El silencio de Vázquez y la trujilladora de Mujica
por Oscar Almada
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A su regreso de uno de sus viajes, que ahora, en la etapa final de su mandato, han proliferado, el Presidente Vázquez, cuyo protagonismo político lógicamente había descendido a beneficio de quienes realizan campaña electoral, entendió pertinente comentar la presentación de las firmas en pro del absurdo plebiscito que se pretende contra la ley de caducidad.
Es así que el presidente según transcribe entre comillas un diario capitalino, expresó: “En lo personal considero que el pueblo uruguayo no se merece tener una ley de impunidad como la que tenemos. Estoy absolutamente en contra de ella. A la ley de caducidad la considero absolutamente inconstitucional. Espero fervientemente como ciudadano uruguayo que el pueblo anule esta ley”
A pesar de su resonante expresión: “todo dentro de la Constitución, nada fuera de ella”, el presidente ha violado reiteradamente las normas de la Carta Magna, según hemos denunciado y comprobado desde estas páginas. La reciente declaración que comentamos es otra violación, aunque la haya hecho ya prácticamente vencido el plazo para la presentación de firmas. Cuando llegue el momento de votar, si es que se perpetra el llamado a plebiscito, Vázquez tendrá derecho a hacerlo en secreto. Pero mientras tanto su función lo inhibe de expresarse al respecto, pues se trata de un asunto típicamente político. Pero hay más: si el Presidente consideraba “inconstitucional” la ley, obligado a aplicarla igualmente como estaba debió haber promovido una acción ante la Suprema Corte para así declararlo. No sabemos cómo puede declararse inconstitucional una ley resultante no sólo de su aprobación por el parlamento sino de un plebiscito que la ratificó. La aprobación mediante ese plebiscito depuró y convalidó todas las normas de la ley, y si se quiere, realizó una especie de reforma constitucional en lo referente a ella.
En segundo lugar, la afirmación de que el pueblo uruguayo “no se merece” contar con esta ley es una impertinencia, una falta de respeto total a ese pueblo uruguayo que fue el que aprobó directamente la ley. La afirmación vale tanto y es tan caprichosa como si se dijera que el pueblo uruguayo no merece el gobierno que tiene, puesto que fue el mismo pueblo el que lo eligió directamente. Lo que el “ciudadano” Vázquez espera fervientemente y todas las leyes contra las que él personalmente esté en contra NO deben trascender mientras sea presidente. Tiempo tendrá de sobre después.
Además, Vázquez médico puede ignorar las sutilezas del Derecho, pero Vázquez presidente NO. Por tanto es un disparate que apoye una “anulación” de ésta, como de cualquier ley, puesto que el instituto no existe. El pueblo puede hacer TODO, excepto cosas inexistentes. Supóngase Vd. que el Sr. Mujica en una de sus brillantes propuestas, sugiriera que todo agricultor tiene derecho a tener una trujilladora, y que el pueblo enarbolado detrás de sus ideas juntara firmas para un plebiscito. Suponga Vd. también que la Corte Electoral admitiera y organizara la consulta. Y que ésta obtuviera el 100 % de apoyo. ¿Haría eso que exista algo así como una “trujilladora”?
Finalmente, cuando ingresó al gobierno el Sr. Vázquez dijo que no impulsaría la derogación de la ley de caducidad, y ahora dice todo lo contrario. Como le digo una cosa le digo la otra. Parece que el candidato del MPP no es el único en incurrir en estas contradicciones salvajes.
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