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Año II - Nº 66 - Uruguay, 20 de febrero del 2004

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Las soprendentes declaraciones de la primera dama británica aparecen en una biografía sobre su marido que se publicará en marzo y de la que da extractos The Times
Cherie Blair dice de George Bush que es un "presidente ilegítimo" que "robó el cargo presidencial a Al Gore"

El libro es obra del el escritor y periodista inglés Philip Stephens. Se titula 'Tony Blair: La creación de un líder mundial' y estáprevisto que salga a la calle este mes de marzo, pero el londinense The Times acaba de sacar unos extractos. Walter Oppenheimer escribe en El País que lo que aparece ahí, según escribe no indica que la mujer de Tony Blair quiera mucho a la George Bush o tenga mucho respecto por el actual presidente de EEUU o excesivo cariño a su esposa Laura.

Los Blair y los Bush, ¿se quieren o se odian? Si hubiera que hacer caso de lo que dicen en público, los dos matrimonios han forjado una amistad inquebrantable al calor de su lucha común contra el terrorismo. Pero los hechos vienen a demostrar más bien lo contrario: el presidente no deja de mostrar desdén tras desdén hacia el primer ministro a pesar del apoyo político y militar que éste le ha dispensado en la guerra de Irak. Philip Stephens, columnista político del Financial Times, añade ahora datos privados para sumar a la especulación. Según una biografía sobre Blair, que aparecerá en marzo próximo, titulada Tony Blair: la creación de un líder mundial, quien de verdad no soporta a los Bush es la mujer del primer ministro, la abogada Cherie Booth.

Geoffrey Robinson, uno de los más veteranos e influyentes diputados laboristas, no supo ayer qué contestar a esta pregunta en un almuerzo en la Asociación de la Prensa Extranjera en Londres: "Tony Blair qué prefiere, ¿que Bush sea reelegido o que pierda las elecciones?". Si Bush pierde, Blair se quedaría aislado en defensa de la campaña de Irak, lo que para él sería un desastre político.

Pero, si gana Bush, ¿qué gana Blair? El presidente estadounidense ha dejado al primer ministro en

Tony y Cherie
numerosas ocasiones en la estacada. No quiso ceder en la guerra del acero entre europeos y norteamericanos en su reciente visita a Londres, en otoño, acaparada por la reina Isabel II. Los ciudadanos británicos apresados en Afganistán siguen detenidos en Guantánamo (Cuba) a pesar de las constantes peticiones de Blair.

La última bofetada ha sido quizás la más sonora: al convocar una investigación sobre los fallos de inteligencia en Irak, el presidente ha aguado la fiesta que el primer ministro aún estaba celebrando tras el dictamen del juez lord Hutton y le ha obligado a abrir una investigación similar.

Pero ahora parece que las tensiones entre los Blair y los Bush empezaron el mismo día en que George W. Bush consiguió la presidencia por un puñado de votos en Florida, donde su hermano Jeff es el gobernador. A juicio de Cherie, Bush "le robó" la presidencia a Al Gore, revela el libro de Stephens.

Mientras atravesaba el Atlántico junto a su marido, camino de la primera visita al nuevo presidente, Cherie se pasó el viaje lamentándose de tener que ponerle buena cara "a esa gente". Para alivio de Blair y su equipo de ayudantes, el comportamiento de Cherie fue impecable, relata el libro de Stephens, según las informaciones divulgadas días atrás por The Times.

Pero las cosas no fueron tan bien cuando, unos meses

después, en el verano de 2001, los Bush le devolvieron la visita a los Blair. Las dos parejas cenaban a solas, sin ayudantes, cuando Cherie, que como abogada especializada en derechos humanos es una firme militante contra la pena de muerte, empezó a lanzar diatribas contra la pena capital, autorizada en más de 150 ocasiones por George W. Bush cuando era gobernador de Tejas.

Aunque Blair comparte los mismos puntos de vista que su esposa en esa cuestión, el primer ministro no sabía cómo ponerse. Blair no pudo ocultar su incomodidad cuando Philip Stephens le preguntó acerca de aquella cena en una de sus entrevistas preparatorias de la biografía del primer ministro.

Según Downing Street, residencia del primer ministro británico, Cherie Blair "siempre ha tenido una buena relación con el presidente Bush y por supuesto han discutido de muchos asuntos, incluida la pena capital. Pero las discusiones han tenido siempre buen talante", escribe The Times.

Las versiones que circulan sobre la amistad entre Laura Bush y Cherie Blair son contradictorias. Algunas versiones señalan que Cherie no soporta a Laura porque la considera "cerrada, obtusa y demasiado conservadora". Pero Philip Stephens afirma en su libro que, aquella misma noche, Laura Bush puso en apuros a su marido al dejar claro que tenía una visión mucho más liberal que el presidente en temas como el aborto.