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Año V Nro. 346 - Uruguay, 10 de julio del 2009
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Para los pocos memoriosos, hubo en el FA un fuerte debate interno cuando el MPP solicitó ingresar a ese partido, muchos se oponían. Aun recuerdo al fallecido Seregni declarando en la prensa que los habían aceptado pues era preferible que se insertaran al sistema político, algo así como “más vale que estén dentro del Partido haciendo política, que afuera desestabilizándonos. Poco imaginaban supongo aquellos que aceptaron la integración que pocos años después, ¿una década? ¿una década y media? La imparable maquinaria propagandística del MPP, apoyada por el alicaído Partido Comunista, que no tiene votos, pero si estructura marquetinera, lograría quedarse con el partido de Seregni, de Michelini padre, y mal que les pese de Batalla. Y Astori, quien nunca comulgó sin lugar a dudas con ese movimiento, hoy acuerda, evidentemente a desgano, integrar la fórmula siendo el “segundón” de Mujica. Por más requisitos que haya puesto para ello. Y esto de segundón, no se adjetiva por la figura del Vicepresidente, sino por el desarrollo de la campaña. Con la concreción del congreso del Frente Amplio primero, cuando se eligió a Mujica candidato oficial del Frente Amplio junto a Carámbula, Daniel Martínez y Astori como candidatos. Un congreso al que Astori ni asistió, ni reconoció. Y luego todo el devenir de la campaña, en permanente pica, tanto que muchos malos proyectos que andan dando vuelta por el parlamento iniciados por los astoristas, fueron detenidos por los mujiquistas, lástima que ahora en tren de acordar, los mujiquistas posiblemente olviden lo fatídicos que encontraban esos proyectos y se los voten para que Astori no se empaque y renuncie a ser el “vice”, yo me atrevería a decirles que no se los voten, porque la realidad es que Astori igual va a seguir en la misma, pues no quiere abandonar el poder. Y realmente esa conclusión tiene en parte, lógica. No hay dudas que el aplicar este brutal impuesto a los ingresos de los ciudadanos de ingresos medios, y a los jubilados, el quitar las prebendas a las pequeñas y medianas empresas en beneficio de las grandes empresas, dejando sin ningún tipo de gravamen a quienes más ganan, bases de la Reforma Tributaria de Astori, es para este personaje, la mejor forma de manejar la economía del país. Lo de en parte, es porque creo que a esta altura debe tener más que probado, que volvió más pobre a un montón de uruguayos, muchos de los cuales no podrán resarcirse de lo que les ha quitado, como es el caso de los jubilados, y a cambio lo único que logró fue agrandar la brecha entre ricos y pobres. Solo que nunca tendrá la grandeza de espíritu para reconocer que se equivocó y le hizo más daño al país, como tampoco reconocerá que endeudó más al país, con el agraviante que ahora la deuda es con privados y por ello más difícil de renegociar, ni aceptará que al pagarle al FMI, lo único que hizo fue hacerle los mandados a este que estaba fundido y necesitaba recuperar liquidez. Un amigo me envío un artículo publicado el 30/5/2009 en “El País”, el de Madrid, donde se hablaba de la extinción de la clase media. Y no hay dudas tanto en España, donde el sistema tributario aplicado es muy similar, al punto que el nuestro se formuló siguiendo esas pautas, la clase media, crisis mediante, está extinguiéndose. A eso apuntó sin lugar a dudas Astori. Dos reflexiones me merece esta conclusión, la primera es que lo haya hecho a sabiendas, y con ello apañar a quienes sostienen que la clase media debe desaparecer, por no tener conciencia de clases y no prestarse a luchar contra los “explotadores de los trabajadores”, de esta forma siguiendo este razonamiento, esquilmó a la clase media, la empobreció a fin de lograr un Uruguay donde en vez de trabajar empresarios y trabajadores codo con codo, para lograr un futuro mejor para todos, se deje de trabajar todos en fila tras los dirigentes sindicalistas que se acomodan con el gobierno y se despreocupan de las verdaderas necesidades de quienes únicamente vivimos con el fruto de nuestro trabajo. La otra reflexión que me merece es que no sea conciente, Astori, que durante su gestión al frente de la cartera de Economía, destrozó a las pequeñas y medianas empresas, a los asalariados y a los jubilados, creyendo realmente que así iba a lograr un Uruguay mas justo, o sea lo haya hecho de poco inteligente no más, embebido en sus prejuicios y sus “conocimientos sentado atrás del escritorio”. Sinceramente este personaje, a lo largo de la vida política del país, desde la vuelta a la democracia, se ha prestado a cualquier cosa. Poca memoria tienen los uruguayos, que no recuerdan sus memorables peleas con nuestro hoy Presidente, quien en más de una oportunidad, lo mandó a callarse, con la célebre frase: “ o se calla o se va”. Astori dijo: “ni me callo, ni me voy”. Pero todos hoy sabemos que se calló y se quedó, a cambio del Ministerio de Economía del primer gobierno frenteamplista. Ni siquiera reconoció que quienes votaron al Frente Amplio, eligieron, nos guste o no, para conducir a ese partido, a José Mujica. Se encerró en su casa, escondido tras su enfermedad, ni siquiera fue capaz de recibir en su casa, al vencedor. Este último desde el estrado, desde su primer discurso lo llamó para trabajar en conjunto en gesto conciliador, mientras Astori, intermediarios mediante, puso todo tipo de condiciones para aceptar integrar la fórmula. Muchas veces, con razón, lo mandó a callar la boca en plena campaña, ante los dislates de Mujica, pero ahora se apresta a conservar una posición para si y para sus colaboradores, con cargos arreglados de antemano. Del favorecer a aquellos que más tienen, en desmedro de los trabajadores y jubilados, para dar dinero a cambio de nada a los que no trabajan, a quien opina que el Uruguay es un país de atorrantes donde nadie quiere trabajar, existe una distancia imposible de recorrer. Entre el atildado y anodino profesor, quien pps en mano, se apresta a aburrir con su pose doctoral, a todos sus interlocutores, y el desprolijo y poco apegado al baño diario candidato único electo del Frente Amplio, existen tan pocos puntos de contacto que es imposible imaginar como podrán seriamente sumar esfuerzos y equilibrar matices. Es imposible porque entre ambos no existen matices, son como el agua y el aceite, y no me pregunten quien es quien. Astori pide cargos, pide manejar la economía, exige una campaña “seria” y lo peor de todo es que Mujica acepta, o sea que dos personas que representan posiciones en las antípodas sobre como ha de ser el país, y sobre el diagnóstico de país que tienen, al solo efecto de intentar conservar el poder, se juntan para intentar ganar las elecciones. Habrá que esperar a setiembre para saber si tenía razón el Presidente de ANCAP, sobre que el FA con una heladera de candidato igual ganaba las elecciones, en una clara falta de respeto a la inteligencia de los uruguayos, o aun existe entre quienes vivimos en este suelo algo de “pienso”, como para razonar que es imposible unir algo tan diferente como estas dos personas, no solo por ellos mismos, si no también por lo que representan en cuanto a su ideología. Nunca saldrá de esta fórmula un gobierno consolidado, únicamente estarán enlazados.
© Helena Arce para Informe Uruguay
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