Bajo el karma protector de la no discriminación, ya prácticamente no se puede hablar de la homosexualidad, y ni se le ocurra decirle a alguien "marica" porque puede literalmente ir preso.
Defender el derecho de un individuo a decidir sobre sus opciones sexuales, políticas o religiosas, es parte de la esencia de una sociedad liberal y del modus vivendi de un liberal. Como dijo Voltaire: "No comparto tus ideas, pero daría mi vida para que puedas expresarlas." Pero de ahí a promoverlas con recursos gubernamentales, hay un abismo.
El spot de la ONG Ovejas Negras "Beso a beso" que promueve el MEC, linda entre ser un mensaje a favor de la no discriminación a ser un mensaje a favor de la homosexualidad. Y aquí está la sutil y gran diferencia: si optaste por ser homosexual, te vamos a respetar y a no discriminar. Pero si eres un adolescente que estás definiendo tus opciones sexuales, no parece oportuno mostrar la homosexualidad como una alternativa en un pie de igualdad con la heterosexualidad. No es lo mismo "que sea cura, colchonero, Rey de bastos, caradura o polizón".
Algo similar sucede con los drogadictos. Obviamente que tienen "derecho" a drogarse mientras no afecten la vida de quienes los rodean. Pero remover de su puesto de trabajo a un piloto de avión o aun médico que se drogan, no es un acto de discriminación hacia el trabajador sino que es un acto de protección hacia el pasajero y hacia el paciente. Son ellos las víctimas, no los victimarios.
No están claras las causas de la homosexualidad y desde hace años no se considera una enfermedad. Pero la mayoría de los casos que conocemos vemos que se trata de personas que tienen alteraciones fisiológicas u hormonales o han pasado por alguna experiencia que los ha llevado a toamr esa opción.
Así tenemos el mediático caso del modisto argentino Piazza que
declama a los 4 vientos su condición de homosexual y la exhibe sin tapujos y también nos
cuenta con crudeza cómo era violado por su padre y por su hermano cuando niño y cómo ahora su hermano se viola a su hijo, es decir, al sobrino de Piazza. No parece ser ésta una familia "normal".
Si al Ministerio de Educación y Cultura le parece muy bueno mostrar el spot donde dos lesbianas por un lado, un hombre y un travesti y dos hombres por otro, se están besando en espacios públicos, podría también mostrar a ese mismo travesti como era violado de niño, a la lesbiana como era golpeada por su novio y a los dos hombres como eran sobreprotegidos por sus mamitas. O tal vez no sean éstas las causas de su homosexualidad y nos cuenten qué tuvieron en cuenta para tomar una decisión racional que los llevó a sentirse "protegidos", "amados" y "penetrados" por alguien del mismo sexo.
Tal vez de esa manera podamos tener un panorama más cabal sobre las causas de la homosexualidad y no sólo sobre sus consecuencias. El Ministerio debería ayudarnos a entender la base del iceberg y no sólo mostrar su punta. Si me ayudan a comprender las bondades de la homosexualidad tal vez pueda recomendarle a mis tres hijos varones cómo encontrar su pareja ideal: es probale que les sugiera buscarla en el vestuario del equipo de rugby en vez de hacerlo en el baile del sábado.
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