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Año II - Nº 61 - Uruguay, 16 de enero del 2004

Hay que tomárselo con soda
La sentencia favorable a Damián Drews López
El Agujero Negro del 2002
La Poesía de Blanca Bender
El día que Almería no murió
Ojos Uruguayos en Brasil
Un año más qué importa
Fútbol Uruguayo: El largo camino a Alemania 2006
Puerto de Montevideo: ¡Un cambio feliz!
Sucedió en España
Anécdotas Bancarias
Hurgando en la Web
Presentación desde la Adversidad
Renovación: ¿Sólo en los partidos tradicionales?
Industrias Harineras
Rincón de Sentimientos
El Interior también existe
Olvidémonos de las Pálidas
El Marinero
Correo de Lectores
Humor Uruguayo
 
 
 
 
 

 

PUERTO DE MONTEVIDEO: ¡UN CAMBIO FELIZ!

Hoy contamos con maquinaria portuaria de primera generación
que no conocía el Uruguay 8 años atrás

Revirtiendo el común empecinamiento del uruguayo, que siempre prefiere ser quejumbroso y hábil recopilador de “las cosas que no se hicieron o se hicieron mal”, dentro de un sonsonete permanente que desanima hasta al más optimista, es interesante destacar lo que el periodista Emilio Cazala, del diario El País de Montevideo, expresa sobre el actual estado que presenta el Puerto de Montevideo, así como otros Puertos del país, que se vienen también remodelando y ampliando en forma desconocida e increíble para los que estamos acostumbrados a ver que en el Uruguay, en cuanto a cambios, siempre fue lento.

Así se ha venido siendo, o por pretender ser demasiado estudiosos o quizá demasiado temerosos de los resultados, o por las crónicas carencias de capitales -como nada raro sería- dado nuestras siempre menguadas fuerzas económicas con que contamos como Nación, lo que sin duda contribuyeron a ser un factor de freno para tomar las decisiones que, cantadas, hacen falta. Se fue demorando en concretar lo que en esta crónica pretendemos
contarles, como en tantos otros aconteceres que, aunque lentamente, por suerte están viniendo a dar el espaldarazo a los cambios que, la técnica y las nuevas perspectivas económicas de la región y del mundo, nos presenta y nos obliga.

Rompiendo ese “negativismo”, es bueno valorar cuántas cosas positivas han pasado, mejorado y embellecido al Uruguay, en más de medio siglo. A consecuencia y tratando especialmente el tema portuario, que es lo que hoy nos ocupa, el articulista de marras se permite exclamar: “¡Cuántos cambios y cuántas innovaciones en estos últimos 15 años en el área de nuestros intereses Marítimos!”

Pensar que esto se viene produciendo desde la concreción de la Ley de Puertos que llevó a sus paulatinas remodelaciones, ampliaciones y tecnificaciones, y en cuanto a mejorar sus infraestructuras mecánicas y sus cada vez más amplias Playas de Contenedores. ¡Pensar todo lo que se denostó y trató de trabar la tercerización de las Playas de Contenedores por todo ese negativismo enraizado en estructuras gremiales y políticas!

Y la cosa no quedó ahí, ya que la visión, el determinismo y los capitales que solo la actividad privada podían promover y ayudar a sacar a la ANP de sus imposibilidades económicas y de sus limitantes para ser un buen administrador -dado que el Estado siempre ha sido un mal patrón- fue lo que llevó a darle un vuelco y un mejor aprovechamiento a nuestra ventajosa ubicación geográfica y que la naturaleza nos regalara, poniéndonos en una zona privilegiada para ser puerto de llegada y de salida de buena parte de la producción del y para el Cono Sur de nuestra América, y del MERCOSUR en particular.

Por tal razón, en ese mismo artículo al que vengo haciendo referencia y donde se explica el cúmulo de ventajas que en la materia el Uruguay ha venido consiguiendo para sí y para la Región, enumerándolos, dice lo siguiente sobre cuales fueron y el porqué del éxito de la gestión: “El lanzamiento del proyecto de la Hidrovía Paraguay-Paraná en el que Uruguay tuvo voz inteligente y fuerte predicamento junto a sus socios; la construcción del Canal Martín García que incrementó los tráficos marítimos con el
tránsito de grandes barcos de beneficio para Argentina y Uruguay y para el tráfico marítimo internacional; el desarrollo gigantesco de Nueva Palmira con nuevas terminales portuarias y ampliación de otras; la expansión del puerto de Fray Bentos para la madera; la construcción del primer puerto privado de Mbopicuá sobre el río Uruguay con una inversión de 40 millones de dólares; la inversión e instalación de terminales procesadoras de chips; la recuperación de los viejos depósitos de la ANP obsoletos e inactivos
convertidos hoy a través de licitación en centros comerciales y logísticos privados con la inversión de más de 12 millones de dólares; la Terminal de Pasajeros de Buquebus con una cifra parecida; la recuperación del más grande depósito portuario hoy Polo Logístico Portuario (Bomport) con la inversión de varios millones de dólares; la instalación, organización e implementación de las dos mayores Terminales de Contenedores del puerto de Montevideo (TCP- Montecon) que son un modelo de profesionalismo y eficiencia; el dragado del canal de acceso al puerto de Montevideo a 11 metros de profundidad y dragados interiores; el reciente comienzo de las operaciones portuarias con barcos y productos "chips"; mayor área operativa para contenedores producto de la demolición de 7 depósitos inservibles; el incremento del arribo de los cruceros de turismo cada vez en mayor número. Muy pronto, el puerto de Montevideo, y se esta trabajando en ello, va a lograr su status internacional de puerto seguro (PBIP) conjuntamente con el CSI de los Estados Unidos y será así el primer puerto de la región en alcanzar tan importante logro.”

No escapará al lector lo que esto, y mucho más, representa como catapulta para nuestra economía y como generadora de mano de obra. Ante ello, acota la crónica: “Hemos asistido también a los esfuerzos que se vienen haciendo en la preparación y capacitación profesional con títulos curriculares de numerosos recursos humanos compatriotas en los temas portuarios y comerciales, en cuyos proyectos educacionales, participan apoyos alemanes (GTZ) y el Centro de Navegación y la Administración Nacional de Puertos.”

A consecuencia, ha habido un cambio sustancial en la forma de encarar la administración, la contabilidad y los controles sobre los trabajos a cargo de la Aduana, la ANP y los despachantes y agentes Marítimos, al contar con un moderno y actualizado sistema informático que les ha cambiado la cara a la ANP y a sus quehaceres, convirtiendo a los puertos bajo su control y a todo aquello que tenga que ver con tales actividades, en algo que funciona como en el “primer mundo”. “Los puertos se han convertido, casi de pronto, en un polo de desarrollo que lo engloba todo, logística, puerto, depósitos, Puerto Libre, Zonas Francas, distribución de cargas y el comercio exterior del país”, dice el técnico en estas actividades, Emilio Cazala.

Y continúa con igual entusiasmo el señor Cazala: “Es por todo esto que vemos el

2004 con el mayor de los optimismos porque ahora contamos con un aparato portuario que nunca tuvimos antes, con la eficiencia y calidad operativa que desconocíamos, con recursos humanos muy preparados y con el mejor nivel regional e internacional. Una herramienta que está pronta aguardando más que la recuperación de nuestro comercio exterior, su destino a través del Tránsito, logística, Almacenaje, y centro distribuidor de cargas regionales. Nuestro puerto es una interfase de negocios que todavía no hemos explotado debidamente y que tiene ilimitadas oportunidades en el marco de los servicios. Nos alienta la perspectiva, porque ya existen indicios serios, que dragando un metro y medio más (a 12.50 metros) Montevideo podría estimular a los armadores a cambiar su actual logística operativa y traer barcos portacontenedores más grandes con todos los beneficios que ello podría volcar sobre nuestro escenario portuario. Ya hay grandes líneas marítimas o poderosos armadores, que están apostando al puerto de Montevideo. Vale la pena entonces continuar con el esfuerzo en los dragados.”

Conocer y promocionar estos como tantos otros logros que sin duda venimos alcanzando, pese a las catástrofes económicas que desde hace unos cuantos años venimos soportando, nos hacen mucho mejor que pasar permanentemente con el ceño fruncido y solo contando las “pálidas”. Nos dan otro ánimo y fuerzas para superar los contratiempos que, por suerte, según técnicos locales e internacionales, nos auguran. 

Ernesto Martínez Battaglino