Nueva edición de la historia reciente
por Oscar Almada
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Se ha dado a conocer la intención de las autoridades, de insertar en los programas de Enseñanza Primaria, a partir del año próximo, un “compacto” de los hechos ocurridos en el país en plena época contemporánea, o sea, lo que se denomina para simplificar “historia reciente”. A los efectos, los maestros dispondrán este mes de setiembre de tres días más de asueto para recibir material e instrucciones al respecto.
Conocidos los temas que incluye el programa de Historia de 6º. Año, y dados los antecedentes que existen en la materia, no seríamos sinceros si, aún no conociendo el contenido de lo que se va a enseñar a los niños escolares, tuviéramos alguna duda acerca del sentido, de la dirección y de la ideología que informan ese programa. Esos elementos ya han sido desnudados en otras oportunidades, y sencillamente constituyen la “interpretación” que el partido político encaramado actualmente en el Gobierno, (casualmente protagonista de esos hechos contemporáneos), hace de los mismos. No se tiene pudor en organizar la enseñanza y difusión entre las fértiles mentalidades infantiles, de esas tesis, que prenderán, pues, fácilmente, y que permanecerán en ellas en el futuro incidiendo para que las generaciones respectivas se inclinen hacia las tiendas de estos tan parciales ”educadores”.
El problema excede por supuesto el mero tema de si es pedagógicamente posible, positivo y apropiado colocar a la historia contemporánea en los programas de la enseñanza oficial antes de que la misma haya sido suficientemente dilucidada, interpretada e investigada. Ocurre simplemente que, sin ningún reparo, el Gobierno actual decide hacer propaganda ideológica de sus opiniones, dogmas e interpretaciones, despreciando absolutamente las tesis opuestas, y empleando el aparato estatal del que debemos ser dueños todos y no sólo la accidental fracción gobernante. ¿Acaso Vd. cree que el programa incluirá también las interpretaciones, los relatos y las explicaciones que la población NO-FRENTISTA del país tiene en la materia, o que los maestros tendrán libertad para enseñar las suyas propias? Se trata de que en el Uruguay, existe seguramente un cincuenta por ciento, y probablemente un porcentaje mucho mayor, de ciudadanos que discrepan rotundamente de la teoría que tiene el F.A. acerca de los hechos ocurridos en la última mitad del siglo pasado, por no decir sino los más inmediatos.
Estamos totalmente seguros de que ni la incidencia de los tupamaros en la génesis del golpe de Estado, ni la influencia que tuvo “la izquierda” en los desórdenes de la época pachequista, ni las violaciones de los derechos humanos cometidas también por ciertos sectores de ésta, ni el hecho de que la rebeldía del MLN tuvo lugar contra un gobierno legítimamente electo, ni el de que la salida de la dictadura se produjo por la concurrencia de muchos factores y la incidencia de muchos sectores y no por “la heroica resistencia popular encabezada por la CNT y el FA”, ni muchas otras circunstancias que aún se discuten o se ignoran, entre ellas las propias de la formación del Frente Amplio, serán incluidas y debidamente enseñadas a los niños.
Señor lector: ¿le cabe a Vd. alguna duda al respecto?
Es, pues, un peligrosísimo abuso el que se pretende perpetrar, algo que el tan apoyado Presidente de la República acepta y prohíja, y que debe ser a toda costa impedido y enfrentado por los sectores democráticos antes de que sea tarde.
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