Tolerancia ¿raciocinio o estupidez?
por Mario E. Peña Todos los estadistas, de todos los países, de todos los tiempos y quienes aspiran a serlo han usado y usan esta palabra tan significativa: TOLERANCIA. Inclusive hasta algunos dictadores o terroristas la han “manoseado”. Pero vayamos al significado de la misma;
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TOLERANCIA: 1-Respeto hacia las opiniones o prácticas de los demás.2-Margen o diferencia que se consiente en la calidad o cantidad de las cosas o las obras contratadas o convenidas. (Definiciones extraídas de diccionarios del mundo http://diccionarios.elmundo.es/diccionarios/). Detengámonos y reflexionemos sobre la definición número uno de la palabra. La misma habla de respeto y por ende busquemos el significado de este vocablo. RESPETAR: Tener respeto, miramiento o consideración, EJ: respetar a los ancianos. . (Definiciones extraídas de diccionarios del mundo http://diccionarios.elmundo.es/diccionarios/)
Atando cabos y buscando la lógica, la tolerancia es aplicable en todos los sentidos que el raciocinio humano deba mostrar respeto hacia opiniones, prácticas, religiones, razas o filosofías de los demás, y este respeto es provocado por los pares que, sin comulgar con nuestros pensamientos, asimismo los respetan. Pero ojo, el respeto genera respeto, pero la tolerancia no genera tolerancia, de la misma forma que si una persona no nos respeta, es muy difícil que le seamos tolerantes.
Por ende, la intolerancia, como antítesis, se manifiesta en la falta de respeto en todas sus expresiones, violencia física, verbal, psicológica, engaños y abusos de poder y por ende se le debe manifestar, sea en la expresión que sea, el mayor repudio.
Todo este “berequetengue” de definiciones y razonamientos, viene a colación, de los dichos de nuestros políticos; ellos todos, se llenan a cada rato la boca con la misma palabrita mágica, sobre todo la derecha tradicionalista de nuestro país. Usan y abusan, de la gran palabra, pues para ellos, todo lo que no condiga con su línea de pensamiento, pasa a ser intolerante, y los únicos buenos tolerantes son ellos.
El pasado domingo 27 de junio, día que se llevó a cabo las elecciones internas de los partidos, se vio empañado por un aislado y pequeño acto de intolerancia, protagonizado, por una parte, por un simpatizante de la izquierda (el malvado intolerante), y por la otra el diputado nacional por el Lacallismo (decirle herrerismo a ese grupo sería una falta de respeto a Herrera, y por ende me convertiría en un intolerante) Gustavo Borsari (el buen tolerante, agredido por un malvado intolerante), hecho éste que debe ser repudiado por todas las colectividades, como se hizo oportuno cuando a cada una se le preguntó al respecto. En las siguientes horas de transcurrido el hecho, Lacalle declaraba a viva voz y ante todas las cámaras televisivas y micrófonos, con un gesto adusto y preocupado “esta historia ya la vimos”, mientras que, detrás del Cuqui, el agredido diputado ponía cara de “cotorra muerta a escobazos” con una venda en la nariz, acusando el golpe que le habían propinado. Ahora, ¿Cuál fue la causa por la cual fue agredido físicamente el diputado Borsari? ¿Tan solo la intolerancia de un transeúnte votante de la izquierda, que lo vio y “pinto taparlo”? No, no es así. El agresor tuvo la posibilidad de dar su punto de vista de los hechos en una radio capitalina (AMLIBRE 1410) en el programa de Alberto Silva. Este hombre, se mostró arrepentido en todo momento por su reacción y pidió disculpas
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públicamente a el diputado Borsari; y lo otro interesante fue que el contó el porqué de la reacción. Según relató el agresor en el programa radial, el mismo dijo que iba por la calle cuando vio al diputado dialogando con unos chicos que estaban repartiendo listas del grupo al cual pertenece el parlamentario, ante lo cual hace en tono de broma o de sarcasmo un comentario en voz alta al diputado “no te olvides de pagarle los ciento veinte pesos!!!”, según él, haciendo referencia a las sabiendas populares de que la inmensa mayoría de la gente que repartía listas lo hacía de forma asalariada y por ese monto en forma de “changa”. A esto le responde el diputado con un improperio, haciendo referencia a la madre del caminante (“anda a la c.... de tu madre!!!), a lo cual este le pregunta “¿Qué me dijiste?”, y el diputado repite nuevamente el insulto, y según lo que relata el agresor, Borsari le quiere propinar un golpe y provoca la reacción del “agresor”, propinándole él un puñetazo en la nariz al diputado nacional con las consecuencias que ya todos conocemos.
Bien, no queriendo ser una justificación, pero, como cantaba Zitarrosa, “una cosa es una cosa, y otra cosa es otra cosa”. Convengamos y confirmemos que todo acto de intolerancia, como anteriormente dijimos, es repudiable en todo sentido; pero creo que acá no hay UN solo intolerante sino DOS. Porque una verdad a medias a veces es peor que una mentira, y mentir es una falta de respeto, y el que no tiene respeto por sus pares es un intolerante. Entonces señor diputado nacional Gustavo Borsari, no ponga esa carita de “ternero desgollado” ante las cámaras, mostrándose en todo momento como una víctima, porque no lo es, es tan intolerante como su agresor, tan irrespetuoso como su agresor, su actitud merece el repudio y es tan censurable como la de su agresor. Por supuesto que las mismas cámaras que estuvieron pendiente del “estado de salud” del diputado jamás se preocuparon por ubicar a la otra parte para que ofreciera su punto de vista, ¿qué curioso no?. La desinformación es otra de las tantas faltas de respeto que el sistema realiza hacia la población. Son muchas y constantes las faltas de respeto que hemos tenido que soportar en estos últimos años por parte del gobierno, que nos van ultrajando la confianza y el respeto hacia el mismo.
Demostremos educación, cultura y respeto como personas y despreciemos las actitudes intolerantes de nuestros gobernantes, intolerantes ante las necesidades de la gente pero tolerantes o “permisivos” en cuanto a los bancarios corruptos, ante el poder extranjero o ante los intereses económicos de especuladores.
Ya seguiremos comunicándonos y refiriéndonos a este tema de la TOLERANCIA.
Hasta entonces y hasta la victoria.
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