¿Sueño o timba? por Lonjazo

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         No hace falta ser vidente o mago, para imaginarse la cantidad de sandeces, lugares comunes y contradicciones, que pueden salir de la desportillada boca de Mujica durante una hora, especialmente si se lo hace en un acto político, en el cual lanza su carrera hacia la presidencia.

         Pero leídas con cuidado, muchas de esas frases hechas, ocultan cosas que, o se pretenden ocultar o se escapan del emisor en contra de su voluntad, porque dicen mucho más que las simples palabras, corriendo el riesgo que alguien se las descubra y use en su contra.

         De modo que en el correr de los días, vamos a ir seleccionando algunas para comentarlas, para conocimiento, solaz y esparcimiento de los amables lectores.

         Una de ellas dijo: "Hay que dejar las tripas en el sueño", frase con la cual tituló al día siguiente, uno de los muy fieles y alcahuetes matutinos progres.

         Desconozco si luego de tan sutil frase habrá habido aplauso, seguramente sí, lo cual vendría a confirmar que existe una suerte de lenguaje simbólico oculto entre el emisor y los receptores.

         El hombre alude a un sueño sin decir cuál es, dando por sentado que el auditorio lo conoce, y entiende perfectamente a que se refiere.

         ¿De qué sueño estará hablando?

         ¿El de sentarse en el sillón de Rivera? Lo dudo.

         Su ambición es muchísimo mayor. El hombre pretende más, mucho más.
         No le basta con la historia nacional, pretende entrar en la historia grande, la historia universal. Tal es su megalomanía delirante.

         Obviamente está hablando de ese sueño, por cuyo cumplimiento supo, hace más de 40 años, empuñar las armas, luego de haberlas obtenido de una dictadura comunista, que también colaboró en su entrenamiento y financiación.

         Sueño tan poderoso, que hasta le permitió, sin vergüenza ni compasión, asesinar personas en pos de su consecución.

         Como se está dirigiendo a un auditorio formado por comunistas y tupamaros, debemos concluir que así es, se está refiriendo al sueño del hombre nuevo, el comunista perfecto que tan bien describía Marx y que sería el habitante del planeta del futuro, después de que él y sus camaradas lo depuraran.

         Un futuro lleno de paz, abundancia y bienestar para todos.

         Para todos los que estén dispuestos a seguirlo, obviamente.

         Ya que los que no estén dispuestos, o los que no crean en el sueño, o los que no lo entiendan, para esos no hay futuro, porque la doctrina aplicada por el comunismo es simple.

         Esos gusanos indeseables, deben ser y de hecho son, eliminados.

         El fin justifica los medios, porque los que se salven, vivirán felices para siempre, como los cubanos.

         Entonces, estamos ante un precandidato, que sigue hablando del sueño comunista, ante comunistas fanáticos y poco pensantes, que fracasó escandalosamente en un baño de sangre sin precedentes en la historia humana.

         No hubo en la historia humana mayor genocidio, peor catástrofe, farsa más despiadada que el comunismo.

         Pero acá, en Uruguay, todavía quedan especímenes cuasi humanos tan pero tan moral y mentalmente corruptos, capaces de hacer actos públicos y llevar una considerable cantidad de auditorio, que siguen insistiendo con "el sueño".

         Cuesta concebir tamaño dislate! Porque es lo mismo que mañana apareciera un sujeto público, carismático, buen orador, e inteligente, e intentara recrear al nazismo, y más aún cuesta imaginar que hubiera gente dispuesta a seguirlo.

         ¿Sería un horror no?

         ¿Cuánto tardarían tupas y comunistas en salir a pedir que se prohíban, por lo menos?

         Pues bien, que hizo el nazismo que no haya hecho el comunismo multiplicado por 100 o por 1000?

         ¿Cual fue su origen, sino el socialismo alemán, un subterfugio para decir comunismo?

         Orientales, estos gérmenes agresivos, atacan a la democracia usando su naturaleza abierta para destruirla, y lo hacen hablando de democracia y prometiendo democracia. Esto es una verdad tan evidente que ya no necesita prueba.

         En esas manos, Orientales, estamos arriesgando poner el poder.

         Y por si fuera poco, un individuo, a ojos vista vinculado a los dos gobiernos más corruptos y déspotas del continente.

         ¿Serán los orientales capaces de tamaña timba?

         En fin, cuantas cosas se pueden sacar de una frase no?

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