OTRA VEZ A LAS ANDADAS
Por Walter Amaro - Sydney/Australia
Si bien por el mes de Agosto del año 2003, el día 27 para ser más precisos, señalamos que estabamos sumidos en el bochorno, por haber sido protagonistas de unas de las más vergonzosas persecuciones piratas de la época moderna, hoy día debemos confesar que, triste y lamentablemente, hemos vuelto a las andadas.
Cuando todavía no se han acallado las repercusiones del sonado caso del pesquero "VIARSA I", y su cinematográfica persecución de 21 días y más de 7.200 kilómetros a través de las heladas aguas del atlántico, lo que nos puso en el lamentable escaparate de los trangresores de la ley, hoy volvemos a ser reincidentes.
El hecho de vivir alejados fisicamente del territorio nos confiere, contínua y generalmente, un estado de inseguridad. Las noticias provenientes del país, se nos hacen irreales, y en más de una ocación, no podemos dar crédito a lo que pasa. La inseguridad proviene entonces que, al no poder confirmar los hechos, tenemos que aceptar y dar por ciertos, los relatos entregados por la prensa internacional. Pero de todas formas, es más difcil de tragar que |
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el gofio seco. Tanto, como algunas declaraciones emitidas por nuestro presidente, y su falta de tacto para manejarse en temas específicos del hámbito internacional, a pesar de la injerencia y consecuente actitud matonista, de algún gobernante de turno, o cualquier presidente populista.
A más de cinco meses de la captura del pesquero “VIARSA I”, operando bajo pabellón uruguayo, quedan muchas consideraciones para tener en cuenta. Recordemos que el 27 de agosto del año pasado, el pesquero uruguayo "Viarsa I" fue apresado a 2.700 kilómetros de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), tras una persecución de 21 días, por faenar ilegalmente en aguas australianas, y fue escoltado de regreso a Australia, donde llegó el 3 de octubre del pasado año. Al pesquero les fueron descomisadas 85 toneladas de merluza negra que llevaba congelada en sus bodegas.
El capitán del "Viarsa I", el uruguayo Ricardo Mario Ribot Cabrera, el marinero chileno Roberto Enrique Reyes Guerrero y los españoles José González Pérez, Antonio García Pérez y Francisco Fernández Oliveira, tienen un juicio pendiente en la ciudad de Perth. Al respecto, la juez de este país, Barbara Lane, que entiende la causa por pesca ilegal, desestimó una propuesta de la defensa de los inputados, tratando de obtener el regreso a sus países de origen previo pago de una fianza, por considerar que existe un alto riesgo de fuga. Además, la magistrada dio a entender que el caso se presentaría para su vista preliminar en el juzgado, recién en el próximo mes de febrero.
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De todas formas, esta nueva violación a la zona económica exclusiva australiana por parte del pesquero "Maya V", y su presunta pesca ilícita, vuelve a recordarnos que a los poderosos consorcios, internacionales pesqueros, que operan con nuestro pabellón por unos pocos dólares, poco les importa nuestro prestigio como nación, a la vez que demuestra que la experiencia en el sonado caso cayó en saco roto y nos sitúa una vez más, en el podio de los descarados, luego de |
olvidar las promesas emitidas por nuestros representantes en el seno de la reunión Internacional para la Conservasión de la Antártida y los Recursos Marinos en noviempre pasado, en la ciudad de Hobart, Australia, donde Uruguay repetidamente se comprometió a terminar con la pesca pirata.
En eso diferimos de los animales. Porque según la jerga popular “el perro que olió un pucho, no lo uele dos veces”.
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El “MAYA V ”, fue capturado en la zona económica exclusiva australiana que rodea las islas Heard y McDonald el 23 de este mes, luego de haber fracasado un primer intento de abordaje que casi cuesta la vida de cuatro funcionarios australianos que cayeran a la mar en las embravecidas aguas del Atlántico.
Los ministros australianos de Defensa y Pesca, Robert Hill e Ian Mcdonald, respectivamente, |
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informaron a través de un comunicado, que la fragata australiana "Warramunga", apresó al pesquero uruguayo por presuntamente faenar ilegalmente bacalao de profundidad o merluza negra en las aguas antárticas del país, tal cual lo hiciera el VIARSA I.
El pesquero detenido se dirige al puerto de Freemantle, en Australia Occidental, donde se presume que arribará a principios del mes de febrero.
En fin, me imagino que este será un nuevo y embarazoso desafío para nuestras autoridades representativas cuando se reintegren de las vacaciones. Una nueva pulseada en fin, para nuestro ambajador que había sorteado sabiamente el primer obstáculo, bajándole el perfil a la cosa, y un trabajito extra para nuestro nuevo cónsul qué, según parece, recibió el nuevo año y nuevo destino con un pan debajo del brazo.
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