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Año V Nro. 337 - Uruguay, 08 de mayo del 2009
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El pasado siglo XX fue inmensamente fecundo en nuevos estados independientes, más de un centenar. Claro que se debió sobre todo al vendaval descolonizador, parte entre las dos guerras mundiales, pero, mucho más marcadamente, después de la segunda, que arrasó las grandes potencias y demás países europeos. Así, nacieron innumerables países a la independencia en Asia, África y hasta Oceanía, la mayor parte ex-colonias inglesas, francesas y holandesas, ya que las alemanas habían pasado a los vencedores en la Primera Guerra Mundial. En Asia, el nuevo país más poderoso fue la India, joya invaluable de la corona inglesa, así casi de inmediato se fraccionó para dar paso a Pakistán, el que pronto se dividiría también en dos, occidental y oriental, el actual Bangladesh. De los restos del Imperio Otomano con su capital Estambul, que se esparcía por el suroeste de Europa, todo el Oriente Medio, el norte de África y el corazón de Asia, dejado bajo el patronazgo de Francia e Inglaterra tras la Primera Guerra Mundial nacerían innumerables países islámicos, que después de la Segunda Guerra Mundial se convertirían en independientes. Quizás la lucha militar más encarnizada por su independencia la tuvo que librar Vietnam, ya que, ante el fracaso de los franceses, entró a impedirlo la mayor potencia del globo, Estados Unidos, que, no obstante, recibió allí la primera derrota de toda su historia. Tampoco corrió mejor suerte Corea, la que aún sigue fraccionada en dos, la del Norte sigue siendo un dolor de cabeza permanente para Estados Unidos y para el mundo con su programa de armas nucleares. Aunque el aire fresco de la independencia había pasado por nuestro continente el siglo anterior, también en el XX, la conquistaron diversos países insulares del Caribe, a los que se les había adelantado Cuba y muy avanzado el mismo la adquirió Belice. En la última década del siglo pasado, cuando parecía que todo se había estabilizado y que el huracán había desaparecido en la distancia, súbitamente, con la caída del imperio soviético, de un golpe y sin un solo disparo aparecieron quince repúblicas independientes, fuera de que muchos de Europa Oriental recobraron la que habían perdido durante la ocupación de la URSS. ¿Quién propició semejante cambio radical en la geopolítica mundial? Más que nada, los mismos pueblos que habían estado subyugados principalmente por Europa, y que quisieron hacer valer los mismos derechos que ella les había enseñado. Hoy las cosas son diferentes. Si el descalabro de Rusia en su momento envalentonó a los europeos y Estados Unidos, para fraccionar con violencia salvaje los Balcanes: Eslovenia, Croacia, Bosnia Herzegovina, Montenegro y últimamente Kosovo, la recuperación de aquella hace que propicie unilateralmente la independencia de Abjasia y Osetia del Sur en el Cáucaso. En muchas partes del planeta hay pueblos que intentan independizarse en el siglo XXI. Sin embargo, parece que las grandes potencias y otras medias, van a tratar de impedirlo, en aras de sus propios intereses. ¿Será que lo van a lograr? ¿Los derechos que ellos se abrogan se los van a impedir a los demás? Si el mejor bien de todo ser humano es la libertad ¿no será esta, también la de muchos pueblos a los que hasta ahora se les ha negado? Quebequenses, Vascos, Catalanes y muchos más por Europa. También los Palestinos, Kurdos, Tamiles, Sarahuíes, etc. Sin duda el siglo XXI no va a ser menos fecundo que los anteriores. Bienvenidos pueblos hermanos a la libertad, a la independencia. ¡Hasta el próximo análisis…!
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