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No tienen vergüenza
por Gustavo Penadés
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En estos días el Frente trata de modificar las reglas que usará la Corte Electoral para la verificación de las firmas para anular la Ley de Caducidad.
Hasta ahora estábamos acostumbrados a expresiones como las de un importante dirigente sindical que decía, hace unos días: "Hay que tener cuidado con la Corte Electoral". Se podría suponer que en la mente de los impulsores del plebiscito el cuestionamiento de la Corte Electoral es una manera de presionarla y, por las dudas de que las firmas no sean suficientes, ir abriendo el paraguas. Más, lo del Frente Amplio es increíble, porque es nada menos que cambiar las reglas para de esa manera asegurarse un resultado.
Las normas que regulan los plebiscitos no fueron establecidas para esta ocasión. Son las mismas que sirvieron para convocar a las dos consultas de 1989, a la del Agua, a la que pretendía un porcentaje fijo del Presupuesto para la Educación, etc.
Las dos actitudes que reseñamos constituyen un enorme agravio para los miembros de la Corte, para sus funcionarios pero, por sobre todo, son un feroz ataque contra las instituciones democráticas. Un extranjero que observara lo que por aquí acontece, se asombraría ante la agresión no ya de un grupo de personas, sino de un partido político al máximo órgano en materia electoral. Se asombraría más, cuando esos ataques parten del partido político que está en el gobierno y, más aún, cuando ese órgano -que hoy se vitupera- es el mismo que "garantizó" su ascenso al poder.
Si el Frente y sus agentes multiplicadores descalifican a la Corte Electoral de esa forma: ¿qué pueden pensar los ciudadanos que no están empapados en estos temas? ¿Que estamos ante situaciones como las que suceden en Venezuela, o Argentina, en las que el patrón de turno cambia las reglas según le sirva?
La situación es escandalosa por la mala fe que denota. El Frente Amplio sabe muy bien que los funcionarios de la Corte Electoral que son quienes realizan el trabajo y que son honestos. Pero -esto seguramente la mayoría de los ciudadanos lo desconoce- que además de ser honestos, los funcionarios de la Corte trabajan identificados en un proceso que conlleva un sistema de controles recíprocos que otorga las máximas garantías.
Esa misma Corte y esos mismos funcionarios serán los responsables de las elecciones internas y nacionales. ¿Se desconfía de ellos también para esas instancias? Hasta ahora no escuchamos a ningún candidato del Frente Amplio que "alerte" o convoque a "vigilar".
Tampoco escuchamos a los integrantes del sindicato de funcionarios de la Corte Electoral denunciar ningún tipo de violación de las normas, ni tampoco irregularidad alguna en las intervenciones que a lo largo de los años lleva organizando la Corte. Muchas veces han planteado en el Parlamento cuestionamientos en cuanto a la Corte Electoral considerada patronal, pero nunca en cuanto al cumplimiento de sus atribuciones.
Lo que está haciendo el Frente es lamentable y sin antecedentes. O, sí los hay. Para encontrarlos hay que remontarse a fines del siglo XIX y principios del XX. Fueron los años en los que el Partido Nacional luchó por los derechos civiles. Y, paradojalmente, ese ciclo de luchas podemos afirmar que se cerró en 1925, justamente con la creación de la Corte Electoral.
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