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FILTRO: Un “escrache” en lugar equivocado
por José Carlos Cardoso
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Nuestro país gobernado en 1994 por el Partido Nacional con el Dr. Luis Alberto Lacalle como primer mandatario, legítimamente electo por la ciudadanía, en el libre y pleno ejercicio de la democracia asistió a un hecho sin precedentes.
Al amparo del marco institucional recuperado diez años antes y en fiel cumplimiento a los compromisos contraídos en materia de Derecho Internacional, la justicia uruguaya determinó la extradición de tres ciudadanos vascos presuntamente vinculados a la organización terrorista ETA – sinónimo de muerte – artífices de cobardes asesinatos de niños, hombres y mujeres en pro de una causa que no existe y que nadie quiere.
En ese contexto el actual Presidente de la República y por entonces Intendente de Montevideo, el Dr. Tabaré Vázquez encabezó una marcha convocada por el Frente Amplio, secundado por relevantes dirigentes para impedir el cumplimiento del fallo judicial y proteger así a posibles asesinos.
Hace poco más de un año supimos gracias al enojo del ex terrorista Zabalza que aquella tarde concurrieron al Filtro provistos de bombas y con una novel brigada de guerrilleros “deseosos de entrar en acción” según sus propias palabras. También se supo, por la misma vía, que la ETA era fuente de financiamiento de la guerrilla en el Uruguay.
Los episodios tuvieron el triste saldo de la muerte de un joven que asistió estimulado por la arenga frente amplista, promovida desde un seudo medio de comunicación por el Senador Fernández Huidobro.
A catorce años de ocurridos los hechos algunas organizaciones de la izquierda más radical, utilizando públicamente el dolor de la madre de ese joven, pretenden responsabilizar al ex Presidente Lacalle y convocan a un escrache frente a su domicilio.
Sin duda se equivocan de lugar. El escrache debe realizarse frente a la residencia presidencial de la Av. Suárez, allí está el mayor responsable – por la responsabilidad política que le correspondía en el momento – tal vez sea el único responsable.
La realidad es una sola, utilizar el marco institucional para promoverse como candidato y acceder al poder y simultáneamente ir en contra de las decisiones del Poder Judicial en defensa de organizaciones terrorista es un fraude ético y moral que deja al Presidente Vázquez escrachado.
Pero…escrachado para siempre.
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