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Divertido gobierno frenteamplista
por Fernando Pintos
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Hoy, romperé una lanza por el Frente Amplio. Acontece que el Uruguay del Frente tiene, cuando menos, una notoria cualidad que a todos beneficia pero de la cual nadie habla. Y es la del Show Business. Y me explicaré a continuación con detalle.
Por regla general, la gente suele invertir considerables sumas de dinero, todos los meses del año, para diversión y entretenimiento. Es de todos sabido que a la gente le encanta el tren fantasma del Parque Rodó... Y este gobierno les proporciona, totalmente gratis, una colección insuperable e inimitable de fantasmas, fantasmitas, fantasmoides y fantasmones. A la gente suele gustarle el espectáculo que ofrece el circo, con especial énfasis en equilibristas y payasos... Y, nuevamente, el Frente hecho gobierno les proporciona un espectáculo insuperable, superpoblado con toda la calaña imaginable de bufones, saltimbanquis, transformistas, trepadores y equilibristas, el cual, para colmo de bienes, permanece en escena los 365 días del año, ¡Sin molestas interrupciones ni impertinentes cortes comerciales!
Por otro lado, la gente suele gastar dinero en contratar servicios de cable, principalmente por las series y las películas que tal inversión permite disfrutar... Pero, ¡una vez más!, el Frente en el gobierno proporciona, tan gratuita como generosamente, un material muy superior al de ciertas series y películas —de comedia u horror— que el cable transmite… Pongamos por caso, si hablamos de teleseries, a «Los locos Addams», «Alf», «El agente F-86» o «La familia Munster». Y si se trata de películas, por ahí todas las de horror, con diferentes versiones de las andanzas del monstruo de Frankenstein, el Conde Drácula, el Hombre Lobo y el Hombre Invisible… Sin olvidar las comedias, al estilo de «Problem Child», «Amazon Women on the Moon» o «Speaking of Sex» (Sometimes Really Wet!). Como se verá, habría mucho qué agradecerle, en cuanto tuviese que ver con entretenimiento mediático, a este festivo gobierno frenteamplista.
Ahora, si vamos a hablar de lo que debería hacer un gobierno, que es gobernar y hacerlo en beneficio de toda la población —y no sólo de sus cómplices, amigotes, entenados y compinches—, entonces sí: no sólo son incompetentes y aburridos. Para colmo, también son espantosos. ¡Ah! Y además, mienten hasta por gusto, que es como decir «hasta por los codos». Como rezaba una célebre canción de la época de oro del Carnaval del Uruguay: «Debe ser la Demagogia, debe ser, ¡que andará por ahí!…».
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