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Año II - Nº 66 - Uruguay, 20 de febrero del 2004

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Había una vez un tipo...
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HABÍA UNA VEZ UN TIPO...
Por: Ernesto Martínez Battaglino


Había una vez un "tipo", que se había empeñado en tratar de cambiarle la cara al uruguayo medio, generalmente lúgubre, pesimista, siempre predispuesto a ver y comentar solo la parte negativa de la vida y de las situaciones puntuales y sin duda que malas en que desde hace unos años, lamentablemente, está pasando el país. Sin embargo, ese utópico tipo, desubicado para muchos, quizás inocentón para otros, pero para los más "un cretino útil", nunca logró darles la más mínima chance alentadora a las "buenas noticias" que, aunque no tantas como las que quisiera, algunas aparecían como luces de esperanzas, donde se pudiera ir acunando un mañana mejor.

Y así fue pasando el tiempo en que este "tipo" se esforzaba solo en exponer situaciones optimistas y comentar hechos que fueran alentadores, como caminos posibles para lograr más empleos, más sueldos o más ganancias, tanto fueran para empleados como para patrones. O que permitieran esbozar mejores perspectivas para los productores agropecuarios, o para los industriales, o para los comerciantes, o para la inversión en general, como generadoras estas de riqueza, de mayor tecnicismo, de más belleza o de un mayor confort general, y así imbuir a este pueblo de esperanzas, pero también del empuje necesario para ayudar, ayudándose, a que el país se reconvirtiera lo más rápidamente en lo que un día fue, cuando bien que orgullosos de él estábamos.

El "tipo" pensaba que si siempre estábamos nada más que ocupando el tiempo en quejas y mirando a nuestro alrededor a quien echarle las culpas de nuestras penurias, nunca tendríamos el tiempo necesario para auto estudiarnos, y así poder discernir en cuanto nosotros tenemos la culpa de nuestras dificultades y de cual es el esfuerzo que hemos hecho en todo el correr de nuestras vidas, para afianzarnos en una escala mejor.

La desazón que sin duda las dificultades económicas aparejaron, por bajos sueldos, o por desocupación, o por el endeudamiento que cada vez se hacía más caro e impagable y más para los que estuvieran en dólares, realmente era desesperante, y más para un pueblo que si bien quizás nunca pudo enorgullecerse por estar realmente holgado, fue un pueblo que vivió con sus necesidades básicas satisfechas, con cierto bienestar extra en una clase media fuerte y extendida en su franja social, pero también con un sector de pobreza que si bien con dificultades, desarrollándose dentro de un clima de dignidad, sin formarse bolsones de exclusión, ya que los hijos de aquellos iban a la misma Escuela Pública de los hijos de los otros, donde la amistad y el compañerismo, terminaban dándole la cohesión justa y necesaria para formar una sociedad equilibrada y feliz.

Pero el pobre "tipo" se sentía cada vez más alejado de conseguir sus propósitos, dado que lo que realmente quería oír el pueblo era que se despotricara contra el gobierno y contra las autoridades en general, para así enrostrarles todas las culpas de sus desdichas, y sentirse liberados de sus propias culpas.

¡Pero ojo, no es cuestión de estar en contra de todos los políticos! Solo de aquellos que pudieran estar rodeando al gobierno o haber estado en alguna oportunidad gobernando o colaborando con gobernantes que hicieran lo que hicieran y trataran de lograr los mejores resultados sin duda que desparejos, ya que bien difícil es lograr una armonía cuando las dificultades se amontonan en un país sin mayor poder de reacción económica, tanto por problemas inimaginables e imprevisibles que les caían sin descanso desde dentro, pero peor aún, por aquellos otros que aparecían también demoledores desde fuera y que son imposibles de controlar. Siempre el resultado era que si llovía mucho, la culpa era del Gobierno, pero si la seca arreciaba, la culpa también era del Gobierno.

Y así aparecieron amigos del decepcionado "tipo", que le confesaron que en la forma que él se expresaba, cuidando siempre la armonía, no ofender con su léxico, jamás decir un exabrupto por más que sus "opositores" usaran nada más que un vocabulario pesado y ofensivo, no podía combatirlos solo con argumentos contundentes, ni con razonamientos equilibrados, ni con justificativos que bien explicaban las razones de sus sin razones. Había que usar el mismo material bélico que el oponente y ser despiadado al igual que lo eran los denostadores, so pena de perder ser leído por el simple desinterés.

Entonces la cosa era echarle sal y pimienta a la escritura y ser tan duro como lo eran lo que todo negro ven, que de tan negro, no se ven ni siquiera ellos mismos para reconocerse y comprender que, en la gran mayoría de los casos, la caída libre que pudieran haber tenido, la más de las veces, la culpa era de ellos mismos.

Aquello de que "todos del árbol caído hacen leña", es un viejo y justo dicho, que cabe perfectamente para ser aplicado al actual gobierno del Uruguay. Este gobierno a tenido la desgracia de haber tenido que soportar las mayores calamidades que la historia recuerda, y todavía, todas juntas. Esto no le ha sido para nada tenido en cuenta por nadie, como para que se le tendiera un manto de tolerancia y hasta de ayuda, que es también una forma de que la ciudadanía se ayudara en momentos tan especiales. Si un gobierno que le toca manejarse con las peores de las situaciones, todavía tiene que desenvolverse ante el desdén y el ataque sin pausa de un pueblo que cada vez le es más hostil, quizás hasta no se le permita lograr la tranquilidad y la serenidad que se requiere tener en los momentos más difíciles.

Pero como importa más el conquistar el gobierno para desde allí saciar apetitos que critican a los que hoy lo ostentan, no importa mucho las formas, sino que la meta es alcanzar el fin. Ahí, en ese berenjenal, se desarrollan cruentas luchas entre contrincantes de cotos opuestos. Pero a veces son peores las que se desenvuelven, solapadamente, entre manadas del propio parentesco, donde pierden la limpidez los que siempre han ostentado ser los únicos con manos limpias y si les sirve, agachan sus testas los que siempre dicen haber tenido las frentes altas.

La más fácil de las campañas es la que viene perfilando la fuerza política que ostenta las encuestas más halagüeñas, dado que luego de haber construido una oposición sistemática con un gran "NO" como bandera, ha venido poniéndole palos a la rueda del gobierno desde su inicio, que igualmente caminó como con ruedas cuadradas, dado las penurias que ha pasado. Su gran y única campaña de futuro, es su actual campaña de críticas al gobierno y el de tratarlo de cuanta cosa se lo merece, pero que en su gran mayoría, por hechos que bien ellos saben que si no se hicieron o se hicieron con resultados que no fueron los mejores, no fue porque estuvieran errados, sino porque las circunstancias le fueron adversas y de muchos lados bombardeados. Pero como el que las cosas estén mal.... y sigan mal, a ellos les sirve, no importa que así sigan, que después veremos donde sacará la cabeza el pato.

Veremos entonces como resolverán las cosas que se les vienen, por aquello de que unos sostenían que la ley de ANCAP era la necesaria e imprescindible para salvarla, mientras la mayoría del conglomerado la destrataba y cobijaba la tenencia de "nuestra" ANCAP como si se pudiera mantener actualmente con los viejos cánones y sin las adecuaciones que la tecnología nos impone. ¿Cómo hará ese nuevo gobierno cuando el MERCOSUR le entre con combustibles a precios más baratos? ¿Qué hará entonces con "nuestra" ANCAP?

¿Qué hará con las justas pretensiones de los gremios? Siempre ellos los han apoyado y azuzado contra el gobierno, exigiéndoles que pidieran más y más, se pudiera o no se pudiera contemplarlos. Ellos bien sabían en la situación que se estaba, y que si el gobierno aflojaba y se convertía en mano abierta, la débil economía que trabajosa e inteligentemente se iba afianzando con esto se iría al diablo y lo que era pan para hoy sería miseria para mañana, con una inflación que lo comería todo y ahuyentaría a inversores, haciendo trizas las expectativas.

¿Qué pasa entonces con el demagógico sonsonete de rebaja de impuestos y subas de salarios? Lejos aún estamos de poder pensar en algo que todo gobernante quisiera ser protagonista. ¿Quién no quisiera decir, desde hoy el IVA pasa a ser el 10% en todas las mercaderías y se deroga el IRP? Hasta los Blancos han agarrado el sonsonete, ya en un desbarajuste donde nadie sabe más para donde agarrar, ni en que se va a meter si la suerte.... o la desgracia, los premia con la primera magistratura.

¿Y cómo se la verá el F.A. revisando la ley de Caducidad Punitiva del Estado, queriendo "descubrir" lo que la ley y la ciudadanía quiso sepultar para siempre?
¿Cómo se verá Vázquez poniendo en vereda a los Zabalza o cómo atará por el rabo la mosca de Astori con la de Gargano? ¿Qué entonces con los Tupamaros que nunca renegaron de su lucha armada y por lo tanto de sus anarquistas ideas de cambiar todas las estructuras a su único y antidemocrático gusto y estilo?

El pobre "tipo", ya desconsolado, está preparando su atadito de lo más imprescindible y puesto en la punta de una tacuara, va encaminándose, lentamente, a Millán 2515.

Lo que nos espera, el "tipo" no lo pudo soportar...