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No preguntes lo que tu país te puede dar, sino lo que tú puedes darle a él.
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Año V Nro. 393 - Uruguay, 04 de junio del 2010 |
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Son varios los temas relacionados al conflicto entre Israel y los árabes-del cual derivan los problemas entre Israel y los palestinos- que requerirían de sicólogo, más que de un buen historiador, para ser analizados debidamente. Hoy quisiera concentrarme en uno de ellos, pero dando sólo un ejemplo concreto, para ir directo al grano en lo que este espacio permite.
Me refiero a la simplificación exagerada de la noticia, que nutre al espectador simplemente de las imágenes de último momento, confiando en que quien está cómodamente sentado en su salón mirando la pantalla, no necesariamente se ha interiorizado en los procesos y razones de fondo que podrían poner todo en contexto. Un ejemplo, decía yo recién, y éste es el caso tan actual de la flota “humanitaria” que emprendió camino a Gaza y que, supuestamente, debería llegar a la región este sábado. Los barcos avanzan aunque se sabe de antemano que la Marina israelí les interceptará dado que ha impuesto bloqueo marítimo a la Franja de Gaza, por tratarse de un territorio vecino gobernado por una organización terrorista que no le reconoce y le sigue atacando: Hamas. No tenemos duda de que entre los diferentes pasajeros a bordo, hay no pocos cuyo interés auténtico es prestar ayuda a una población que ellos consideran está en serios aprietos. El problema es que, como siempre, los bien intencionados son utilizados y manipulados, aunque no se den cuenta, por quienes lo que quieren es servir únicamente a sus intereses políticos. Según información publicada por investigadores israelíes que estudian académicamente el tema del terrorismo, entre los organizadores que llevan la batuta, hay figuras identificadas con Hamas, que operan desde Gran Bretaña y Turquía, así como enviados de los Hermanos Musulmanes de Jordania y elementos extremistas islámicos de Turquía. Israel aclaró de antemano que la flota no podrá pasar, ya que eso, considera, fortalece al gobierno de Hamas en Gaza, su declarado enemigo. Sin embargo, ofreció entregar a los palestinos por tierra toda la mercadería y equipos que los barcos traen a bordo, sumándose así a los aproximadamente cien camiones que pasan todos los días de Israel a Gaza con distintos tipos de productos. Pero no es eso lo que quiere la flota... o aquellos de sus organizadores que son de línea radical y que dan el tono general. Lo que quieren no es realmente que el material llegue a destino sino que los filmen frente a la Marina israelí, que haya imágenes de soldados israelíes subiéndose a barcos de “pacifistas humanitarios” y que al ser difundidas, aporten más aún a la demonización de Israel a la que con tanto ímpetu están dedicados.
Eso lo teníamos claro desde un principio, cuando vimos quiénes participan en la preparación de la flota y cuál es su discurso ante la prensa. Pero el jueves nos quedó plenamente confirmado, al publicarse una noticia, que a pesar de conocer la dinámica de fondo, realmente logró sorprendernos. La familia del soldado israelí secuestrado en Gaza Guilad Shalit, ofreció a los organizadores de la flota, interceder ante el gobierno israelí para convencerle de que permita su acceso a las costas de Gaza-y claro está que la familia Shalit tiene un peso diferente del de un ciudadano cualquiera- con la condición de que la flota se comprometa a hacer llegar a Shalit, a través de sus captores de Hamas, paquetes y cartas. Pues, aunque parezca mentira, los organizadores rechazaron la propuesta. Sería increíble aunque Shalit no estuviese por cumplir cuatro años en cautiverio sin ver ni una vez a un representante de la Cruz Roja internacional. El jueves, el Comandante de la Marina israelí. General Eliezer Marom, dio a sus soldados las últimas instrucciones de cara a la aproximación de la flota a las costas de la zona. “Somos soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel y actuaremos en base a ese espíritu. Nuestra intención no es chocar con nadie ni lastimar a nadie. No entren en conflictos ni discusiones. No reaccionen ni a escupidas, ni a insultos, ni si alguien les tira un cigarrillo. No entren en eso. Estarán representando a las Fuerzas de Defensa de Israel. Háganlo con dignidad”. En el puerto de Ashdod, al sur de Israel, al que serán derivados los barcos a los que no se permitirá entrar a las aguas de Gaza, ya prepararon una gran tienda de campaña para recibir a los pasajeros a bordo. En el lugar ya hay aire acondicionado y equipos médicos, por cualquier eventualidad. Aquellos que se identifiquen, serán enviados en avión de regreso a sus hogares. Los que rehúsen hacerlo, serán detenidos. Los equipos en los barcos, tras ser revisados para comprobar que no incluyen armas o municiones, serán enviados a Gaza por tierra.
Desde el punto de vista de las relaciones públicas, Israel lleva aquí todas las de perder. Por un lado, estarán las imágenes de los barcos interceptados y de la prohibición israelí. Por otro, están las razones de Israel: el vecino que tiene al sur, que continúa contrabandeando armas y municiones a Gaza, que no le reconoce ni está dispuesto a vivir en paz. De esa Gaza, siguen saliendo cohetes disparados hacia Israel. Claro, el ritmo es un “lujo”: no varios por día, como antes, sino “sólo” 140 en cinco meses.... Son buenas razones las que tiene Israel para tomar medidas respecto a su vecino del sur controlado por Hamas, aunque sea difícil traducirlas en imágenes que se pueda transmitir. Pero confiamos en que esta nota la leerá gente que piensa y que no juzga solamente en base a imágenes de televisión.
Compartir este artículo en Facebook © Ana Jerozolimski para Informe Uruguay
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