El dilema de la prensa de calidad
Por Miguel Ormaetxea
Jueves, 4 Marzo 2004.- La prensa de calidad es un baluarte básico de la democracia, el pluralismo, la cultura y, a la postre, de la riqueza de una sociedad. Sus señales de alarma deberían hacernos reflexionar a todos, movilizar a los políticos y a la sociedad civil. Y esas señales se reiteran. Veamos algún destello muy reciente.
"Le Monde" es una de las luminarias históricas de los diarios de calidad del mundo, pero su cuenta de resultados no levanta cabeza. En 2003 perdió 15 millones de euros, sumando en los tres últimos ejercicios 40 millones en números rojos. El líder de la prensa diaria francesa, con una difusión media de 407.085 ejemplares, vió como sus ventas en kiosko disminuyeron un 6-7% el pasado año, según su presidente, Jean Marie Colombani.
"Le Monde" ha consolidado un grupo con una facturación de 700 millones, pero las pérdidas continuarán al menos este año. Para despertar las ventas se ha lanzado recientemente el magazine de fin de semana "Le Monde 2", una operación de cinco millones de euros.
Estos datos se inscriben en un contexto muy complejo para la prensa diaria tradicional en Europa y América, que ve como sus ventas se erosionan año tras año, a pesar de costosísimos esfuerzos en márketing. Pero "Le Monde" se ha comportado el año pasado peor que la media de sus competidores franceses.
Su indiscutible calidad sale perdiendo en su confrontación con "Le Figaro", que ofrece con el diario un DVD en el fin de semana por tres euros. El propio "Le Monde" del martes 2 de marzo informaba del intento de lanzar en Gran Bretaña un nuevo diario tabloide de calidad, que no casualmente se llamaría "The World".
El promotor de este proyecto, Stephen Glover, uno de los tres fundadores de "The Independent" en 1986, constata un descenso del nivel de la prensa de calidad británica, reputada tradicionalmente entre la mejor del mundo.
Según él, la prensa de calidad se ha visto empujada a adoptar el tono, el estilo y los métodos de los tabloides populares, mezclando la información y el comentario, la búsqueda de la exclusiva a cualquier precio, el vedetismo de las firmas, con mayor espacio para los deportes y el "showbiz", etc.
Esta evolución está dejando un nicho para los lectores más exigentes, decepcionados por la tendencia actual. El problema es que Glover necesita 22 millones de euros para su proyecto, que lograría el equilibrio financiero con unos 100.000 ejemplares de venta, la mitad de la tirada del más pequeño de los diarios británicos de calidad, "The Independent".
No es tarea fácil, en un momento en el que las tiradas se estancan o caen, con una guerra de precios en el kiosko muy dura, que acaba beneficiando a los grupos más poderosos. Recordemos que al otro lado del Atlántico, el "New York Times" ha perdido 45.000 lectores en la Gran Manzana desde 1998. Allí el decano de la célebre universidad de Columbia, Alan Brinkley, entona un diagnóstico muy preocupado sobre el periodismo de calidad en linea con lo que dice Glover.
La prensa que crea la opinión más influyente del mundo está cogida en una pinza fatal, asediada por un cierto sensacionalismo ascendente, partidario y manipulador, la tendencia hacia la gratuidad, la revolución rampante del las TICs, los imperativos de la cuenta de resultados y su propia y larvada pérdida de identidad. Un dilema mayor que compete a la libertad y a la vida de todos.
Y, por ahora, todos perdemos.
Artículo publicado por El Periodista Digital
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