EL VIEJO BUZON
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por Helena Arce
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En la calle Hocquart esquina Inca supo funcionar como restaurante, allí solía llevarnos mi padre, a mi madre y a mí, los domingos a comer. Hace muchísimos años, tantos que ya no puedo recordar si fue a fines de los sesenta o en los setenta, pero si quedó gravada en mi, la imagen amable de aquellos días. Solía ser reducto de encuentro de gente decidida a pasar un grato momento y a comer bien.
Esta noche me invitaron a su reapertura, una reapertura por todo lo alto. Abal, Rodríguez y Pica, sus nuevos dueños, se largaron a la patriada, en estas épocas donde muchos no se animan, donde la inversión no se arriesga, estos tres quijotes lo hicieron. Lo reciclaron dejando las huellas de aquellos días, agregando el confort del siglo XXI.
Hoy lo reabrieron con una fiesta que insinúa lo que ellos pretenden que sea: buen servicio, una gran parrilla, buenas bebidas, música, familia, esposas, hijos y amigos. Un personal cálido, atento a que todos estuvieran bien atendidos, y los dueños dando vueltas verificando el servicio, pero por sobre todo, |
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que todos estuviesen contentos. Hojas amenizó la fiesta, logrando que todos cantaran y bailaran con su música, para terminar su acto con la hermosa canción Resistiré, coreada por todos, y con el agregado de Joaquín Abal cantando y tocando la pandereta con toda la tierna frescura de sus 9 años. Luego un cantor de tangos cerró la fiesta, con una magistral actuación en la cual destacó su interpretación de Vieja Viola.
En resumen un buen lugar donde darle un quiebre al estrés, mientras se saborea una rica comida, acompañada de buena bebida. Un lugar donde juntarse con amigos, disfrutar un alto en los negocios o festejar en familia.
Creo que merece la pena destacar a quienes siguen haciendo el esfuerzo, a pesar de la crisis, a pesar del desaliento, buscan crearse y crear para otros, fuentes de trabajo, apostando a nuestro país y a nosotros mismos, rescatando, al mismo tiempo del olvido, estos lugares que han sido iconos de nuestra ciudad.
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