MORAL DEL SIGLO XXI
En la España de hoy
por Graciela Vera |
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En el año 1957, las discriminaciones de índole moral se basaban preferentemente en la que se había dado por llamar “moral pública”. Una circular del Ministerio de Gobernación del 6 de julio de ese año prohibía "cualquier manifestación de desnudismo e incorrección en el mismo aspecto que pugne con la honestidad y el buen gusto tradicionales de los españoles", como también, y mientras en la mayoría de los países occidentales el bikini se imponía, "el uso de prendas de baño que resulten indecorosas, como las llamadas de dos piezas para las mujeres y slips para los hombres. Aquellas deberán llevar el pecho y la espalda cubiertos y éstos pantalones de deporte".
Quizás el cambio en España haya sido tan radical que aún quedan trogloditas que no se han despertado y siguen mamando de la tan mentada moral… o incongruencia, porque algo debe haber de trasnochado, en una mente que ve como impúdico al cuerpo humano. ¿No es más provocativa acaso, la insinuación que la desnudes total?
En un país donde con la aprobación de la Constitución de 1978 ninguna moral prevalece sobre otra, quedando avalado en su articulado el derecho al desnudo, reafirmado no obstante, estando aún en vigencia el anterior Código Penal con su apartado sobre “el escándalo público”, al tener luz verde el surgimiento y autorización de las playas nudistas, resulta irrisorio y fuera de lugar que alguien se rasgue las vestiduras porque en una de las más famosas playa naturista a nivel internacional, haya gente que luce su cuerpo sin cubrirlo con ropa.
¿Se prefiere tal vez la recreación de un pequeñísimo bikini que apenas tapa las partes íntimas y que tal vez al humedecerse deje ver más que lo que los ojos se fijarían en la figura totalmente sin ropa?
Practicar el nudismo es una elección de vida, o quizás de enseñanza; en mi caso, me confieso víctima de una generación represora. No supe sacudirla a tiempo y no participo del grupo nudista, el cuál respeto y admiro porque los creo mucho más libres y más leales consigo mismos que lo que somos nosotros, los llamados “textiles”.
Hace pocos días, en la playa de Vera, la mayor de Europa dedicada a la práctica del naturismo, se pretendió coartar el derecho de los nudistas a la utilización del lugar. ¿Pero acaso no se han percatado de que en el Código Penal vigente no existe nada que nos lleve a pensar que el nudismo no es completamente legal y como tal, pueda practicarse libremente en cualquier playa, parque, piscina y en cualquier situación.
Por supuesto que no estamos de acuerdo con llegar a tales extremos, pero pensándolo bien, ¿no llevará la represión de algunos mojigatos a que se exija un derecho que no se está utilizando en este momento?
¿Y si mañana alguien sale a pasear por La Castellana tal como vino al mundo?
Ni siquiera como exhibicionista podría ser detenido ya que la ley es muy específica en este sentido y sobre exhibicionismo señala que son los “actos lúbricos o de exhibición obscena ante menores o deficientes mentales” los que como todos sabemos, se pueden realizar sin, o con ropa.
Hay quién dice que los nudistas excitan sexualmente. La verdad resulta ser que, quién practica el nudismo, muchas veces familias enteras legítimamente constituidas, no puede ser responsable de los prejuicios o carencias educacionales de otros.
Los incidentes de Vera, tuvieron origen cuando la Guardia Civil invitó a un matrimonio nudista a “darse la vuelta” cuando paseaban por la orilla del agua. Después de eso, movimientos, reclamos, marchas por la orilla del agua.
La playa de Vera fue declarada nudista por el Gobierno Civil de Almería en 1979 y según la cartografía de la Junta de Andalucía, se trata de una playa naturista. Posteriormente el Ayuntamiento de Vera redujo a la mitad el espacio para la práctica del nudismo.
A los locales, acostumbrados desde hace décadas a la presencia de los naturistas, no les molesta la misma pero parece ser que algunos nuevos propietarios, dicen que extranjeros, de las urbanizaciones que crecen a paso acelerado se sienten “nerviosos” con su presencia.
A ésta situación atribuyen los naturistas las reiteradas denuncias de prácticas sexuales que niegan enfáticamente. Se trata, aseguran, de intereses urbanísticos. Y como todo es posible en la viña del Señor solo nos resta preguntarnos, y preguntar a quién corresponda, si no se estará matando la gallina de los huevos de oro.
Marcha de protesta en playa de Vera
Almería, septiembre 2 de 2003
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