¿Pragmatismo o fanatismo? por Raquel Trobo

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         En el último ejemplar de “Búsqueda”, 22 de mayo, se publica una entrevista efectuada por ese medio, al politólogo Luis Eduardo González de la empresa Cifra. Entre diferentes consideraciones en torno a candidaturas del FA, señala (González) que hay algo que cambió en los últimos años, que provoca que la elección nacional de 2009, sea distinta a las anteriores desde la restauración democrática. La transformación obedecería a que existe un mayor “pragmatismo” de la mayoría de los uruguayos, conducente a que ya no decida de acuerdo a preconceptos ideológicos. Ello viene a derivar, según expresa González, del pasaje del FA por el gobierno, algo que ha generado que “ya no queden más vírgenes” y “no hay tantas diferencias entre las distintas colectividades políticas”.

         Y luego da un ejemplo: “¿Qué pensaba Tabaré Vázquez y la mayoría del FA sobre Botnia antes? No estaban muy de acuerdo. Pero ahora, según nuestros datos, al 70 % de los votantes (de los coaligados), no sólo les parece fenómeno Botnia, sino que les parece fenómeno que se instalen otras grandes, subrayado, empresas, subrayado, industriales, subrayado, extranjeras, recontra subrayado. Antes lo grande era malo; lo industrial horrible porque ensuciaba, contaminaba, jorobaba y lo extranjero peor; ese es, por ejemplo, un cambio muy significativo.”
En su discurrir, el entrevistado agrega. “El tema es que ese cambio ocurrió en varias cosas y eso es lo importante. Tenemos un país que en actitudes y opiniones es muy diferente al de hace cinco años. Esa es una de las razones importantes que hace muy difícil anticipar lo que puede ocurrir en las próximas elecciones”

         Las expresiones recogidas del director de la encuestadora, no hace más que confirmar algo que a diario comprobamos y sobre todo en los dirigentes del gobierno. Permanentemente apoyan y dan razón a muchas decisiones, sin sonrojarse pensando, que toda una vida las habían descalificado por improcedentes, corruptas, de ultraderecha, antidemocráticas y todas las etcéteras que quepan.

         Por cierto que la mayor parte de sus seguidores hacen lo propio. Lo único novedoso para nosotros, tras leer el artículo de referencia es que los fanáticos (hoy se les dice pragmáticos) frentistas, son un 70 % .

         Hemos recibido pues un gran alegrón. Hay un 30 % que realizarán su opción política con la mira puesta en el “cambio”. Pero en el cambio que hubo entre lo prometido y lo cumplido. Es decir son dueños de su libertad de pensamiento y en función de ello actuarán. Por tal cosa decimos, que quienes así van a proceder, son en realidad los pragmáticos verdaderos.

         Veamos otro antecedente referido al tema que nos ocupa:
El diario El País del 18 de mayo pasado, bajo el título “Apatía montevideana en la primera asamblea del FA” consigna: “Sin despertar mayor interés entre los montevideanos, el FA salió ayer a reivindicar la gestión de Erlich, en momentos en que los sondeos de opinión le dan el porcentaje más bajo de adhesión en la capital”. Asimismo agrega: “Frente a un público mayormente de avanzada edad, la apatía de los jóvenes y escaso entusiasmo por parte de los simpatizantes que se acercaron a la Plaza de los Treinta y tres Orientales, el Frente Amplio abrió ayer la primera de las 100 asambleas que realizará a nivel local”

         Ello, pese a que –sigue el artículo- “directores municipales, ediles, dirigentes de los distintos sectores de la coalición de izquierda, ministros, subsecretarios y legisladores, se sumaron al acto”.(….) “mayoritariamente los asistentes a la “asamblea” fueron connotados militantes y funcionarios del gobierno”.

         Viene a cuento decir que en esa instancia, al dirigirse a los presentes el ex ministro Brovetto criticó a la prensa, “por considerar que la información que ella trasmite, no refleja lo que la gente piensa del gobierno.”

         La afirmación del “pragmático-fanático” Brovetto, contrasta con la ausencia de público que revela el verdadero revolcón que le viene dando espontáneamente al gobierno, aquella gente que de buena fe, dio crédito a la propuesta frentista, que resultó ser burdo engaño a la ciudadanía.