Venezuela: El Gobierno dueño de todo
por Julio Andrés Borges
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Hoy insistimos en preguntarle a los venezolanos que siguen apoyando al Presidente si están de acuerdo con las acciones recientes del Gobierno expropiando y estatizando, decidiendo por nosotros que es lo queremos, como tenemos que hacer con nuestras vidas y hasta lo que comemos.
¿Es que la solución para todo es que el Gobierno sea el dueño de todas las empresas? Es que las empresas que fueron estatizadas recientemente, ¿ahora son mejores que antes? ¿Producen más? ¿Hacen mejores productos? ¿Sus trabajadores ahora tienen mejores condiciones? Los ejemplos sobran, desde Invepal o Sanitarios Maracay, pasando por las empresas de Guayana hasta las empresas eléctricas. No hay ningún caso exitoso en las estatizaciones que ha hecho el Presidente.
Por el contrario, lo que se necesita es un Estado fuerte que tenga reglas claras y las haga cumplir, que incentive que existan muchas empresas que produzcan las cantidades y la variedad que queremos los venezolanos. Es decir, que cada uno de nosotros tenga el soberano derecho a escoger la vida que quiere.
Para lograr ese derecho es crucial el empleo. Los venezolanos están muy claros que necesitan empleos dignos, de quince y último, con beneficios, prestaciones, seguros, y la historia de las estatizaciones ha sido nefasta. A los empleados de las empresas estatizadas se le están desmejorando sus condiciones, no se discuten los contratos colectivos, ahora hasta se le están cuestionando sus exigencias laborales y se pretende criminalizar su derecho a protestar. En la obsesión del Presidente, los trabajadores pasan a ser casi que esclavos que deberían “agradecerle” a su máximo líder la gran oportunidad de trabajar para el Estado, convirtiendo así a los venezolanos en dependientes de las migajas que pueda darle un Presidente todopoderoso.
Un ejemplo patético de esto es el caso de los Accionistas clase B de Sidor, miles de trabajadores y jubilados de esa empresa que eran socios de la compañía, eran propietarios y recibían dividendos. Desde que fue estatizada fueron totalmente ignorados, ni se les compro sus acciones, ni se les paga sus dividendos, simplemente fueron “expropiados”. Y éste es solo un ejemplo de lo que ha repetido mil veces el Presidente cuando asegura que aquí nadie es dueño de nada, que supuestamente el dueño es el Pueblo, pero cada día es más claro que el único dueño de todo es él.
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