NO HAY CAMBIOS.
por Pedro Hernández
LAS "SOLUCIONES" QUE SE ESTAN TOMANDO PARA RESOLVER LA CRISIS, ESTAN ALINEADAS CON LA POLITICA ECONOMICA QUE NOS TRAJO LA MISMA.
La crisis llegó y los técnicos y tecnócratas, sin intentar buscar las causas de fondo - hay que proteger el sistema - se abocan a hacer lo mismo que han hecho siempre, definir nuevos ajustes. Los más vulnerables una vez mas cargaran con el mayor costo y las desigualdades se profundizaran al seguir la misma política económica.
Las responsabilidades se adjudican a factores externos - excusa gastada - y todo el mundo acepta, como verdad revelada. No se ve una critica seria señalando causas y responsabilidades de la conducción del país. Es que los intereses entretejidos por el partido - único - el del 3 y 2 son la mordaza que impide al país analizar los hechos con la suficiente transparencia para cambiar.
Lamentablemente para la inmensa mayoría del pueblo, los técnicos y los intelectuales siguen alejados de la realidad Nacional, - seguimos hablando de los mismos problemas desde hace más de cuarenta años - las excepciones confirman la regla.
La oposición tiene en la "cabeza" el mismo esquema y cree que retocando o administrando mejor estará el cambio.
Perogrullo diría que para cambiar hay que cambiar.
Otra cosa preocupante es que la oposición trata de hacer "buena letra" para estar en sintonía con el modelo actual de país, que es en realidad lo que hay que cambiar para tener un país integrado.
Nadie quiere reflexionar de que tres crisis - destructivas - casi cíclicas de la economía en 40 años, es inaceptable - para cualquier país, más para uno pequeño y estancado - y señal de que algo anda muy mal.
Un país no debe y no puede vivir de prestado y esa es la historia del Uruguay en los últimos cincuenta años. Todos sabemos como se ha manejado el país, pero preferimos seguir en la confrontación discursiva del día a día. Pensar, reflexionar sobre nuestra historia de los últimos 70 años, muy complicado y la mayoría quedaran "desnudos", por lo tanto sigamos con los juegos de "distracción". Creo que hemos llegado a la cruz de los caminos y hay que decidir. ¿Cambiar de rumbo o seguir por el mismo camino?. Cambiar de rumbo implica trabajar y correr riesgos, pero tiene la grandeza - tan necesaria - de renovar la fe y la esperanza de que es posible luchar por un país distinto, más solidario y para todos.
El país soñado desde el fondo de la historia y postergado por los mismos intereses contra los que Artigas luchó.
La dirigencia política, empresarial y gremial no atina a salir del discurso que nos trajo hasta aquí, reclamos sobre reclamos, aceptando "limosnas" muchas veces a cambio de obsecuencia. Nadie quiere aceptar que en mayor o menor medida todos han sido sobornados - por el partido único - y a la hora de recibir "soluciones" nadie se preguntó nunca quien pagaba, de donde provenían los recursos que permitían seguir tirando.
El país no preocupó - es la visión de los corporativismos - como si la fuente de recursos fuera inagotable. Nadie parece advertir que tenemos una economía desintegrada colmada de asimetrías, sociales y económicas, que se siguen profundizando.
Asimetrías que han sido funcionales al manejo del partido único que está agotado por más de 50 años de malas administraciones, vaciamiento de bancos y empresas y "juegos" del clientelismo electoral.
Ahora todos quieren, como cada año preelectoral, quedar bien "parados".
Descubrimos que estamos estancados desde hace 50 años y esto lo dicen economistas defensores del modelo. Cuando Carlos Quijano decía en 1965 que el país estaba estancado desde 1930 los dirigentes del partido único - el del 3 y 2 - lo acusaban de todo. Todos creían, como tambien señalaba el mismo, que los paises no se funden.
En mi opinión lo más grave que le sucede al país es la falta de un sinceramiento y una toma de conciencia de como ha sido vaciado, ética, moral y económicamente.
Lo que sigue siendo insostenible y lamentable es que no nos demos cuenta- ¿o no lo queremos aceptar?- de que los mismos actores, que nos dicen lo que es "bueno", son los encargados de arreglar cuando lo "bueno" estalla. Es un circulo vicioso que si el país no lo rompe, no habrá salida, la historia reciente es muy clara.
En medio de la crisis, recurrir a la historia nos parece la mejor herramienta, ésta no es por casualidad, hay causalidades.
Carlos Quijano escribía en Marcha el 22 de diciembre de 1961, ya inmersos en la primera crisis, de los últimos cuarenta años, lo siguiente:
"El país no produce, el país no se puebla, el país no avanza, el país no invierte, el país no se capitaliza, el país está cerrado a la investigación, ausente de la creación.
En un mundo dominado por la eficacia y la técnica, seguimos entregados a la improvisación. En un mundo que trabaja, aún en el sector capitalista, con sujeción estricta a planes y previsiones de largo alcance, sólo tenemos ojos para el pequeño problema del pequeño día que pasa.
En un mundo de productores, seguimos siendo o queremos seguir siendo el paraíso de los consumidores. Las quejas y las protestas se resuelven con aumentos de sueldos y jubilaciones.
Trabajamos, lo poco que trabajamos, para ensanchar el área de la población pasiva, para adelantar la edad de retiro, para crear desaprensivamente escalas móviles que nunca podrán aplicarse, para distribuir premios y becas, para proyectar obras suntuosas que nunca se llevan a término, mientras los cantegriles se extienden.
El irrealismo es nuestra constante. Y con él, un utopismo de pequeño burgués, que sueña con el ocio necesario para pescar mojarras y tostarse al sol.
De este Nirvana de café tenebroso, no podremos salir sin un gran sacudimiento, sin un duro y prolongado esfuerzo, si no nos entregamos en cuerpo y alma al trabajo disciplinado y consciente, si no le damos a los capaces de producir, el pan y la esperanza, la justicia en la distribución y también los grandes mitos creadores.
No es para lograr mayores facilidades que debe convocarse a las gentes. Es para que asuman responsabilidades mayores.
Este país que no produce, no capitaliza, no invierte y que está dominado por la mentalidad y el hábito infecundos del consumidor, ¿ puede lanzarse a la obra de vencer sus dificultades dentro de los cuadros actuales? ¿Puede acometer esa difícil y riesgosa tarea, en un régimen precapitalista, que depende de la ayuda extranjera, que sobrevive a base de expedientes y de trucos, que se esteriliza en la búsqueda de artilugios, para salir sólo del paso y siempre para salir sólo del paso.
Más adelante agregaba:
¿Podemos todavía confiar en reformas monetarias para resolver el ajuste de los costos?
Si no producimos, y cada vez, más, moriremos lenta o rápidamente. Hay muchas maneras de morir y muchas manera de durar.
Pero no produciremos más, esa es nuestra convicción, si nos aferramos a las fórmulas existentes".
Por último escribía:
"A lo largo de los años se comprueba que los hombres de hoy, sólo podremos cumplir el deber que los tiempos nos imponen, si empezamos por comprender cabalmente el significado del Artiguismo, bajo cuya tutela iniciamos y cerramos estos artículos."
Hemos vivido esa década y podemos humildemente dar fe, de la certeza de lo transcripto. Todo lo que hoy nos sucede fué denunciado y previsto, pero primaron los intereses corporativos funcionales al partido "único"- que hoy lo siguen apoyando - y el país perdió.
Los dirigentes del partido "único", siguieron con su retórica electorera sin ver que el país se hundía en una profunda crisis que desembocó en la dictadura. Hoy esa misma dirigencia sigue en los mismos "juegos", no hay autocrítica y la preocupación es mantenerse en el poder. Los hechos siempre porfiados nos dan la medida de la crisis.
La emigración de los jóvenes buscando nuevos horizontes donde desarrollar sus sueños es la mayor pérdida que el país tiene y la que mayor impacto tendrá en el futuro inmediato. Una medida de la falta de credibilidad y fe en el país. Este es el fruto más negativo del partido "único" y uno de los mayores daños hecho al país. No será tarea fácil revertir esa situación. No será con las "soluciones mágicas" - distrayendo de los problemas de fondo - del "mercado" que los dirigentes del 3 y 2 siguen proponiendo apoyando este modelo inmoral de país. Inmoral por la desigualdad de oportunidades desde el arranque. Inmoral por las injusticias sociales que promueve y trata de soslayar. Inmoral por llevar adelante una democracia recortada donde hay hijos y entenados más hallá de la retórica discursiva. En definitiva el partido "único" ha instalado la mediocracia y en ella nos debatimos autodestruyendonos.
El país no le da trabajo a los técnicos que forma y cuyo costo todos pagamos y que va a rendir sus frutos a otras tierras.
El país se maneja en un discurso mediático irresponsable. Los encargados de la conducción del país y por tanto de la economía disponen de los medios - todo el tiempo que quieran - para explicar como estan haciendo para "solucionar" los problemas que no previeron.
Sólo en un ámbito de libertad irrestricta, sin temores y sin presiones desde el poder, el país saldrá de esta medianía que lleva más de cincuenta años. La creación necesita de la igualdad de oportunidades en un marco de las más amplias posibilidades del ejercicio de la libertad de expresión. Hay que deshacer la red de intereses, políticos y económicos que han ambientado la corrupción, cuyos resultados estan a la vista y la corruptela que inunda distintos ámbitos de la vida nacional pública y privada.
Desde siempre los grandes medios de comunicación han estado y siguen estando al servicio del poder. Eso ha creado una autocensura - por necesidad o por adhesión - nefasta para desarrollar el país. El recorte - no escrito - del ejercicio de la libre expresión es otro de los daños hecho al país por el partido "único" - el del 3 y 2 -.
Una vez más decimos, no hay democracia plena sino no hay verdaderas posibilidades de ejercer la libre expresión y este es un resorte fundamental para llegar a la verdad, crear y crecer. La discusión de ideas hoy es irrelevante y el discurso político - cuya decadencia era notoria a fines de los cincuenta - se ha mediocrizado.
El país debe ser "UNO", hoy eso no se cumple. Llevarlo a la práctica se llama integración. Integrarnos adentro para integrarnos hacia afuera.
La incidencia del estado en la débil economía uruguaya es muy importante y el manejo partidario sobre los actores de la economía es total. Este es otro de los aspectos que explican las inconductas empresariales, siempre buscando "soluciones" a través de influencias partidarias o socializando las pérdidas. Esto es la historia de los últimos sesenta años, no por casualidad la economía está estancada.
Esto hace que el "sometimiento" o adhesión sea muy fuerte, conspirando contra una verdadera "cultura empresarial".
El Uruguay de hoy no se entendería, sin la gran prensa amanuense o autocensurada ya sea por interés económico o adhesión partidaria. Tampoco se entendería sin el manejo del clientelismo político, con la consecuente falta de transparencia en la conducción de la cosa pública.
La dirigencia empresarial del país que históricamente se han apoyado en el manejo del 3 y 2 - clientelísmo del partido "único" - y que ha usufructuado de prebendas, contrarias a un desempeño correcto de la economía - refinanciaciones, consolidaciones de deudas, etc. - y todo tipo de maniobras postergando las liquidaciones es también responsable de la crisis.
El pueblo en general es el gran perdedor en los últimos cuarenta años y no son los empresarios los más indicados para aconsejar normas de política económica en este momento.
Han avalado con sus aplausos o con sus silencios esta conducción al servicio de ciertos intereses y de espaldas al país desde hace mucho tiempo, los que tenemos memoria no lo olvidamos. El país con ésta conducción -alentando los corporativismos- le ha cerrado el paso a la recreación de un empresariado independiente de lo partidario cuyos nefastos resultados a la vista estan.
El estado - que hoy critican - fué siempre el socio del mal año y la idea es mantenerlo
lejos en los buenos.
Pasa el tiempo y las "cortinas" de humo preelectorales siguen siendo la herramienta
- cambiar algo para que todo siga como está - para mantenerse en el poder.
Todos somos responsables de lo que le pasa al país hoy, decimos una vez más.
Pero los grandes responsables son los dirigentes del partido "único" y los dirigentes empresariales, que mientras pudieron lucrar no se quejaron y no pensaron en el País.
No les preocupó los subsidios de los sectores rehenes y por ende un modelo de economía desintegrada.
El juego de distracciones se agotó y el país reclama soluciones.
El poder se ejerce por el partido "único" desde hace más de 70 años y se han dilapidado los recursos del país.
Los números económicos y sociales son lapidarios.
Los países pobres - con mala distribución de la riqueza - y economías desintegradas estan condenados al subdesarrollo, hay un circulo perverso, son pobres porque son pobres.
Hay una frase de Artigas que define a los responsables de nuestro deterioro:
"Los malos europeos - hoy hay que agregar a los yanquis - y los peores americanos"...
La oposición tiene tambien su cuota de responsabilidad porque ha jugado a las "chacritas políticas", sin conseguir integrar en profundidad un proyecto con visión País. El país necesita un acto de grandeza por encima de los sectores. Esta es la señal que la oposición debe dar. El país necesita creer, porque el vacío de credibilidad instalado por la conducción del 3 y 2, en las últimas cuatro décadas es enorme, de ahí la altura imprescindible del mensaje político.
La frase de Artigas: "Que los más infelices sean los más privilegiados", sigue esperando su cumplimiento.
El país está en crisis gritan hoy casi todos... El país tiene un nuevo récord y nadie se ha dado cuenta, por primera vez la mayoría es unánime en un tema. Es la mayor crisis de los últimos 50 años, sin la menor duda. Todos los sectores - sociales y económicos - reclaman soluciones. Nadie parece advertir que la crisis tiene una magnitud tal que no hay sector al que recurrir - los rehenes estan exhaustos - para auxiliar a otros.
Los sectores que tienen acceso a la información calificada, ya pusieron a buen recaudo sus recursos. El país ha sido vaciado, nos quedan las deudas a pagar.
El daño interno en el país es brutal, ya que ahí juegan las asimetrías entre los distintos actores. Creo que no se tiene conciencia de ello.
Acá pesa la falta de una economía integrada en una visión país.
Los ahorristas y los deudores tienen una multitud de situaciones, así como la mayoría de los sectores de la economía. Las distorsiones y enfrentamientos son inevitables más hallá de la buena voluntad de las partes, aún en el supuesto de que hubiera un gobierno con visión país.
Acá la teoría de que el "mercado" todo lo soluciona y es lo mejor, nos llevó a la catástrofe. Lamentablemente los gobernantes no asumen su responsabilidad e intentan por todos los medios dejar que el "mercado" resuelva la crisis, sin medir costos sociales y económicos. No hay cambios en la política económica y los desequilibrios - exacerbados por la crisis - muestran que no pueden haber soluciones equitativas entre sectores que tienen distinto poder.
Que estamos en una emergencia creo que no hay dudas, por el impacto en los sectores más vulnerables y en los sectores productivos. ¿Cuantos años retrocedimos en los principales indicadores económicos y sociales?
Sin embargo no estamos hablando de como aumentar la producción y sí de las "soluciones" en el papel; seguimos con los "disfraces" ocultando las causas de los problemas.
Por otra parte no debemos olvidar que el estado es el garante - debe serlo - de los equilibrios macro- económicos, que posibilitan el mantenimiento de las reglas del contrato.
Hoy el equilibrio de las relaciones jurídicas del contrato han sido desestabilizadas - reprogramación de los depósitos, devaluación - por las medidas de política económica.
Las reglas de juego de una economía estable no se pueden aplicar.
Estamos sin duda frente a una crisis extraordinaria, por tanto las soluciones deben ser extraordinarias.
Por ello para salir de la crisis con la solución más equitativa, - social y económica - el país debe ser declarado en emergencia económica y social, - esta es la realidad sin disfraces - ya que además de la magnitud de la misma, el principal responsable es el estado.
Emergencia social y económica para:
1- Realizar un esfuerzo País, - por encima de los intereses particulares - equilibrado, armónico y equitativo, para que ningún sector se sienta más afectado y el desgaste social se minimice y no se profundice.
2- Que la crisis sea pagada por todos, - no como hasta ahora - cada uno en función de su fuerza.
3- Evitar la canibalización entre los distintos sectores - ahorristas, deudores, pasivos, etc. - económicos y sociales.
4- Evitar el avasallamiento de ningún sector, - dada la profundización de las
asimetrías - y asegurar el cumplimiento de las leyes sociales, sin rehenes.
5- Evitar la transferencia del aparato productivo - tierra, fabricas, etc. - a precio de mercadería "robada", así como de las viviendas.
6- Para que sólo el País gane y el tema central sea promover el aparato productivo. Hoy la inversión - en equipos - de los 90 está paralizada, deteriorándose en el campo y en las fábricas que no funcionan. Buscar así la mejor distribución de las pérdidas.
7- Para que el país encuentre la tranquilidad social - indispensable y tan necesaria - sabiendo que el esfuerzo es entre todos y terminar con el desgaste en el reclamo de soluciones corporativas, que nunca serán buenas para todos y menos para el país.
No se puede seguir con "parches", para salir del "apuro", porque esto es prolongar la agonía y seguir alimentando la desesperanza.
Las crisis nos permiten ver al país real, si actuamos sin prejuicios y con la máxima libertad lo miramos como un todo. No es posible olvidar los costos sociales y económicos de cada una y seguir como si nada hubiera pasado. Peor, no pocos técnicos dicen que si salimos de las anteriores porque no habremos de salir de ésta.
¿Es que el país formó técnicos para que nos digan que estamos en crisis después que suceden?
¿Es que los técnicos creen que todavía hay margen para seguir actuando independientemente de la responsabilidad social?.
Si el modelo económico no sirve a la mayoría, está mal, hay que cambiarlo, hoy los hechos son contundentes. La economía al servicio de la mayoría y no como hasta ahora.
Resulta patético la búsqueda de "soluciones" a la crisis sin cambiar la política económica
Es evidente que somos "fantásticos". Los técnicos y tecnócratas piensan seguir sin tocar a los eternos beneficiados, pero hablan de la inequidad tributaria - no todos -, faltaba más. Por otro lado la actitud corporativa de los distintos sectores sigue como en los mejores tiempos, apena disimulada por palabras solidarias.
Hemos acumulado todos las corruptelas y mañas que nos puede trasmitir el manejo de un partido "único". Para los que creemos en la democracia no sólo de las formas, esto que nos pasa es muy triste y lamentable, es la crónica de una muerte anunciada.
Hemos perdido la sensibilidad de una conducta cívica mínima.
Tenemos ciudades sucias y no nos conmovemos. Algo que no nos costaria-bastaria con no tirar deshechos por las calles- mucho mantener y nos haría sentir mejor no lo practicamos. El entorno social - desde hace décadas - no nos conmueve, salvo en el discurso electoral. Hace mucho tiempo que vemos niños, muy niños, mendigando en los semáforos de muchas esquinas. Hemos aceptado como natural, "que estemos confortables", mientras la miseria de los semejantes - que tienen los mismos derechos, según reza nuestra constitución - nos rodea. Hemos aceptado la posición cómoda, "no es responsabilidad nuestra", nos repetimos.
Hemos ido endureciendo el corazón y fortaleciendo la indiferencia.
Sin duda - mayoritariamente - avalamos el sistema más hallá de algunos "grititos" seudo opositores.
El problema es que el sistema no nos puede "auxiliar" más.
La maraña de ataduras que el partido "único" ha ido tejiendo a lo largo del tiempo, para mantenerse en el poder, condiciona a la mayoría, condiciona al país. Mayoría que duda, aún en medio de la crisis. Es muy fuerte la sensación de dependencia creada y la estrechez económica que oprime y somete. El país fue acostumbrado a pedir "favores" a los políticos en lugar de reclamar derechos.
Esta conducta también pesa a la hora de sacar el país adelante.
Hay que meter el bisturí a fondo y desnudar todas las hipocresías que hemos desarrollado para llegar hasta aquí, sin preocuparnos de los que perdían.
Para finalizar y mostrar como "los que ignoran la historia están condenados a revivirla", transcribimos lo escrito por Carlos Quijano en Marcha el 2 de abril de 1971:
"El país entero y no sólo los bancos, está en "situación de emergencia".
¿Puede alguien en su sano juicio, alguien que no esté cegado por el odio o la ufanía o el conformismo creer aún que de situación semejante se saldrá con emplastos, maniobras y limosnas extranjeras? ¿Puede alguien creer que no ha llegado la hora de transformaciones sustanciales, de una nueva conducción y de una nueva política?"
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Montevideo 19 de junio de 2003 |
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