" Haz de Internet una gran plataforma de comunicación, no la conviertas en una cloaca de maldad" preHacker.Hacker Digital.
Año II - Nº 72 - Uruguay, 2 de Abril del 2004

¡¡SOCORRO!! - No entiendo ná de ná
La tercera hora, el salto cualitativo y cambalache
La Coronilla: La lucha de un balneario
Ojos Uruguayos en Brasil
Nuestro primer temblor...
Viaje a Marte
La Santa Semana Santa
Ecos de la Semana
Así Somos
Primer Encuentro Nacional de Tuning

Hurgando en la web

David Evans
La Pasión de Cristo
José Luis Ruz, un artista con personalidad
¡Y todo por una película...!
La Fé. Una introducción a la investigación de la fé y la religiosidad
Chairando Ideas
Sucedió en España
Don José Artigas, el señor que resplandece
Asesinato
El viejo buzón
Comunicado de Co.T.I.U.
La Cocina Uruguaya
Rincón de Sentimientos
El Interior también existe
Olvidémonos de las Pálidas
Las Locuras de El Marinero
Correo de Lectores

 
Historias, ricas historias de nuestras vidas, de nuestros Pueblos y Ciudades

Ayer y Hoy...........
Juntos compaginaremos las grandes historias de la vida común.
Las que no se ven, las que no se escuchan, las que surjen, están o estuvieron, dando origen a lo que somos
U R U G U A Y O S

La foto otoñal, es de la Península Timoteo Ramospé de la Ciudad de Dolores y una de las incontables Postales que no conocemos. Un paseo para los lugareños y turistas. Un lugar de encuentro de amigos, un espacio abierto para fiestas Doloreñas, la Península y una rica historia que desarrollaremos en el futuro.

Los Forjadores de nuestra Idiosincracia.

Vamos a ir ahogando penas con los ricos recuerdos de la Patria, de nuestra Patria, de la que nació empujando gringos, aunque se alimentó de ellos y junto al criollo se amontonaron al grito de Libertad.

Los inmigrantes que nos dieron forma, junto a los indios que lograron escapar de las tristes encerronas, fueron moldeando al criollo. Aquellos que llegaron por los puertos y se apearon para afincarse con arraigo transformándose en Orientales del Río Uruguay.

Aprendieron otras costumbres y hecharon raices, abrieron surcos en la rica tierra y sin renegar jamás de su condición de inmigrantes, se integraron a lo largo y ancho de la Patria. Sumaron amigos o familias a la causa Uruguaya, carteándose con sus parientes dejados en otras tierras, mandaron sus reales pa'que se vinieran a la Patria Nueva.

Una pedazo libre que abría su corazón a los sufridos de guerras, miserias y tristezas. Un retazo de cielo reflejado en la Bandera, con un sol que alumbra a todos, fueron el horizonte donde abrir caminos y aquerenciándose junto a criollos, pusieron cimientos a lo largo y ancho de suelo uruguayo.

Dieron vida a su entorno adoptado, construyendo un pedacito de sus viejas costumbres en el nuevo suelo, cambiando muchas, y enseñándonos las propias.

Generosamente se agruparon, compartieron el sacrificio engendrando riquezas que son el patrimonio más preciado de una colectividad. Pelearon con vehemencia por lo que soñaron y codo a codo con su medio, dejaron a la Sociedad naciente lo que todos hoy disfrutamos con orgullo, nuestra Idiosincracia.

Los hilos conductores los hemos ido perdiendo, ya que los comienzos de la emigración data de varios siglos, aumentando considerablemente en el siglo XVII y finalizando practicamente por la década de 1940. No obstante siempre encontramos documentos que nos arriman otros tiempos.

Miles de historias dispersas se unieron bajo el mismo cielo, creando sus círculos, sus amigos y brindando generosamente su apoyo al medio que se integraban.

Los uruguayos de la diáspora

Como esos Gringos dejamos el pago, sin estar muy lejos, aunque las distancias son grandes y los charcos no se cruzan en un galope.

Como ellos también que nos dieron vida, tuvimos que tranzar en las costumbres, dejar los amigos y familia, buscando otros horizontes.Y también como ellos soportamos el cambio, aferrados a los lazos que nos trae el recuerdo, las tristezas y alegrías de momentos vividos. Regando nuestro camino generosamente con lo que mamamos, para que otros entiendan que el mundo se hace rico con el intercambio de culturas. Aprendiendo como tantos, otros idiomas, hablando a media lengua como el Turco que con el mono al hombro iva recorriendo fogones Bendiendo Badato. O como el Tano que ofrecía por las calles pueblerina, laranja, laranja, tomato, lomones.

Como ellos también, los uruguayos de la diáspora, vamos regando el mundo. Haciendo notar que no somos exquisitos, no somos puntuales, no hablamos igual que los hispanoparlante y tenemos ese toque diferente que aprendimos en el cielo libre que nos dieron aquellos gringos.

Agrupándonos como lo hicieron ellos, en lugares comunes, sientiendo que para un compatriota, no hay nada mejor que otro del mismo suelo. Las costumbres, los sabores, los perfiles, el acento al hablar nos hace lo que somos, Orientales. Donde estemos lo somos, tenemos esa diferencia original, que ni mejor ni peor, es lo que nos identifica muchas veces en el trato con otros latino-americanos y hasta con los propios españoles, que por su acento nos vemos distanciado y por el nuestro de arrastrar la eye, uruguayyyooo..y no uruguallo al pronuciar , no decir como la mayoría llueve, sino un ''yueve'' o simplemente expresarnos con el Yo y no con el Io.

Como el porteño nos indentificaba de inmediato cuando decíamos algunas de nuestras uruguayeces, ''trancá la puerta'', '' el botija '' y tantas más, asi nos identifican en otros pagos de habla castellana. Y como aquellos gringos, pasamos nosotros a ser los que inmigramos, trayendo nuestra ''bolsita de recuerdos'', que amalcenada en otros días, nos gusta abrir para compartir y sumar experiencias apollados en nuestros orígenes y costumbres.

Compartir con amigos en la distancia sus vivencias o las nuestras, historias, comentarios, anécdotas, conociendo un poco más, de lo nuestro.

 
Una historia reciente, que embellecen las calles de la Ciudad de Dolores.

Historia de una pintura mural

Por Julio Asarián

DOLORES, 200 AÑOS
Nunca nos agradó trabajar a la vista del público; los queridos hijos pequeños sabían eso y nunca osaban interrumpir la tarea, desde años antes, pero ¿cómo hacer con la obra más grande -en tamaño- de nuestra vida? Piensen que 25 metros de largo por 6 de alto, no suelen ser cosa común, a los ojos de los que, entre asombrados e incrédulos, veían crecer esta pintura mural.
La obra de un artista puede tener puntos altos y bajos, más destacados en su vida creativa; quizá Dolores 200 años sea esa culminación, sin que el pintor esté totalmente conforme con lo hecho. Hay nombres y fechas quizás en demasía, en lugar de más imágenes, pero ¿había otra forma de hacerlo en el espacio disponible? ¿Cómo se resolvió? Haciendo una síntesis.
Incluso algunos amigos nos hacían ver el riesgo que corríamos al incluir la zona algunos doloreños....
Pero bueno, ahí está para quererlo, criticarlo, despreciarlo o simplemente, ignorarlo, lo que por otra parte, parece difícil.
Ha servido -aparte de su mayor o menor valor plástico- para refrescar la memoria a algunos y para que los más jóvenes aprendan algo de su pasado.
Nos preguntaban, ¿Usted hizo esto solo? Desde luego que sí, pero como en la recordada canción de Los Beatles Una ayudita de mis amigos, algunos alumnos del taller Michelangelo -de aquí y de Mercedes- colaboraron cada uno en la medida de sus posibilidades: desde el pequeño Juan Leandro Costa Baietti a Marcos Ortiz Etcheverrito, que el año anterior ganara en el 19º Salón Leonístico Juvenil de Artes Plásticas en Montevideo, la Mención al Color; a los jovencísimos mercedarios Verónica Mesa, Darvin Álvarez Ramírez y Emiliano Hernández Graña, con una de nuestras primeras alumnas, Cecilia Barceló y nuestras fieles seguidoras Rosita Bessón de Maneiro y Elisa Bidegain Bouissa de Gómez y al nuevo integrante del taller, Ramón Pereda Martota quien busca perfeccionarse junto a nosotros.
En general, la forma de la obra es un triángulo escaleno, donde el vértice izquierdo está destinado a los españoles llegando al Río San Salvador; arriba, la Virgen, y a la derecha, la Fiesta del Caballo junto al Poema Himno de los Labradores de Fernán Silva Valdés, maestro y escritor uruguayo, como mensaje final de trabajo y honestidad.
Al centro, son temas grandes: la Pulpería de Sarambión en el Espinillo, origen de Dolores; luego el traslado de la gente de un lugar al otro hasta llegar 1801 con la imagen de la madre protegiendo a su niño en brazos, como la ciudad protege a los suyos en su entorno. Intermedios, la Fiesta Nacional de la Primavera, el Puerto y la Acción de Dolores por los 33 Orientales, junto a la creación del Molino San Salvador.
La iniciativa fue nuestra, con el apoyo logístico del empresario doloreño Gonzalo Ruiz, el que eligió el lugar, y nos dejó en total libertad de acción para crear, aportando todo lo que nos hiciera falta, generosamente, sin restricciones.
Hay unidad cromática con un tono ocre, sin estridencias y una línea conductora ondulada que nos iba guiando hasta el final.
El material utilizado (Inca) es todo industria nacional, en estos seis largos meses comenzando el 1 de febrero y finalizando el 30 de junio de 2001, con algunos días para colocar el sellador que impedirá la acción destructora de la luz solar y la lluvia. Luego reparada y tratada la pared, a la acrílica, se le aplicó yeso diluido; los dibujos, que llevaron 3 meses previos de trabajo en el taller, fueron primero realizados sobre papel whatman y luego ampliados para llevarlos a la pared con papel de embalaje ocre, al que se le colocaba carbónico en el reverso, para que el dibujo pasara al muro; levantado el papel, ese dibujo se repasaba con color negro mate acrílico, recordando como Miguel Ángel Buonarrotti decoró la Capilla Sixtina, en Roma, Italia. Él usaba también un papel similar para sus croquis al que luego de dibujarlo le hacía pequeños agujeros siguiendo las líneas exteriores del proyecto; luego, pasaba un pincel embebido en color negro sobre aquellos puntitos, levantaba el papel y quedaba en la pared el proyecto, que él terminaba uniendo los puntos con un pincel fino, también con color negro; claro, Michelangelo aún desconocía el uso del papel carbónico. Los tiempos cambian.
Hubo algún inconveniente de salud, pues nos atacó la bronquitis a consecuencia de un enfriamiento en los pulmones en aquel caluroso verano. Fue necesario guardar cama y usar antibióticos por 21 días, pero eso no fue todo pues al colocar el sellador, al cambiar de lugar una escalera trabajando ya solo, se me cayó encima y hubo otros días de descanso obligado. Pero, finalmente, tarea cumplida.

La crisis del 2001, no empañó la creatividad y del pincel inquieto de un talentoso maestro surgió éste Mural. Para los 200 años de la Ciudad de Dolores. vistiendo las paredes del Molino San Salvador en la zona del Puerto.

Material extraido del Libro editado en conmemoración de los 200 años de la Ciudad de Dolores.

Agradecemos a Franklin Moller el material enviado.