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¿Una dama confundida?
por Michael S.Castleton-Bridger
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Luego de ver y experimentar una verdadera ensalada de ideas y actitudes de la actual Ministra del Interior uno no puede menos que maravillarse ante la multiplicidad de ideas y conceptos que contiene su mente tan aparentemente efervescente y ecléctica.
Llaman la atención sus siempre poco atinadas declaraciones y actitudes.
Para hacer memoria sus declaraciones sobre verdades y sensaciones térmicas en materia de seguridad pública la perseguirán hasta el final de su mandato.
Sus intentos de amazona ya forman parte el folclore urbano del país.
Sus fotos puestas por ella misma en Internet en la ducha hablan por sí solas de alguna confusión en cuanto al rol que debe jugar un Ministro de Estado y más el Ministro del Interior.
Sus últimas declaraciones en el Día Internacional de la Mujer a funcionarias de su cartera siguen llamando la atención por su tono combativamente feminista.
Los uruguayos a esta altura lo que queremos es poder circular más o menos seguramente por la calle. Nos gustaría no tener que vivir tras rejas y que los criminales anden por la vía pública. Nos gustaría aún más que la policía fuera capacitada, amable, menos burocrática y que pudiera cumplir su función elemental, la cual se circunscribe a darle condiciones de seguridad en vidas y haciendas a toda la población de la república.
Esto no se da, por muchos motivos, de ninguna manera todas atribuibles solamente a la ministra actual. Hay muchos años de deterioro y falta de liderazgo en lo que ese en esencia un organismo para-militar sujeto a jerarquías.
Cualquier militar, cualquier civil con algún conocimiento de estos temas sabe que en la tapa del libro de estas cuestiones hay una frase, definir el objetivo.
Parecería que la ministra del interior no tiene un objetivo claro y trata de hacer demasiadas cosas. Por un lado feminista militante; por otro, socialista militante; por otro, analista de las –es cierto- muy malas condiciones sociales que producen la delincuencia.
Sus intentos de proyectar una imagen de liderazgo fuerte con sus hazañas hípicas y sus inspecciones de rostro adusto en las unidades militarizadas de su ministerio, no le salen. En definitiva, lamentablemente, son el hazme reír de la población y de los funcionarios de su ministerio.
Lo que esta señora no parece entender es que a los ciudadanos todos, nos interesa poco su histrionismo, su posición política o sus posturas sociales.
Lo único que le interesa a los uruguayos con respecto al Ministerio del Interior es que éste cumpla su función y nos de la seguridad que reclamamos, por la que pagamos los altos impuestos que debemos afrontar.
Lo demás es lo de menos. Todos los uruguayos, a esta altura pretenderíamos una ministra menos socióloga; menos socialista; menos feminista; menos adicta a Internet. Sí querríamos en cambio, que nos diera algo, de lo que en definitiva, por lo cual le pagamos. Sencillamente, la seguridad razonable, que no estamos siempre en riesgo. La seguridad de que podemos dejar nuestras cosas, nuestras casas, nuestras familias, sin que se nos oprima el corazón. La seguridad de que no vamos a dejar la vida en la calle en un atraco por una ‘tiza’ de pasta base. La seguridad de que nuestros hijos salgan a la mañana y vuelvan sanos y salvos a la tarde.
Quizás la buena maestra Tourné debiera tratar de aclarar un poco más sus ideas y definir sus objetivos.
Los uruguayos honestos, del primero al último, agradecidos.
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© Michael S.Castleton-Bridger |
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