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Sucio oportunismo
por Gustavo Penadés
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Con destacable eficiencia las autoridades policiales concluyeron que el Director de Limpieza de la Intendencia de Montevideo fue objeto del ataque de delincuentes comunes.
Quedó por el camino la teoría esbozada por el gobierno municipal encabezado por el mismo Intendente y por otros connotados dirigentes que, ante los hechos, se apresuraron a concluir que el señor Eduardo Pereyra había sufrido un atentado de naturaleza política. Su análisis de lo sucedido les indicó que el Director no podía sufrir agresiones del mismo modo que otros ciudadanos y que se estaba ante una acción de inspiración política. En tal sentido se llegó a afirmar que era la derecha que reaparecía -valga la paradoja- en las fuerzas de izquierda y, más aún, que era un medio que estarían usando blancos y colorados para atacar al Frente Amplio. El propio vicepresidente de la República, sector al que pertenece el Director de Limpieza, dejó entrever de que habría un móvil político detrás del atentado.
Y, en aras de esa convicción se anunció que se pediría al Ministerio del Interior que se reforzaran las medidas de seguridad en el Palacio Municipal y, en particular, de los funcionarios municipales -léase los jerarcas.
Si a esta altura del partido es difícil que nos sorprendamos de la fértil imaginación de los dirigentes del Frente Amplio, el circo armado en esta oportunidad es increíble.
Viejas figuras del MPP, que seguramente saben bien de atentados y afines, con total desparpajo, ligereza y oportunismo se apresuran a oficiar de pesquisantes para, con impunidad total, responsabilizar en última instancia a los funcionarios de Adeom. Porque, a buen entendedor pocas palabras. Los funcionarios municipales están escapando al control de la dirigencia sindical afín al Frente Amplio; y el Frente Amplio, y en especial el grupo al que pertenece el Intendente y su círculo de confianza, no pueden tolerar que alguien se aparte de la "línea" que baja el Frente.
En una maniobra que no puede sino calificarse de sucia. Aprovecharon la desgracia que le sucedió al Director de Limpieza para sumarla a la campaña de desprestigio que llevan adelante contra Adeom.
Como hemos sostenido, no se trata de si son justas o no las demandas de los trabajadores municipales, sino de los procedimientos y criterios que utiliza el Frente Amplio según quienes sean los trabajadores. Si son trabajadores públicos y no se alinean con el gobierno, no se duda en usar el desprestigio, la policía para desalojarlos de las dependencias públicas, el enchastre y hasta acusaciones gravísimas como que andan por allí atentando contra los jerarcas. Pero, cuando se trata de sindicatos en los que prevalecen las líneas ideológicas de quienes todavía sueñan con socialismos y antiguallas del estilo, no se duda en apoyarlos y en hurgar buscando el resquicio jurídico en que pueda sostenerse las más descabelladas ideas.
Mientras todo eso pasaba, en el Cerro ardía el Polo Tecnológico -que pertenece a la misma administración que el Dr. Ehrlich- en el que parece que el protoizquierdista Marenales considera que no es necesario controlar demasiado el asunto de las habilitaciones de bomberos, bromatológicas; seguramente porque en su confesada concepción del mundo se tratan de simples cuestiones formales propias de los regímenes burgueses.
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