Año II - Nº 83 - Uruguay, 18 de junio del 2004
 
- El cinismo y la hipocresía
- Reflexiones
- La Redota, cuando el Chuy se fue con Artigas
- Estampas del Camino del Indio
- Un actor de terror
- Memoria, ¿recuerdan qué significa?
- La Lluvia
- La Torre de Babel y la despedida de Arturo

- El "cabezón" Olmos: Hombre, manos y madera

- Chairando Ideas
- Hurgando en la Web
- Así Somos
- Miguel Angel Campodónico, el escritor de la no ficción
- Ecos de la Semana
- El libre comercio no resuelve problemas de desempleo y pobreza
- La sociedad civil es indispensable para la construcción política
- Los dueños del agua
- Bitácora Política
- Información Ciudadana
- La Cocina Uruguaya
- Rincón de Sentimientos
- El Interior también existe
- Olvidémonos de las Pálidas
- Las Locuras de El Marinero
- Correo de Lectores

 

Historia del Banco República

Primer edificio del Banco.

"La acción del Banco de la República será poderosa, amplia, vasta, útil, proficua porque viene a ser esfuerzo impulsor de nuestra riqueza acumulada; regulador normal del crédito, sin intermitencias ni caprichos en sus múltiples manifestaciones; ayuda constante de la producción y del trabajo"

(Fragmento del discurso pronunciado por el Ministro de Hacienda, Don Federico Vidiella, en ocasión de la instalación del Primer Directorio del Banco de la República el 24 de agosto de 1896)

 

LA CREACIÓN DEL BROU

La creación del Banco de la República Oriental del Uruguay constituyó la culminación de un largo proceso cuyos inicios están vinculados con la fundación del Banco Nacional en el año 1887 y su breve historia hasta su quiebra en el año 1890.

Después de la profunda crisis de ese año, el Uruguay tomó conciencia de que el país necesitaba un banco nacional estructurado y defendido por su estatuto legal, por los gobiernos y por los administradores del Instituto, del peligro de vincularlo a las vicisitudes financieras del Estado.

El deseo general era que un nuevo organismo nacional de crédito revitalizara la economía del país fomentando el desenvolvimiento de las energías relacionadas con la actividad comercial e industrial. Hombres públicos, industriales y comerciantes estaban convencidos que ése era el medio de estimular las fuerzas económicas del país.

En este marco, el Presidente de la República, don Juan Idiarte Borda concibe el proyecto de crear un banco nacional; su Ministro de Hacienda don Federico Vidiella participa activamente de esta aspiración y a él se le confía la misión de articular un banco con recursos del Estado. El Poder Ejecutivo comisionó al Sr. Manuel Lessa para trasladarse a la ciudad de Londres, donde luego de una laboriosa gestión, obtuvo un préstamo de 5.000.000 de pesos oro destinados a formar el capital inicial de la Institución.

Entretanto, el Ministro Vidiella se consagró al estudio de la Carta Orgánica del Banco y la redacción del proyecto respectivo. La Asamblea General promulgó la Ley que diera origen al Banco el 4 de agosto de 1896. El 24 de agosto se instaló el Primer Directorio, que tenía como presidente al Dr. José María Muñoz y como vocales a los Sres. Manuel Lessa, Eduardo Rolando, José Ma. Irisarri, Federico Capurro, Juan Masa y Diego Pons.

Primeros 54 funcionarios del BROU.
EL BANCO ABRE SUS PUERTAS

El 22 de octubre de 1896, a las diez de la mañana, fueron abiertas las grandes puertas del edificio ubicado en la esquina formada por la intersección de las calles Cerrito y Zabala (Montevideo), donde antiguamente funcionara el Banco Nacional. Desde ese momento, "entre esperanzas y temores" el Banco de la República Oriental del Uruguay, con tan sólo 54 funcionarios, inicia sus operaciones.

El primer depósito que se recibió fue el constituido por el Presidente de la República y ese primer día de funcionamiento el Banco lanzó a circulación billetes, que fueron rápidamente absorbidos por la plaza.

Cuando a las tres de la tarde culminó el horario de atención al público, un sentimiento de optimismo animaba al personal. La prensa saludó la fundación del Banco como un gran acontecimiento para el porvenir económico y social del país y reflejó la confianza que el público otorgó al mismo desde sus inicios.

 

LAS PRIMERAS SUCURSALES

La Carta Orgánica del Banco disponía que debía establecer Sucursales en todas las capitales de departamentos en el plazo de un año. Las primeras Sucursales abiertas fueron las de Mercedes, Salto, Paysandú, Durazno, San José, Melo, Minas, Canelones, Florida y Rosario.

Canelones - Edificio que ocupa la Sucursal desde 1917
Movimientos revolucionarios surgidos en noviembre de 1896 y en marzo de 1897 obligaron al Directorio, primero, a clausurar temporalmente algunas de las Sucursales recién instaladas y posteriormente, a suspender todas las operaciones en el Interior del país, y diferir la apertura de las dependencias que faltaban .

Finalmente, restablecido el orden público en setiembre de 1897, el Banco reabrió sus Sucursales y en marzo de 1898 había dado cumplimiento a su Carta Orgánica: funcionaban no sólo las 18 Sucursales departamentales, sino además una Sucursal en Rosario, importante zona industrial del país.

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Había nacido y se consolidaba el instrumento que reclamaba la sociedad y sobre el que depositó su mayor confianza: el Banco de la República Oriental del Uruguay.