Miembro de
Proyect Sindicate apdu
       
 
separador                                          Inscripto en el Registro de Derechos de Autor en el libro 30 con el No 379
              
     
Google Buscar en la

 
Año V Nro. 353 - Uruguay, 28 de agosto del 2009   
 
 
 
 
historia paralela
 

Visión Marítima

 

La Cumbia Villera, expresión machista y degradante
El Ministerio de Cultura Promueve
Apología Musical de Droga y Delito

por Consuelo Pérez

 
separador
   
rtf Comentar Artículo
mail
mail Contactos
pirnt Imprimir Artículo
 
 

         En la sede de la Dirección de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura ubicada en el centro de Montevideo, se dictan clases de “cumbia villera”. La duración de las mismas será de tres meses, y la financiación del proyecto, denominado “Made in cante”, corre por cuenta del citado Ministerio.

         Ernesto Rizzo, responsable de la idea, menciona que el nombre elegido, en un idioma algo así como inglés, se debe a un intento de acercar o integrar “al cheto y al plancha”.

         Hugo Achugar, el director nacional de Cultura, supo también sumarse —en ocasión de visitar ese espacio “académico”— a los contoneos y cadencias de los bailarines que se desplazaban en la ocasión por la sala de exposiciones en que la cumbia villera estaba desplazando a otras manifestaciones culturales que a juicio de las autoridades del MEC eran menos importantes que la propuesta.

         Todos conocemos en mayor o menor medida lo que implican los términos “cumbia villera”. Es una expresión musical (?) de un sector social identificado generalmente con la marginalidad, proveniente del “cante”, o más bien de las villas miseria argentinas. En sus letras se exalta la condición social que ampara a esta expresión popular y se hace culto a la ilegalidad, al consumo de drogas, a sórdidas actitudes que involucran a sus cultores y a un retardatario machismo degradante de la condición femenina. Siempre con un lenguaje y terminología que muchas veces haría sonrojar a un changador del puerto, si aún los hubiese. Es además un invento argentino y no una corriente surgida entre uruguayos, que sí tienen grupos de música tropical que producían música con otra orientación.

         Las expresiones musicales han acompañado a la humanidad en toda la historia.

         Sin duda que determinada música nos recuerda o vincula con determinada sociedad, momento histórico, etc. El tango es un ejemplo bastante cercano de música surgida de los arrabales, que justamente le costó imponerse en los estratos superiores por esa condición. La gran diferencia es que detrás de la cumbia villera no ha aparecido ningún Discépolo ni ningún Homero Manzi, ni aún un Carlos de la Púa capaz de convertir el habla del arrabal en una expresión poética de enjundia. A esta altura, cualquier ser con alguna formación cultural no descubre ni una sola expresión culturalmente valiosa en la cumbia villera, en la que se compite no con talento sino con trasgresión de la barata: la peor mala palabra o el más antisocial de todos los gestos.

         Las verdaderas expresiones artísticas propias de una sociedad la identifican, se valoran mutuamente, perduran. Pero no nos confundamos. Aquí estamos hablando de otra cosa. Porque la denominada “cumbia villera” —y las deformaciones de música tropical que se difunden en la Dirección de Cultura— poco o nada tienen que ver con el arte, con la música, CON LA CULTURA, por los motivos señalados.

         Fuera de épater les bourgeois no se explican los mecanismos que han llevado al MEC a decidir esta acción presuntamente cultural que socialmente apunta —según confesión de los promotores— a “integrar al cheto y al plancha”, pero en la cancha y con las modalidades de este último.

         No es, como el esfuerzo del recordado “Peluca” Valdez una empresa destinada  a alejar al “plancha” de las tentaciones de la droga. Las letras que se difunden señalan con claridad que el signo de la actividad promovida por el Ministerio de Cultura es el contrario.

         Sin dudas que la decisión bien podría formar parte de la letra del tango “Cambalache” por la transformación que ostenta la vidriera, hoy irrespetuosa, de un ámbito cultural en que la pintura y el talento musical pueden echarse a llorar junto a una lata de fumar pasta base.

         Pero este asunto tiene un contenido mucho más preocupante, sobre todo si lo pensamos en la continua caída de nuestra enseñanza, en el alarde del uso indebido del idioma, en la destrucción de los valores.

         Por otra parte, si al decir de Rizzo esto es para integrar —lo digo otra vez— “chetos y planchas”, ¿esta es la forma? ¿Realmente les interesa integrarse? ¿Irán su mayoría aunque sea una vez en estos tres meses a la Dirección de Cultura?. Porque justamente en sus letras no hablan ni de cultura, ni de integración, ni de sano divertimento, como nos quieren hacer creer desde el Ministerio… Salvando las enormes diferencias de situación, con respeto para todos, y con algo de humor, me acuerdo del Padre Mateo.

         Después de esta acción, a la Dirección de Cultura le va a costar mucho recuperar alguna credibilidad. Desde esta iniciativa cualquier crítica o cualquier imposición que desde allí parta sobre el contenido de la programación de los canales simplemente moverá a reírse a carcajadas de quienes decidieron difundir estas tristes apologías del delito y la droga, junto a expresiones siempre machistas y degradantes para la mujer.

© Consuelo Pérez

Comentarios en este artículo

» Arriba

separador

 
21
Informe Uruguay se halla Inscripto en el Registro de Derechos de Autor en el libro 30 con el No 379
Depósito legal No. 2371 deposito Nos. 338018 ley No - 9739, dec 694/974 art. 1 inc A
20
Los artículos firmados son de exclusiva responsabilidad del autor
y no reflejan, necesariamente, la opinión de Informe Uruguay
20
Los enlaces externos son válidos en el momento de su publicación, aunque muchos suelen desaparecer.
Los enlaces internos de Informe Uruguay siempre serán válidos.
21
 
Estadisticas Gratis