MONTEVIDEO CULTURAL
La capital del país es una fiesta para los amantes de la cultura. Museos, teatros, exposiciones, espectáculos, fiestas populares... la agenda es intensa todo el año y la propia ciudad, un compendio de arte y de historia a cada paso.
Meca de estudiosos de la arquitectura, la capital
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uruguaya conserva ejemplos de diferentes épocas, estilos y corrientes de este arte mayor, que difícilmente se ven en otros sitios. Ciudad-jardín abierta y arbolada, donde aun existe el perfume de las flores, Montevideo cuenta también con importantes museos de artes plásticas, como el Nacional de Artes Visuales en el Parque Rodó, o el dedicado a Torres García en plena Ciudad Vieja. Entre la variada gama de museos históricos, es importante señalar, entre otros, el Museo del Gaucho y museos vivos, como el Estadio Centenario, sede de la 1ª Copa del Mundo, en 1930, hoy declarado Monumento del Fútbol Mundial por la F.I.F.A..
La ciudad ofrece una variada oferta gastronómica y lugares de encuentro; sitios para escuchar toda la música, desde el tango al candombe, desde la salsa al rock...
Montevideo es ciudad de buen teatro, que no conoce el receso estival. Su carnaval -cuarenta noches de febrero a marzo-, es el más largo del mundo. Allí sobran la alegría y el humor de ”la murga”, mezcla de música, coreografía, llamativo vestuario y sátira
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política. Junto a la “murga”, las “Llamadas”, desfile de comparsas “lubolas” plenas de ritmo y color, que traen hasta nuestros días, en sus movimientos y sus tamboriles, la herencia de la música africana nacida de los esclavos, hace más de doscientos años.
UN PASEO POR LA HISTORIA
Para entrar a la ciudad de Colonia del Sacramento, lo mejor es hacerlo por el Portón de Campo, erigido en 1745. Desde allí se impone un paseo a pie por las viejas calles de piedra, plazas y rincones del casco histórico, donde se concentran los edificios de mayor interés para el visitante.
La Iglesia Matriz, al costado de la Plaza de Armas, |
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con sus anchos muros , sus altares y sus hermosas tallas. En torno a la Plaza Mayor se encuentran varios museos, entre ellos, el Museo del Período Portugués, instalado en una casa de 1720. El Museo Español, situado en la esquina de las calles España y San José, pertenece también a la primera mitad del siglo XVIII. Por su parte, la llamada Casa del Almirante Guillermo Brown, marino británico de activa participación en la historia rioplatense, exhibe documentos, monedas, armas y muebles, amén de una rica colección de fauna y flora locales, mariposas exóticas y una sala de paleontología con ejemplares de más de cien mil años de antiguedad. Bajando hacia el río por la calle De las Misiones de los Tapes, otro edificio del siglo XVIII contiene un interesante acervo de azulejos del siglo XIX.
LOS GRANDES FUERTES JUNTO AL MAR
Durante las viejas luchas imperiales entre España y Portugal, varios puntos del territorio uruguayo fueron disputados arduamente por aquellas potencias. Dos de los más destacados testigos de estos enfrentamientos se encuentran al sureste del país, viajando por la ruta 9, en el departamento de Rocha.
Como centinelas en el camino que llevaba a la frontera, se levantan el Fuerte de San Miguel y la Fortaleza de Santa Teresa, construcciones militares que el visitante no debe dejar de conocer. |
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El primero es una verdadera joya de granito rosado, situado en la frontera con Brasil. Levantado en 1734 por los españoles, fue reconstruido tras su destrucción por los portugueses en 1737 y dos siglos más tarde, restaurado por la iniciativa pionera de Horacio Arredondo.
Unos kilómetros más al sur, rodeada del inmenso Parque Nacional de Santa Teresa, se levanta otra gran fortaleza. En este caso, la construcción fue comenzada por los portugueses en 1762 y finalizada por los españoles, que la tomaron por asalto en uno de los tantos enfrentamientos.
LA POSTA DEL CHUY
A mediados del siglo XIX, el joven estado uruguayo, incapaz de tomar a su cargo la infraestructura de rutas de la vasta campaña, contrató con particulares la construcción de un puente que contuviera los desbordes del Arroyo Chuy del Tacuarí, cercano a la ciudad de Melo, en el departamento de Cerro Largo.
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Una familia vasca levantó entonces el puente con troneras de piedra que aún se conservan, a cambio del derecho de cobrar peaje (todavía existe la cadena que, tirada desde la casa, ponía freno a coches y caballos).
Los vascos construyeron junto al puente un albergue, pulpería y relevo de postas. Rodeada de magnolias y glicinas, con su fogón de piedra conservado en excelente estado, es todavía un alto obligatorio para todo viajero.
Material extraído de http://www.turismo.gub.uy
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