" Haz de Internet una gran plataforma de comunicación, no la conviertas en una cloaca de maldad" preHacker.Hacker Digital.
Año II - Nº 72 - Uruguay, 2 de Abril del 2004

¡¡SOCORRO!! - No entiendo ná de ná
La tercera hora, el salto cualitativo y cambalache
La Coronilla: La lucha de un balneario
Ojos Uruguayos en Brasil
Nuestro primer temblor...
Viaje a Marte
La Santa Semana Santa
Ecos de la Semana
Así Somos
Primer Encuentro Nacional de Tuning

Hurgando en la web

David Evans
La Pasión de Cristo
José Luis Ruz, un artista con personalidad
¡Y todo por una película...!
La Fé. Una introducción a la investigación de la fé y la religiosidad
Chairando Ideas
Sucedió en España
Don José Artigas, el señor que resplandece
Asesinato
El viejo buzón
Comunicado de Co.T.I.U.
La Cocina Uruguaya
Rincón de Sentimientos
El Interior también existe
Olvidémonos de las Pálidas
Las Locuras de El Marinero
Correo de Lectores


EL VIEJO BUZON
por Helena Arce

 

En la calle Hocquart esquina Inca supo funcionar como restaurante, allí solía llevarnos mi padre, a mi madre y a mí, los domingos a comer. Hace muchísimos años, tantos que ya no puedo recordar si fue a fines de los sesenta o en los setenta, pero si quedó gravada en mi, la imagen amable de aquellos días. Solía ser reducto de encuentro de gente decidida a pasar un grato momento y a comer bien.
Esta noche me invitaron a su reapertura, una reapertura por todo lo alto. Abal, Rodríguez y Pica, sus nuevos dueños, se largaron a la patriada, en estas épocas donde muchos no se animan, donde la inversión no se arriesga, estos tres quijotes lo hicieron. Lo reciclaron dejando las huellas de aquellos días, agregando el confort del siglo XXI.
Hoy lo reabrieron con una fiesta que insinúa lo que ellos pretenden que sea: buen servicio, una gran parrilla, buenas bebidas, música, familia, esposas, hijos y amigos. Un personal cálido, atento a que todos estuvieran bien atendidos, y los dueños dando vueltas verificando el servicio, pero por sobre todo,
que todos estuviesen contentos. Hojas amenizó la fiesta, logrando que todos cantaran y bailaran con su música, para terminar su acto con la hermosa canción Resistiré, coreada por todos, y con el agregado de Joaquín Abal cantando y tocando la pandereta con toda la tierna frescura de sus 9 años. Luego un cantor de tangos cerró la fiesta, con una magistral actuación en la cual destacó su interpretación de Vieja Viola.
En resumen un buen lugar donde darle un quiebre al estrés, mientras se saborea una rica comida, acompañada de buena bebida. Un lugar donde juntarse con amigos, disfrutar un alto en los negocios o festejar en familia.
Creo que merece la pena destacar a quienes siguen haciendo el esfuerzo, a pesar de la crisis, a pesar del desaliento, buscan crearse y crear para otros, fuentes de trabajo, apostando a nuestro país y a nosotros mismos, rescatando, al mismo tiempo del olvido, estos lugares que han sido iconos de nuestra ciudad.