Basta de mediocrizar Montevideo
Las ruinas de Carrasco
por Julio A. Esposto Molinari
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Sinceramente, me parece bien, que la IMM remate terrenos de su propiedad en la manzana delimitada por las calles Lido, Bazurro, Andreoni y French para destinarlos a la construcción de viviendas, obteniendo así una cantidad importante de dinero para financiar inversiones de la propia Intendencia. Las zonas verdes no se resentirán mucho ya que enfrente, por la calle Lido está, por fortuna, el Club de la Fuerza Aérea con instalaciones, árboles, la mejor cancha de fútbol del Uruguay, etc.
Tampoco me parece mal que se dé el mismo destino a la hasta ahora plazoleta delimitada por Tte. Botto, Lieja y Espínola.
Lo que me parece una atrocidad, típica de la burocracia uruguaya, es el destino previsto para dichos fondos.
Montevideo cuenta con un Palacio Municipal de veinte (?) pisos más o menos. Además archiva en una de las ruinas de Carrasco –el ex Cine Carrasco- (más adelante aclararé mi pensamiento al respecto) los expedientes y papeles del “difunto” Hotel Casino Carrasco. ¿Será necesario agregar al patrimonio municipal el inmueble que pertenece a la Cooperativa Municipal para instalar allí otras oficinas? ¿No hay lugar en el Palacio Municipal? El cerrar el Palacio desde el piso 1 hacia arriba, ¿será para ocultar la desidia e ineficiencia de los funcionarios adeomizados?
En Carrasco, Montevideo tiene la “felicidad” de contar con varias RUINAS de propiedad municipal, que hace por lo menos 15 de los 20 años de administración del FA lucen espléndidas. Incluso hoy en el Suplemento Qué Pasa de El País se hace referencia a una de ellas, preguntándose si no estará construida sobre un cementerio indio, considerando la “maldición” que sobre ella pesa. Hagamos un inventario:
1.- El Hotel Carrasco, que va por la licitación No. … (perdón, ya perdí la cuenta), y que ahora nuevamente es contestada. ¿Está el cementerio en su basamento?
2.- El ex – Cine Carrasco y locales anexos, que, dicen, es usado para archivar expedientes.
3.- El edificio anexo al ex – Cine, que desde 1959 (inundaciones mediantes) está habitado por gente que nadie sabe de donde vino, y que, ahora, ha construido su asentamiento particular en la vereda para tener más espacio.
4.- El local donde otrora estuvo instalado CONAPROLE. Cuando pasé la última vez, la semana pasada, creo quedaban 3 vidrios sanos, y un par de techos en su lugar; la mugre, botellas, papeles, los restos dejados quienes se refugian en él, son un espectáculo indigno de nuestra tacita de plata.
5.- El Tajamar de Carrasco. Antes se hacía fiestas, se utilizaba para ex-posiciones, etc. Ahora languidece en un abandono total, con su techo quinchado parcialmente destruido y cubierto de musgo.
6.- El parque infantil sobre la calle Costa Rica y el que queda entre dicha calle y la Avda. Arocena. Donde antes había un sano, limpio, cuidado lugar de esparcimiento infantil y de adultos tenemos ahora un descuido total.
Todo lo antedicho se da en cinco cuadras y varias veces hemos escuchado a serias, docentes (en épocas de Arana), y sesudas declaraciones de los jerarcas municipales prometiendo una y otra vez que los planes para recuperar dichos inmuebles estaban muy avanzados. Seguramente estaban y están avanzando hacia el fondo de los cajones de algún escritorio.
En esa zona de Carrasco, lo único que funciona bien, que ha progresado es el Club Carrasco Lawn Tennis que usufructúa de una concesión municipal, que, a Dios gracias, a ningún jerarca se le ha ocurrido por ahora eliminar (digo por ahora, porque en esto de igualar hacia abajo, nuestros gobernantes municipales y nacionales han hecho un arte).
Y además, gracias a dicho club, a dos empresas privadas, y seguramente con la exclusiva participación del Municipio en los carteles indicadores, se ha comenzado a reforestar el parque que fue dañado por los sucesivos temporales que derribaron pinos y eucaliptos (principalmente el del año 2005) y a reponer los eucaliptos sobre la Avda. Arocena.
Tal vez sería muy buena idea vender, además de dichos terrenos, parte de las ruinas antes señaladas. Así la IMM obtendría un ingreso importante que podría dedicar a sus aventuras “progresistas” y, a cambio, los vecinos de Montevideo podrían añadir a sus espacios verdes disfrutables, estos otros que hoy están descuidados y abandonados.
¿Por qué no ponen manos a la obra?
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