" Haz de Internet una gran plataforma de comunicación, no la conviertas en una cloaca de maldad" preHacker.Hacker Digital.
Año II - Nº 72 - Uruguay, 2 de abril del 2004
Artículos en este Número
 
¡¡SOCORRO!! No entiendo ná de ná por Graciela Vera
La tercera ola, el salto cualitativo y cambalache por Roberto Bogorja
La Coronilla: La lucha de un balneario por Julio Dornel
Ojos Uruguayos en Brasil por Carlos Arce
Nuestro primer temblor... por Dr. Enrique Rimbaud
Viaje a Marte por "Nacho" Sasso
La Santa Semana Santa por Graciela Vera
Ecos de la Semana por Roberto Bogorja
Así Somos por Pedro Lemos
Primer Encuentro Nacional de Tuning por Marcelo Umpierrez
Hurgando en la Web por Elerresefe
David Evans por M. E. Giribone
La Pasión de Cristo por Daniel Barrozo
José Luis Ruz, Un artista con personalidad por Graciela Vera
¡ Y todo por una película... ! por David Karp
La fé, una introducción a la investigación de la fé y la religiosidad por Marcos Temesio
Chairando Ideas por Pedro Lemos
Sucedió en España por Graciela Vera
Don José Artigas, el señor que resplandece por Alejo Rivas D.
Asesinato por O. A.
El viejo buzón por Helena Arce
Comunicado de CO.T.I.U. (España) por CO.T.I.U.
Secciones Fijas
 
por M. E. Giribone
Rincón de Sentimientos por Rosalie
El Interior También Existe
Olvidémonos de las Pálidas
Las Locuras del Marinero
Correo de Lectores  
 
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Año electoral
por Alberto Moroy - Montevideo

"Generalmente en los comienzos las crisis ahogan, luego el instinto de supervivencia nos permite convivir con ellas y más tarde este estado de somnolencia nos hace bajar los brazos. Así estamos con la sensación de que nada podemos hacer. Con este estado de ánimo difícilmente tengamos la claridad para elegir a los "pilotos de tormenta" que nos gobernarán los próximos años.
Nuestro espectro político es reducido y más si sabemos que para estas horas se necesita "algo especial". Quien tenga antecedentes en la función pública de no haber hecho nada, difícilmente lo pueda hacer ahora. Quien piense que esto se arregla con cháchara al estilo de nuestros vecinos es que no tiene ni idea de lo que es vivir en crisis permanente.
Los políticos son parte de la sociedad. En general piensan como nosotros: primero yo, luego mi entorno y si queda algo, para el País. En la vida el orden de los factores sí altera el producto. Deben realizarse primero las cosas prioritarias y luego las pequeñas cosas. Si cambiamos el orden, anteponiendo las prioridades del país a las nuestras, seguramente por decantación lo demás vendrá solo.
Exijámosle a nuestros dirigentes políticos cierta cuota de altruismo. Alguien tiene que empezar y quién mejor que ellos que al menos tienen asegurado "un puchero digno". Tratemos de pensar con la cabeza aunque nos duela el estómago. Si el deber partidario obliga a nuestros dirigentes a encolumnarse detrás de los partidos políticos, tengamos en claro que además del candidato nos casamos con el partido y en el fondo ningún candidato estará dispuesto a quedarse sin peso político."

El año electoral: LAS ENCUESTAS
Escribe: O.A.
Aporte de: Ernesto Martínez Battaglino

Y si, señores, ya empezaron a recrudecer las famosas encuestas. Que al par de satisfacer la curiosidad del lector-escucha, nutren los bolsillos de las empresas respectivas (nuevo "curro" que de un tiempo a esta parte engalana la galería de actividades nacionales) y aporta algún punto de interés o "ratting" para los medios de comunicación. Si bien puede haber encuestas para todo, desde el fútbol a la economía y desde la ideología a la medicina, son las de carácter político-electoral las que más atraen.
Aunque en esta época son muy frecuentes, podemos mencionar las publicadas por la prensa el 25 de marzo, en las que tres de las más conocidas empresas ("Equipos" del Sr. Aguiar, "Interconsult" del Sr. Doyenart y "Cifra" del Sr. González) dan por supuesto y por goleada el triunfo del F.A. con distintos (aunque pocos) matices en cuanto a la diferencia que obtendría; y ésta es fundamental porque puede atribuirle la victoria ya en la primera vuelta, ahorrándole una segunda y más riesgosa lucha, y porque implica el logro de una mayoría absoluta en las Cámaras.
Realmente estos resultados que las empresas trabajosamente brindan, fundamentan y comentan (cobrando buena plata por ellas), estaban sin mucho análisis en la previsión del ciudadano más distraído, porque pese a la recuperación relativa que el país va alcanzando lentamente, y a los "baches" que la propuesta frentista sigue presentando todos los días, es indiscutible que existe un metejón popular por sus promesas, cumpliendo un dicho que presentara días atrás el Sr. Ignacio De Posadas y que reza: "No quiero realidades, dame ilusiones". Por lo tanto, uno tiende a comentar: "¡Chocolate por la noticia!" como se decía hace muchos años. Un país que rechazó por enorme margen la ley de ANCAP, NO PUEDE ELEGIR OTRA COSA.
Lo que hoy queremos comentar, corroborando lo que ya otras veces hemos expresado, es que las encuestas electorales tienen en la actualidad (¿o tuvieron siempre?) un valor distinto a su sentido o finalidad específica. Uno siempre supuso que la encuesta tiene el propósito de informar a la ciudadanía acerca del proceso que se va verificando, de las variantes que pueden ir teniendo las preferencias populares, de forma de ir formándose un panorama de lo que puede ocurrir y fundamentar un pronóstico sólido. En otras palabras, la finalidad de permitirle a las personas "orejear" los acontecimientos y adivinar "por la pinta" las barajas que en definitiva se van a disponer. Pero sin que ello afecte o influya en la decisión que el ciudadano ha tomado por las suyas, bien o mal, según su leal saber y entender y conforme a lo que entiende que cada candidato ofrece. Incluso para quienes, en cada etapa, aún no han tomado decisión, el dato de la encuesta no puede o debe ser, teóricamente, otra cosa que una información, que satisface una legítima curiosidad, pero que no integra el complejo de motivaciones que cada persona tiene en el momento de preferir.
SÍ, PERO NO. En los hechos, las encuestas inciden directamente en la decisión de las personas, moldean su preferencia y conducen su voluntad. No sólo la de los famosos "indecisos" de cada momento, sino inclusive la de quienes ya tenían su composición de lugar pero que la abandonan y se pliegan a la mayoría virtual. De modo que el que pega primero, pega dos (o mil) veces. Los que pican en punta o vienen desde antes del proceso electoral encabezando las preferencias de acuerdo a una situación dada en determinado momento, continuarán en ventaja y aún acrecentarán la misma, porque la gente "juega a ganador", dejando entonces que otros elijan por ella. Parece que las personas tuvieran "miedo" de elegir con su propia cabeza, y entonces confían en lo que la mayoría de una encuesta dice preferir. "Dicen que gana Fulano" se comenta, y entonces hay que votar a Fulano, para no errar en el ganador. Coincide lo que sucede, asimismo, después de los comicios: "aparecen" muchos más votantes del triunfador de los que las propias cifras dicen.... Parece que se jugara un boleto y se cobrara dividendo.
La encuesta, pues, se convierte en PROPAGANDA, una propaganda tanto o más eficaz cuanto tiene la apariencia de la objetividad y neutralidad. Atención, yo no dudo de la intención de las empresas encuestadoras, y aún me consta que algunos de sus principales no comulgan precisamente con la propuesta frentista, pero los hechos son así.
Las normas han procurado recortar lo más agudo de este fenómeno, prohibiendo la publicación de encuestas pocas horas antes de los comicios. Se reconoce la influencia que las mismas ejercen, por tanto. Pero, es evidente que prohibirlas totalmente sería inconstitucional por cuanto iría en contra del derecho de información que tenemos los ciudadanos y del derecho de libre difusión, bajo responsabilidad, que tienen los "medios". ¿Cómo solucionar el asunto? No alcanzamos a percibir o imaginar el procedimiento. Ni tampoco cómo hacer para que la gente piense por sí misma y no en función de esos guías anónimos que son los que primero opinan, por pura casualidad.