoren las condiciones el daño causado es irreversible si tenemos en cuenta que los turistas ya se fueron y el panorama se presenta muy difícil para continuar abierto. Se trata de una situación lamentable puesto que se había logrado la certificación de la playa mediante la instalación de agua potable, luz eléctrica, servicios telefónicos, baños, buena iluminación callejera y los análisis de calidad de las aguas que son lo más importante. No tenemos ninguna duda de que el problema de La Coronilla está radicado en el canal y si estas obras se realizan en tiempo y forma el balneario volverá nuevamente recuperar su condición de playa certificada”.
Por su parte el Intendente Artigas Barrios que visitara la zona en las últimas horas señaló que se debe esperar que bajen las aguas para comenzar a trabajar, aunque es evidente que existe un atraso importante en la regulación hídrica. “Queríamos escuchar a los técnicos y tener una idea del agua que está llegando al balneario por el canal, aunque pensamos que esta situación se mantendrá por algunos días ante lo cual hemos acordado con Coopar que una vez que se den las condiciones comenzaremos un trabajo conjunto para detener el agua. La presencia del Ministro y los técnicos de su cartera están avalando la voluntad del gobierno para solucionar lo antes posible la regulación hídrica. Otra cosa que debemos considerar-dijo el Intendente- es que el gobierno con muy buen criterio retomó el proyecto que recibió de su antecesor, sin llamar nuevamente a otra consultora. Sin embargo un desagüe importante en la llamada Cañada de Cabrera por un error del proyecto inicial que debía llegar a los cuatro metros se encontraron que al llegar al metro y medio existía roca granítica por lo cual se debió llamar nuevamente a la consultora y pedirle que modificara el proyecto”.
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