Año II - Nº 101 - Uruguay, 22 de octubre del 2004
 
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EL PASO DEL BAÑADO
por Néstor Rocha
 

El Paso del Bañado es un paraje ubicado en ruta 16 Camino del Indio a menos de diez kilómetros de la ciudad de Castillos, antiguamente fue conocido como el paso de la Lechiguana, es en este lugar donde el palmar butiá reúne el mayor número de palmeras de este ecosistema único en el mundo.

LAS FÁBRICAS

En este lugar dieron comienzo las primeras fábricas de fibra vegetal a partir de la hoja de palma butiá, el pionero fue un vecino de apellido Dinegri, luego se instalaron otras plantas industriales en este rubro y podemos recordar a “Quico” Rodríguez, Agustín Benigno Sena, Alpargatas y a Patricio Navarro.

Estas últimas fábricas ocuparon la mano de obra de más de 120 operarios y su mayoría radicados en la zona, los restantes venían de Castillos en bicicleta y camiones. Toda esta actividad produjo un movimiento comercial importante, destacándose el almacén de ramos generales, tienda y ferretería de Lauro Balduvino, los almacenes de Cipriano San Martín, Eustaquio Fontes y  Celestino López Blanquet entre las décadas de 1910 a 1940.

OTRAS ACTIVIDADES COMERCIALES

Cuando el auge de la labor industrial del Paso del Bañado se recuerda otros comercios como los anteriores pero de Próspero Bobadilla, “Bitito” Decuadro, Acevedo Quintana. La Herrería de Caimir Molina, además existieron pistas de carreras de caballos en lo de Acevedo Quintana, Vicente Molina y de los Gil Rebollo. El Paso del Bañado no solamente vivió a instancias de las fábricas procesadoras de la hoja de palma, sino también de la producción agropecuaria: criadero de cerdos, pavos, el cultivo de la tierra y la cría de ganado.  

Mario Bobadilla memorizó:  “Pedro Taylor se dedicaba a la compra de pavos, salía por las estancias, pasaba días y días,  haciendo la tropa y lo hacía a pie arreando entre cien a doscientos pavos mas o menos, y el sólo, es un ave que se encamina mejor que una majada. Él compraba los pavos para el mercado de Canelones que los llevaban en la oportunidad de la carga de los cerdos, iban con el mismo fin para los frigoríficos”.

LA VIDA SOCIAL

La vida social de esta zona fue importante, se organizaban bailes en casas de familia que daban comienzo los sábados de tarde y se cobraba una entrada módica, los jóvenes eran los que disfrutaban mientras que los mayores se dedicaban al juego de la taba en horas de la tarde y en la noche al juego de cartas llamado el NUEVE. Se efectuaban rifas de distintos elementos hasta animales, era un ambiente alegre, divertido y mucha unión entre los vecinos. Los bailes se organizaban  en lo de Próspero Bobadilla, Cipriano Rocha, Ramón Molina, Luciano Rocha

Mario Bobadilla recuerda una anécdota en la casa de su padre Don Próspero Bobadilla: un sábado dio comienzo de mañana una carrera de caballos de improviso, como le llamaban con los caballos de fulano, sultano, del vecino tal y se corrió una carrera por un capón ensillado, que era muy común. Este consistía en un capón, una damajuana de 10 litros de vino, media bolsa de galleta y 3 ó 4 latas de conserva de duraznos, el que ganaba la carrera no pagaba nada, pagaban los perdedores y a su vez se remataba la carrera como se hace actualmente. En la tarde se jugó a la taba y en la noche al NUEVE, y así transcurrió el día siguiente, el domingo, en esa ocasión hubo una denuncia por las timbas; cuando todo el mundo estaba rendido de sueño, adormilados  y estando Mario atendiendo el comercio siendo niño aún, ingresaron tres policías  que los identificó como Corbito, Arasanzú Céspedes y Huelmo, el gauchaje quedó sorprendido porque   hacían dos días que estaban de parranda y estaban cansados, la quedaron. Pero hubo otras denuncias que la autoridad policial se quedaron con las manos vacías.

LA ESCUELA

La Escuela del Paso del Bañado comenzó en la casa de Don Ramón Molina y las primeras Maestras de este centro escolar fueron Rosa Juani desde 1911 a 1913, Guillermina Actino y Aquiles Ángel Bonino en 1914, Casilda Rocha año 1915, Herminia Costa de Farías 1916, Joselina Rodríguez en el año 1917 y Carmen Anza desde 1918 hasta 1921. Al fallecer la esposa de don Ramón Molina la Escuela dejó de funcionar en este lugar y con la mayoría de estos alumnos se creó la Escuela del Maturrango en la casa de la familia Eugenio Martínez, el resto concurrió a la Escuela Ferrer, más próxima a la ciudad de Castillos.

En la oportunidad del traslado del centro escolar al paraje del Maturrango, la Maestra de aquella época elevó una nota cuyo texto es el siguiente:

“Cerro Navarro, Marzo 5 de 1921
Señor Inspector Departamental de Instrucción Primaria
Don Crescencio Cóccaro
Rocha.

Acuso recibo de la Circular Nº 93 en la cual se me comunica el traslado de esta Escuela al paraje denominado Maturrango. De acuerdo con su indicación que me hiciera verbalmente insisto en advertirlo que no tengo interés alguno en seguir al frente de esta Escuela  y sí en la Dirección de la Escuela Nº 41 o en el desempeño de alguna ayudantía en Rocha.

Esperando se sirva satisfacer mis aspiraciones que me servirá de estímulo en el desempeño de mis tareas, pláceme saludarle muy atentamente.

                                                                               Carmen Anza

La Escuela del Paso del Bañado retomó nuevamente sus labores educativas y lo hizo en la casa de la familia de Don Gil Taylor, en la época de mayor auge comercial e industrial llegó a tener 115 alumnos. Años después se traslada al predio actual en el marco de un hermoso paisaje: de palmares, del Cerro de la Lechiguana, corrales de palmas y como telón de fondo los copetes de los cerros de la Laguna Negra.

DE LA GUERRA CIVIL DE 1897

En el paraje Paso del Bañado está el Cerro la Lechiguana, llamado así por los lugareños por la forma parecida al nido de avispas conocidas como lechiguanas. De acuerdo a la paciente labor de investigación periodística del Profesor Jesús Perdomo, ampliamente difundida, se produjo un combate de la guerra civil de 1897, más precisamente el 24 de mayo de ese año.

Este enfrentamiento de la guerra civil fue conocido como El combate del Maturrango La Lechiguana, y de acuerdo a la narración de Perdomo lo más duro de la pelea se produjo en la falda del mencionado cerro donde se enfrentaron dos contingentes nutridos, según el Profesor, por lo menos trescientos cincuenta hombres en cada bando, hubo muertos, heridos y prisioneros.

Don Aparicio González siendo peón del “turco” – según su expresión- de Moisés Caram, andaba por la estancia de aquel entonces de los Risso y se enteró que en el galpón de la esquila había un cajón  con restos humanos de tres personas. El que rescató estos huesos humanos fue don Gil Taylor siendo capataz de la estancia, muchos años después fueron llevados en tres coches que llegaron a la estancia con banderas blancas.

Mario Bobadilla – ex funcionario municipal – encargado del cementerio local encontró en un osario general y oculto debajo de la tierra de un hormiguero una plaqueta de bronce, con el celo que lo caracteriza la limpió y salió a luz el siguiente texto: “HOMENAJE DE LA COMISIÓN SECCIONAL AL SOLDADO NACIONALISTA DESCONOCIDO EN LOS HÉROES ANÓNIMOS INMOLADOS EN ARAS DE LAS LIBERTADES CIUDADANAS, EN MATURRANGO EL 24 DE MAYO DE 1897. CASTILLOS, NOVIEMBRE 16 DE 1930”, obviamente se refieren a la batalla que estamos mencionando. Bobadilla la limpió profundamente y barnizó, hoy está presente como mudo testimonio en el cementerio local y gracias a ese don humano que lo caracteriza contamos, digámoslos de alguna manera, de ese documento.

Washington Sena un ex vecino del paraje Paso del Bañado recordó que su padre y un tío encontraron trabucos, una lanza, una bala de cañón y una moneda de 1869. Mientras que Mario Ubal Olivera nos comentó que  la espada del Coronel Leonardo Olivera utilizada por ejemplo en las batallas del Sarandi y de Santa Teresa,  fue empuñada en este combate de la guerra civil por Gabino Ubal Olivera.

 Derrotados los blancos comandados por Marcelo González, Gabino temeroso de que la espada quedara en manos del ejército liderado por el General Manuel Carvajal la enterró separada de la vaina en lo más espeso de los pajonales del paraje. Tiempo después y lograda la paz por septiembre de 1897, Gabino Ubal Olivera con un hermano y el criado Avelino Abreu volvieron para buscar el arma y la vaina, tras una ardua tarea encontraron solamente la espada. Hoy está depositada en el Museo de la Fortaleza de Santa Teresa.

DEL ECOSISTEMA

En este paraje está el palmar que antiguamente se le llamó  de las enviras dado que tiempo atrás proliferó abundante vegetación de la flora indígena, densa, con predominio de la especie que da su nombre. También fueron abundante los pajonales conocida como paja Santa Fe  y fue utilizada en la construcción del quinchado de viviendas.

Está zona fue rica en nidos de las avispas llamadas Lechiguanas en arbustos a poca altura del suelo y este es el motivo del nombre del  antiguo paraje que fue conocido por  “Paso de la Lechiguana”, que luego pasó a ser el  “Paso del Bañado”, quedando solamente con el nombre de la avispa el cerro aledaño.

La ribera del arroyo que lleva el nombre del lugar y las cañadas circundantes estuvo bordeada de abundantes árboles,  que en algunos tramos se unían las copas de las que estaban de un lado y otro de los márgenes del cauce del arroyo Paso del Bañado, formando de esta manera un tubo.

El arroyo Paso del Bañado y las cañadas allí existentes fue y es lugar de pesca, con predominio de bagres y tarariras. Muchos vecinos recuerdan que en el cauce del arroyo de este paraje existieron diversas cachimbas que en los períodos de sequías prolongadas servían de depósitos de agua y le daban el nombre de los dueños u ocupantes de los campos, por ejemplo la cachimba de “Cecilio”, “del Taco” entre otros.

En el año 1918 hubo una gran sequía y las amas de casa iban a lo del “Taco” Acosta a lavar la ropa porque solamente había agua en las cachimbas existentes en el cauce del arroyo. Pero en la ocasión de grandes temporales el paraje se inundaba en gran medida cubriendo los pajonales, éstas se inclinaban al ritmo de la corriente del agua.

LAS LIBRAS DEL ARINOS

La historia oral comenta que una persona de apellido Romero hurtó unos cajoncitos de libras esterlinas, que pertenecieron al recordado barco encallado en la costa de Aguas Dulces, nos referimos al Arinos. Lo robó de una casa rural próxima a Castillos.

Un policía de apellido Núñez descubrió a Romero y lo persiguió acompañado de dos agentes de seguridad.

El caballo en que huía Romero se acalambró, tuvo que desensillar y dejar la montura junto con la maleta de las libras en una palma inclinada del palmar de las enviras, huyó para el Brasil no se sabe como y amparado por los palmares, pajonales, montes nativos, sierras y bañados; afirman que se fugó con parte del botín y de él nunca más se supo.

En nuestra primera entrega de las historias del Paso del Bañado comentamos que en este lugar se instalaron las primeras fábricas de fibra vegetal a partir de la hoja de palma butiá, por ejemplo la de los vecinos Dinegri, “Quico” Rodríguez,  Agustín Benigno Sena con su fábrica de nombre Miropalm, Alpargatas y Patricio Navarro.

LA FIBRA VEGETAL

Don Alfeo Acosta fue uno de los tantos vecinos de Castillos que trabajó como operario de una de las fábricas, en la oportunidad de un reportaje nos comentó que comenzó a trabajar por el año 1944 en la industria de la fibra vegetal, más precisamente en la de Benigno Sena y lo hizo como cortador de hojas, por día efectuaba el corte de dos mil hojas con una caña tacuara larga que en uno de sus extremos disponía de una de las hojas de una tijera de esquilar.

Luego está el arrastrador que es el encargado de trasladar y cargar ya sea en los carros o camiones las hojas cortadas. El corte se puede realizar en cualquier época del año y las unidades de venta por parte de los propietarios de los palmares eran de mil hojas.

El programa televisivo al RITMO DE LA VIDA que se emitiera por el canal local FEMSA TV entrevistó a la castillense Lobelia Balduvino  - ex operaria de la fábrica Alpargatas recuerda que esta empresa comenzó a trabajar por el año 1945 y funcionó unos seis años. Dio mano de obra a más de treinta operarios en dos turnos, de 6 a 14 y de 14 a 22 horas.

La mayoría de los obreros eran del Paso del Bañado, hubo tres máquinas de fibrar las hojas, luego se pasaba por las escardadoras y posteriormente a los secadores y después se procedía al enfardado de la fibra vegetal. Este producto se trasladaba a la planta industrial de la Fábrica Uruguaya de Alpargatas, en la ciudad de Montevideo.

A la crin vegetal producido en nuestros pagos se la mezclaba con otra fibra vegetal que la importaban desde la India y con el producto logrado se confeccionaban las suelas de las zapatillas marca Rueda. La fibra elaborada acá resultó áspera para los pies, mientras que la importada era de textura más suave.

Alpargatas tenían sus motores propios que generaban energía eléctrica para la planta industrial, además de los operarios que elaboraban el producto vegetal también habían mecánicos, electricistas, carpinteros, albañiles.

Lobelia Balduvino afirmó “en esa época las fábricas brindó bienestar económico, principalmente a los pobladores del Paso del Bañado, además se dio la circunstancia de que había más mujeres que hombres trabajando en Alpargatas y varios miembros de una misma familia. Con nostalgia recordó “cuando nos reunieron para decirnos que la fábrica no podía seguir funcionando porque el producto logrado no era el adecuado para los fines de la empresa, nos causó una gran desazón y hubo gente que hasta lloró. Todas las quincenas teníamos nuestro dinero que nunca habíamos pensado tener acá en la zona”.  Concluyó reflexionando “hoy es un grato recuerdo, porque en definitiva durante años en esta zona vivimos bien”.

OTRAS ACTIVIDADES PRODUCTIVAS

El rubro productivo del Paso del Bañado no solamente fue las fábricas mencionadas, la ganadería y la cría de aves, también se explotó otro producto del palmar, las pencas, que la transportaban en carros y hábilmente acomodadas para aprovechar las curvaturas de las pencas y la vendían en nuestra ciudad principalmente a las panaderías para el encendido de los hornos y la cocción de la panificación menor, como ser bizcochos.

Podemos recordar a algunos de los vecinos que se dedicaron a esta actividad: Brígido, Cecilio y Dorval Rocha, a José Mauricio Acosta y al padre del cortador de hojas de palma Don Alfeo Acosta. Como punto final de este capítulo de la historia del Paso del Bañado, en un lugar de esta zona existió a fines del siglo 19 una fábrica regularmente instalada de aguardiente que se elaboraba a partir de la savia de nuestras palmas, conocido como vino de palma o Arak y  este emprendimiento no duró mucho tiempo, que hoy transcurrido más de cien años no podemos precisar con exactitud la causa por la cual se dejó de producir el referido aguardiente.

UNA VIVIENDA DISTINTA

En el Paso del Bañado existieron un importante número de viviendas y una de ellas se construyó distinta a las demás, nos referimos a la del almacén de Próspero Bobadilla.

Mario Bobadilla, hijo de Don Próspero, recuerda que la construcción la hizo un ciudadano alemán y de esta manera: cada horcón de la vivienda tenía unas canaletas donde se introducían unos palos de determinado grosor entre horcón y horcón desde el piso hasta donde comenzaba el techo, que una vez terminada daba la imagen de un gran cajón. Esta vivienda se revocó con adobe tanto en la parte interior y exterior, solamente se le blanqueó por dentro de la vivienda.

CARRERAS DE CABALLOS

En este paraje existieron varias pistas de carreras, de la cual podemos recordar las de: “Bitito” Decuadro, Acevedo Quintana, Vicente Molina, Gil Rebollo. Y Próspero Bobadilla era en uno de los lugares donde se alquilaba un galpón para el hospedaje de los caballos de carrera y llegó a tener hasta nueve equinos a la  vez. Las pencas se corrían los días sábados y domingos y se apostaba fuerte, concurrían a este lugar los burreros de Castillos y de diversos lugares de la campaña rochense. En este galpón se cuidaban los caballos de renombrados vecinos del mundo de las carreras como ser entre otros: Gervasio Páez  y sus parejeros que aún recuerdan: un zaino de nombre “El Arisco” y un tordillo, los caballos de Diego Rodríguez como ser “Pibe” y la “Zaina Chica”.

Un parejero que causó sensación fue “Pirriaco” de “Vitito” Decuadro que fue muy nombrado después de ganar una carrera muy pareja en el año 1953. También hubo muy buenos jockey prestigioso como  Redín Olmedo, “Pototo” Decuadro, Shirley Decuadro y vareadores de otros lugares.

EMPRESAS DE ÓMNIBUS

Todos los días por el lugar pasaban dos líneas de ómnibus pertenecientes a las empresas ONDA con destino Chuy y Julio González que iba a Velásquez y Lascano. Esta última empresa hacía parada obligada en el almacén de Bobadilla diariamente a las nueve de la mañana dejando bolsas de galleta dura que las traía de la panadería “El Cañón” de “Chelo” Puig.

EL HERRERO

El herrero Caimir Molina en una vieja camioneta Fordson trasladaba a los jóvenes del Paso del Bañado que concurrían al Liceo de Castillos. Molina era un vecino muy guapo y ocurrente. Existen varias anécdotas de él, por ejemplo se recuerda a una de ellas: Mongolo era un puestero de la estancia de los Rubio, se mandó hacer por Molina un par de espuelas y cuando le entregó el trabajo le afirmó al puestero “esto pariente es de acero” con ello afirmaba que eran de buen material.

El puestero Mongolo a la primera espolada que le dio a su caballo se doblaron, se las trajo nuevamente al herrero y éste le respondió seguro: “no, no, pariente estas no fueron hechas por mí, a consecuencia de esto el puestero le puso el mote “el de acero” a Caimir Molina.

HISTORIAS DE NUESTROS PAGOS EMITIDO EN EL PROGRAMA PUNTO AZUL DE CASA AMBIENTAL DE CASTILLOS.

NÉSTOR ROCHA.