" Haz de Internet una gran plataforma de comunicación, no la conviertas en una cloaca de maldad" preHacker.Hacker Digital.
Año II - Nº 72 - Uruguay, 2 de Abril del 2004

La preeminencia del amor
Amanecer la vida
La Nobleza
El niño y el venado
Es imposible...
Madre Naturaleza
¡¡SOCORRO!! - No entiendo ná de ná
La tercera hora, el salto cualitativo y cambalache
La Coronilla: La lucha de un balneario
Ojos Uruguayos en Brasil
Nuestro primer temblor...
Viaje a Marte
La Santa Semana Santa
Ecos de la Semana
Así Somos
Primer Encuentro Nacional de Tuning

Hurgando en la web

David Evans
La Pasión de Cristo
José Luis Ruz, un artista con personalidad
¡Y todo por una película...!
La Fé. Una introducción a la investigación de la fé y la religiosidad
Chairando Ideas
Sucedió en España
Don José Artigas, el señor que resplandece
Asesinato
El viejo buzón
Comunicado de Co.T.I.U.
La Cocina Uruguaya
Rincón de Sentimientos
El Interior también existe
Olvidémonos de las Pálidas
Las Locuras de El Marinero
Correo de Lectores

La valìa está en ser, no en parecer,
en hacer, cada día que transcurre,
algun bien, y no en soñar con grandes
proyectos venideros.

Pues al margen de todo devaneo,
y de las fantasias juveniles,
nada es tan regio como la bondad,
ni principesco como la verdad.

Al medirnos recobramos nuestra talla:
no podemos hacer mal y hallarnos bien,
ni complacernos al infligir dolor,
pues la justicia venga cada afrenta.
El aire es para el ala de la alondra,
y el follaje para el petirrojo,
pero siempre la senda estrecha y recta
es para los hijos de los hombres.

No podemos regatear por nuestra dicha,
ni atraparla como peces en la red,
y a veces aquello que perdemos
ayuda mas que aquello que se obtiene.
Pues el bien no consiste en perseguir,
ni en las ganancias grandes o pequeñas,
sino sólo en hacer, seguir haciendo,
hacer lo que se debe.

Contra la envidia, la malicia, el odio,
contra el mundo, tarde o temprano,
sin que el coraje nunca mengüe,
debemos trabajar y esperar.
Y es leve la carga del problema,
para quien nunca sacrifica su valía
pues el que es honesto es simpre noble,
sin que importen su cuna o su riqueza.