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Asesores Jurídicos Ministeriales
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Espero que hayan empezado bien el año, pese a que algún colega aún arrastra consigo las cadenas de la intolerancia, la prepotencia administrativa y la tozudez burocrática, aunado a una incapacidad personal que precisamente utiliza estas armas para escudar sus errores y falta de personalidad.
Hemos visto como sanciones administrativas son incrementadas por asesores en el Ministerio y cómo otros se limitan a transcribir decretos y dictámenes anteriores, sin opinar ó establecer una directiva sobre el asunto de fondo, sin leer escritos que están en fojas anteriores y que luego piden informes sobre los mismos.
En fin. Policías sin trabajar desde el 2006, sumariados, separados del cargo, notificados de la circulares y que por no entender el fondo del asunto, o considerar que hubo un desorden administrativo y falencias de la administración, los “asesores jurídicos ministeriales” dejan “todo sin efecto”, reintegran a la función al investigado, exponiendo al Estado a juicios perdidos de antemano, en tanto, obviamente el policía sigue sin trabajar.
A ver. La Policía como tal es el brazo coercitivo del Estado, es la imposición de la ley como concepto armonizador de las voluntades en un bien común, que es el vivir en sociedad, respetando normas creadas por nosotros mismos ó en algunos casos, por iluminados seres emanados de la Facultad de Derecho… hasta que los médicos los desplazaron!
La existencia de un Estado de Derecho garantiza que esa coerción se realice con apego a esas mismas normas ó aquellas creadas para regular esa misma función (llámese Código de Procedimiento Policial ó como quiérase), porque no olvidemos que los códigos Penales y de Proceso Penal, por más que contengan normas que regulan la función policial, son básicamente enfocados a la Administración de Justicia y nosotros no administramos justicia.
Entonces, si somos garantes del orden público, del ejercicio de los derechos individuales, de la existencia misma del Estado a través de la reacción ante alguna figura delictiva, de la observancia de Tratados Internacionales y cuanta otra tarea subsidiaria que el Estado entienda que alguien debe hacer: como la ridiculez de cobrar impuestos a los bailes públicos!!!
Siendo así, debemos reconocer que deberíamos ser muy importantes para la sociedad toda, ya que ejercemos poder y coerción, aunque no seamos plenamente conscientes de esto ó lo que es peor…no nos hagamos responsables ó no queramos que nos hagan responsables.
Sabido es que la responsabilidad implica rendir cuentas, enfoque en la tarea, dedicación, amor propio y respeto…y eso es lo que les está faltando a algunos “asesores jurídicos ministeriales”.
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