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Los otros pibes
El camino de Don Bosco
por Rodrigo Blás
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La semana pasada hablábamos sobre “los pibes chorros” es decir delincuentes menores de edad que atosigan a la sociedad un día sí y otro también amparados en la protección que la Ley le otorga a su minoridad.
Como bien señala Lacalle estos no son más de 300 cuando hay en manos del Estado más de 2000 niños por razones ajenas a su conducta y muchos más en las calles sin un futuro cierto. La semana pasada proponíamos un intento de solución para los primeros (tan sólo un intento mejorable, complementable y discutible) hoy nos queremos detener en los otros pibes, en los que no delinquen, pero penan la falta de una familia, un estado y una sociedad que los ampare en su presente y los forme para su futuro; Los otros pibes, como dice el título.
La educación es el remedio sin atenuantes ni reemplazantes para estos muchachos, dicho así parece muy simple basta mandarlos a la escuela, después al liceo y a veces a la universidad y los habremos hechos ciudadanos de provecho. Si compartimos lo anterior nos habremos quedado en un gesto universal de solución teórica que arrojará malos resultados prácticos.
Como en muchas otras cosas la verdad está en las calles.
Esos niños están fuera de los sistemas oficiales, no volverán a la escuela, la abandonaron para trabajar para ayudar a la madre o sustituir al padre inexistente, no irán al liceo, la urgencia los apura todos los días como para destinar 4 horas al estudio y no a buscar la diaria, hablar de la universidad parece ya de mal gusto .
Luego de defender y valorizar la educación curricular pilar del Uruguay del siglo XX, hoy debemos reconocer que la realidad ha cambiado y estamos en lo social en una situación distinta, muchachos mozos sin educación escolar completa, niños que no terminarán la primaria y seguirán creciendo y viviendo entre nosotros.
Las realidades son para cambiarlas pero sobretodo para aceptarlas como primer paso.
Nos parece que hay que apelar a otras soluciones educativas para los que ya están en camino, no será la educación curricular la que los ampare, se debe fomentar otras formas de educación, las mismas que en el Siglo XIX se abrieron para los niños inmigrantes que llegaban a nuestras costas; contratos de aprendizaje, que les permita trabajar y aprender un oficio a la vez , escuelas técnicas independientes de los ciclos básicos primarios y secundarios que hagan a ese muchacho o muchacha un técnico en alguna materia; refundando la UTU, los talleres públicos y privados y la formación privada en Institutos específicos.
Sin abandonar, al contrario fortaleciéndola en forma independiente, a la educación curricular, su calidad y su acceso, debemos atender a aquellos que han salido de ese sistema perfeccionándolos o iniciándolos en una tarea que mañana les permita vender su mano de obra como especializada y no como simples peones, que haga que esos muchachos y muchachas encuentren en sus manos una esperanza de superación y no como hoy en su falta de educación una condena a la pobreza y marginalidad permanente.
El Estado deberá invertir en algunas cosas directamente, becar en otras oportunidades, legislar para habilitar los contratos de aprendizaje, pero sobre todo deberá entender que no podemos seguir pretendiendo marcarles un camino único sino que también es tarea del Estado mejorar el tránsito de otros caminos posibles que son tan o más valiosos a la hora de transformar a un niño en un ciudadano provechoso para la sociedad.
En el final del siglo XIX los salesianos crearon los Talleres de Don Bosco con los objetivos que describimos más arriba para atender a aquellos que quedaban fuera del sistema oficial dándoles oportunidades de aprendizajes técnicos que ayudaran a buscar después un desarrollo personal más venturoso, de esos Talleres salieron carpinteros, mecánicos , tipógrafos, etc. que construyeron el Uruguay real, poco hay entonces para inventar sólo hay que reconocer que aquella situación que impulsó a los salesianos en su momento, hoy se repite y el Estado debe recurrir por sí o auspiciando privados a amplificar, aggiornar y difundir esas soluciones en bien de esos muchachos y de todos nosotros.
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