Ya te lo dije por Graciela Vera Periodista independiente

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         No es precisamente el consabido “ya te lo dije” en tono triunfalista y con el que se suele recordar a otros que han pifiado, pero no puedo dejar de pensar que “ya lo hemos dicho”.

         Nada de lo que está sucediendo en estos momentos en España nos puede sorprender,  porque nada de lo que ha llegado lo ha hecho gratuitamente.

         Y no me refiero al presagio más o menos agüero  de los que,  si se atreven a prevenir pueden ser descalificados como observadores neutrales o,  en el mejor de los casos, calificados de envidiosos.

         La  economía española está en crisis y en un país donde la preocupación mayor de sus ciudadanos se ha trocado en llegar a fin de mes, es un tema que sólo el Gobierno se empeña aún en desmentir.

         Quizás buscándole un aspecto egoísta, ello sea entendible  porque la supuesta sanidad de la economía  y el descrédito hacia los que daban el alerta sobre un futuro poco promisorio, fue su caballito de batalla  y lo que en definitiva catapultó a ZP a su segundo periodo en la presidencia.

         Por ignorancia o por soberbia, a escasos cien días de  augurar para España un crecimiento que rondaba el 4%, el  Presidente se ha topado de narices con un trimestre con crecimiento inferior al 0,3%, que llevaría el país a una reducción de la tasa interanual a un escasísimo y hasta  utópico 2%.

         Por supuesto que para  el Gobierno la culpa de este debacle no lo tiene la improvisación estatal,  sino todo lo que llega desde fuera:  las tasas de los intereses marcadas desde el Banco Europeo;  la crisis inmobiliaria que se inició en los EEUU, el precio fijado por la OPEP para el barril de crudo  y hasta  la abuelita, el tío y el primo y donde nos descuidemos, el gato y el perro también resultarán culpables.  Para ZP resulta claro que todo y todos se han confabulado contra España.

         Esta semana hemos visto como a pesar de los signos inequívocos, él  sigue en sus trece y en lugar de admitir el error de apreciación –que en definitiva sería la salida más elegante-  y aceptar la ayuda que todos los demás grupos parlamentarios  le han ofrecido, se dedicó a acusar de ser acusado sin fundamento y justificar en vez de planificar, historiando el pasado sin vislumbrar el futuro.

         Para la mitad de los españoles existe por parte del gobierno,  incapacidad  y falta de voluntad política para salir del atolladero y para la otra mitad, resignación mientras que a criterio de este mismo gobierno no hay crisis aunque, con 2.390.424 trabajadores en paro, 36.849 de ellos ingresados en el mes de junio,  España ostente el dudoso honor de ser  el segundo país de la UE con mayor número de trabajadores cesados*1 y 2;  en el que más ha aumentado el precio de los productos básicos y donde el porcentaje de morosos se ha incrementado en un 105%, la mayor parte de éstos enfrentados  a no poder pagar hipotecas por propiedades adquiridas en condiciones que se han dado vuelta como una tortilla.

         Lo cierto es que con o sin crisis a nivel mundial,  España estaba caminando, desde hacía mucho y sin querer reconocerlo, en la cuerda floja.

         No vamos a decir que lo dijimos, después de todo en El globo desinflado (noviembre 2006), tan sólo sacamos del ostracismo en el que la prensa optimista lo habían dejado, las predicciones de alguien que ha probado que sabía lo que decía.

         Tampoco nos extenderemos al decir que quienes  vivimos en España somos conscientes de que vamos a tener –todos, sin excepción o, con contadas excepciones-  que ajustarnos el cinturón. Vienen tiempos difíciles para los que Europa no está preparada y menos la ilusionada patria de Cervantes.

         Son situaciones que atañen en mucho  a los americanos y a los uruguayos que,  después de aquel fallo garrafal de la política exterior uruguaya perdimos, sin remedio, todos  los derechos que teníamos consolidados por dos tratados de rango internacional y que casi nos permitían sentirnos seguros. Fue por el 2006, cuando nos mandaron a llorar al cuartito oscuro.

         Lamentablemente para los intereses de nuestros compatriotas, desde Uruguay aún no se percibe la realidad y sigue costando hacerse a la idea de quizás haya llegado la hora de mirar hacia adentro porque los vergeles también se convierten en sequeros y viceversa.

         La  economía de las naciones pasa por situaciones cíclicas y la uruguaya está mejorando.

         Sólo falta un empujón algo más fuerte que lo normal para que se creen las condiciones y muchos que se fueron retornen y otros que aún no salieron, deshagan las maletas..

         No quedan dudas de que retornarán, como lo están haciendo ya inmigrantes de todos los países;  porque desde que La Unión Europea dijo stop, muchos extranjeros que no han conseguido los permisos para residir y trabajar en la UE prefieren acogerse a retornos voluntarios antes que enfrentarse a una degradante detención, previa a la repatriación, en los poco edificantes centros de internamiento.

         Siguiendo el link de  Centros de Internamiento en Asuntos de Inmigración III se entenderá  porqué comienza el éxodo al revés.

         En una España que no puede dar trabajo a los españoles, ni siquiera la necesidad de mano de obra barata puede hacer cambiar la situación económica y generar puestos de empleo para los inmigrantes; los gobiernos, de derecha e izquierda han sido muy duros con los que llegan sin contratos previos y los empresarios que se atreven a emplearlos  se enfrentan a ingentes multas.

         Las esperanzas puestas en un gobierno socialista se diluyeron cuando el gobierno español apoyó sin chistar la última y controvertida  resolución europea respecto al trabajo e ingreso de inmigrantes y, a decir de la verdad las pocas vestiduras rasgadas fueron de galería hacia fuera

         Muchas voces criticaron recientemente al gobierno italiano por su xenófoba política inmigratoria que pretende convertir a los inmigrantes en esclavos del siglo XXI, olvidando todos que no es una política nueva porque ir  alla caccia del inmigrante illegale,  es un tema sobre el que a su debido tiempo  los países emisores no supieron tomar debida nota,   un asunto que en menor o mayor medida, tiene ramificaciones en todo el territorio comunitario  y que en España  tampoco resulta ajeno, tal como ha denunciado el relator de las Naciones Unidas contra el racismo, Doudou  Diène que aseguró que aquí ‘todavía hay mucho que hacer para evitar las situaciones discriminatorias contra los inmigrantes’.

         Recientemente  los extranjeros denunciaron que se están realizando redadas en busca de ilegales,  incluso dentro de viviendas privadas y que muchas veces la policía les pide documentación sólo por tener rasgos foráneos.

         En  este contexto no puede asombrarnos que continúe la repatriación de uruguayos.

         La semana pasada fueron otros tres de la ya larga lista, aunque me atrevería a decir que somos los que menos porcentaje representamos en este aspecto quizás porque nos mimetizamos mejor que otros latinos, entre los  españoles.

         ¿Qué nos podíamos esperar? , no llevamos la cuenta de cuantas veces hemos escrito sobre estas situaciones ni cuántas las hemos callado por repetitivas  pero en este caso, la denuncia realizada por una de las expulsadas sobre el trato recibido,  nos hace ser conscientes de que nunca nos ha leído porque desde hace mucho lo venimos previniendo y como para muestra basta un botón o un pequeño ramillete de botones de distinto color pero que calzan todos a la perfección con nuestro objetivo, recordamos Asuntos de Inmigración I y Asuntos de Inmigración II desde donde,  si hubiera seguido el  link a Centros de Internamiento, ahora tendría conciencia de los motivos por los que debería sentirse agradecida de  que  el maltrato recibido haya sido solamente verbal y haya tenido la suerte de que su detención se haya limitado al incómodo espacio destinado para este fin en el aeropuerto de Barajas, lugar por lejos  mejor que el que podría encontrar en otras de  estas cárceles  que funcionan sin el status de tales.

Desde Almería, en el sur del norte a 4 de julio 2008