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Deshojando la margarita
por Jaime Mario Trobo
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Uno no puede estar más que extrañado con las idas y venidas en AFE. Qué se asocia con privados, que no, que si y todas las variantes intermedias.
AFE o más bien el modo ferroviario es absolutamente vital en la matriz de transporte de cualquier país. No lo es tanto en materia de pasajeros donde los parámetros son sustancialmente distintos a la carga, pero hay zonas del área metropolitana que admiten este tipo de servicio.
Lo medular sin embargo es la carga. Nuestras rutas ya no dan más. La gran producción forestal se proyecta para el próximo quinquenio cuando los montes plantados hace cinco o seis años entren en período de corte.
Hacer o como en nuestro caso recuperar vías es muchísimo más barato y de menor impacto ambiental que reparar o peor, hacer nuevas carreteras. Uruguay tiene una red ferroviaria aceptable en cuanto a su dimensión y disposición geográfica. No así en cuanto al mal estado en que se encuentra. Esto se debe primordialmente a la falta de decisión política de realizar las inversiones necesarias en materia ferrovial .Esto también se debe a lo que fue la cerril oposición del frente amplio cuando desde el gobierno del Dr. Lacalle intentamos tímidamente empezar a integrar a la actividad privada en las cuestiones del transporte ferroviario.
Siendo titular de la empresa ferroviaria el que escribe abogó incansablemente por la participación de los privados en la reconstrucción y gestión del ferrocarril. Me cansé además de prevenir lo que está pasando actualmente donde las carreteras ya no aguantan los aumentos de carga que implican transportar cientos de miles de toneladas de madera a las plantas.
La relación de costos entre recuperar vía y recuperar carretera no debe ser inferior a 5 a 1 en favor de las vías. Si a esto le agregamos que un convoy ferroviario puede llevar 2000 toneladas de madera con 2000 H.P. contra 45 toneladas en el mejor de los casos con 300 H.P. en caso del transporte carretero, la situación se vuelve muy clara.
El Uruguay no tiene opción más que invertir en su infraestructura ferroviaria. Las carreteras deben ser para quienes las pagan en realidad, los automóviles, y para el transporte de carga de más valor y con mayor grado de perecebilidad.
El actual directorio de AFE debería olvidarse un poco de la persona jurídica AFE que en realidad no importa demasiado y acordarse del país del cual la infraestructura ferroviaria es parte fundamental.
Si hemos de sobrevivir como entidad política viable Uruguay deberá volverse eficiente. En materia de transporte eso pasa por hacer andar los ferrocarriles.
Es hora de dejar de deshojar la margarita y poner manos a la obra. Hablar menos y actuar más.
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