La mentira, el miedo y el continuismo
por Mario Peña Que tres ingredientes, ¡y qué recetita podemos sacar de la mezcla de los mismos! La recetita que se viene repitiendo en los últimos veinte años de gobierno blanqui-colorado.
Queridos lectores, ya comenzó la campaña en vistas a las elecciones nacionales de octubre y cada uno de los sectores dio su primer paso hacia la confrontación en las urnas y a tratar de incidir en el electorado.
En esta oportunidad el título de la nota, hace referencia a como ha comenzado a encarar dicha campaña la derecha de nuestro país (blancos y colorados).
La derecha en general ha cerrado filas tras la candidatura de Larrañaga, inclusive el propio partido colorado proponiendo una fórmula presidencial totalmente light, apagada, sin querer complicarse la cabeza y no obstaculizar o quitar votos a sus homónimos correligionarios blancos en una eventual carrera hacia la presidencia con el Frente Amplio.
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Tabaré Vázquez y Enrique Iglesias
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No obstante, el hoy abanderado de la derecha del Uruguay, Jorge Larrañaga, quiere hacerle ver al electorado que agarra esta bandera con la otra mano. Lo que no ha podido explicarle a la gente es por que le deja de ondear la bandera cuando la cambia a la izquierda. Y no solo le deja de ondear sino que se le achica, se le encoge casi hasta desaparecer de su mano; y cuando esto ocurre tiene que tomarla nuevamente, con todo vigor en su mano derecha, donde cuenta con suficientes laderos, que en el caso que no haya viento, le abanican el estandarte.
Es por eso que Larrañaga es el continuismo de la política neoliberal llevada a cabo por los partidos tradicionales de nuestro país, porque necesita de ellos, porque les va a deber “favores” a ellos.
El progresismo del cual se jactan los blancos de hoy, jamás lo aplicaron en estos últimos quince años donde fueron gobierno junto a los colorados. ¿Será que se enteraron en estos últimos cuatro meses lo que es ser progresista?¿Dónde aplicaron las políticas sociales o la justicia social de la que tanto se llena la boca Larrañaga (bueno, aunque parece que siempre tiene la boca llena cuando habla), que aplicaría en caso de ganar?¿Será como aquella promesa que le permitió a Batlle llegar al gobierno, de no devaluar, o de no poner más impuestos, o de terminar con los asentamientos? Denme a mí, como elector, una explicación valedera de porque debo confiar en la derecha, que me han explotado durante todos estos años.
Y ya se detecta cual va a ser el tenor o la estrategia a seguir por la derecha en la campaña electoral: EL MIEDO.
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Jorge Larrañaga y Enrique Iglesias
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Basta con perder un poco de tiempo y leer la columna editorial del bastión, el alfil del oficialismo y la derecha, como lo es el diario “El País”, donde se refieren en su totalidad a las suposiciones de que gobiernen “los tupamaros comunistas” lo malo que sería, si estimado lector, no estoy inventando, así fue escrito, y si gobernaran los buenos, inocentes, capaces y sabihondos de los blancos, las maravillas, villas y castillas que gozaríamos. Y esto es la primer muestra de continuismo, ya desde el vamos utilizan las mismas herramientas que sus predecesores (o socios, o cómplices, vaya a saber uno) en las campañas políticas. En una suerte de iluminados e ingeniosos adivinos, propietarios de la lámpara maravillosa (que solo ha servido para enriquecerse ellos) que ya saben lo que ocurrirá si gobierna el Frente, pero cuando gobiernan ellos cometen una avalancha de errores u horrores en cadena (miren que no dije corrupción), tanto es así que el Uruguay está como un país devastado por una guerra, sin haberla sufrido. Y debemos escuchar por parte de todo el séquito Lacallista, Sanguinetista y Jorgista por dos (le puse por dos en referencia a Larrañaga y Batlle) durante este período electoral, promesas de lo que harían en caso de que ganen ( cosa que no hacen) y lo que no se debería hacer en caso de que ganen (que es realmente lo que hacen), comparan a Uruguay con Cuba o con Rusia, a Tabaré con Fidel, y proclaman y aclaman a viva voz todo lo que pueda infundir temor en la gente sobre la izquierda. Sale el slogan de vuelta al ruedo: “Los pueblos que no recuerdan su pasado, están condenados a repetirlo”, ¿se acuerdan quienes eran los que utilizaban esa máxima?, bueno, y después dicen que no son continuistas. Nunca realizan una propuesta real, nunca la verdad.
Pero bueno, tendremos que vivir estos cuatro meses que faltan para la verdad escuchando estas barbaridades por parte de la derecha.
Lo que sí podemos evitar es que sigan como dueños de la razón, y no cargar de culpas a la izquierda por lo que podrían llegar a hacer en su futuro gobierno y estos fulanos totalmente impunes por todo lo mal que han hecho. Como electores tenemos el deber de darle la oportunidad a la izquierda, para poder apoyarla o criticarla, pero sólo en base a sus acciones, no por lo que les parezca a los que nos han mentido durante todos estos años. No nos queremos parecer a nadie como país, queremos volver a ser uruguayos en el Uruguay, no deambulando por el mundo como parias sin tierra, pues la misma no nos ofrece oportunidades.
Todos necesitamos un gobierno de izquierda, el Uruguay necesita un gobierno progresista, está en nosotros la elección.
Hasta la Victoria
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