NO PODEMOS TAPAR EL SOL, CON UN DEDO |
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Por Roberto Bogorja
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Resulta harto sorprendente el manejo de la información, conque el gobierno de Estados Unidos pretende desvirtuar la realidad negando o minimizando hechos, a favor de mantener una mentira que fundamentalmente beneficia a determinados grupos de poder, que vaya coincidencia se encuentran representados por las más altas jerarquías de la propia Casa Blanca.
Cuando estalló el conflicto de Irak, manifestamos nuestro temor de que detrás de la razón esgrimida, se escondían ocultos intereses espurios. Los hechos los fueron delatando, España comprometida en su intervención en la reconstrucción vial, pues de ello se encargaría una empresa vinculada al entonces presidente Aznar, Estados Unidos, una nación muy dependiente del negro fluido para no sólo su industria sino para todo su modo de vida (automóviles, calefacción, plásticos, etc.) ataca, invade y gobierna por medio de un interventor a un país dueño de una de las mayores reservas petroleras del mundo. Quien ordena dicho ataque, es un hombre vinculado a las energías, el presidente George W. Bush, es un petrolero tejano.
Pero los intereses no eran económicos, nos dijeron, sino sacar un régimen antidemocrático, que poseía armas de destrucción masiva, las que a más de un año no se han encontrados, y de las cuales los mayores técnicos de la ONU, negaron su existencia.
Así como no aparecieron las armas, aún no se ve la instauración de una democracia, sino la imposición de un gobernador y una milicia.
Se dijo que se había derrocado el régimen y que los iraquíes estaban contentos. Sí los chiíta, opuestos a Saddam Hussein (sunita), se encontraban contentos pero no por la intervención de Norteamérica. Hoy el país no se ha pacificado, las tropas de ocupación tienen que luchar contra los dos bandos o más de iraquíes.
Se dijo que no sería un nuevo Vietnam, y cada día se está pareciendo más en cuanto a la forma de luchar y a los resultados. La única diferencia es que en lugar de una selva, es en un desierto.
Se dijo que ni la CIA ni el FBI, conocían de la inminencia del ataque a las Torres Gemelas, hoy resulta que si sabían e incluso, se lo habian informado al presidente, pero este pidió declarar en secreto, al igual que el vicepresidente, a la comisión del senado.
Se dijo que se iban a mostrar todos los acontecimientos en directo y se produjo una tremenda censura previa para su propia nación. E incluso se disparó contra periodistas totalmente desarmados y desamparados.
Un gobierno que condena las violaciones de los derechos humanos y que sistemáticamente los viola y tortura brutalmente a los prisioneros de guerra, quienes deberían estar amparados por la Convención de Ginebra.
Un gobierno que condena cualquier tipo de intervención, pero que interviene impunemente en todas partes.
Hasta donde se pretende seguir mostrando una parodia como si fuese la realidad. O será que la nación más poderosa de la Tierra está resquebrajándose, como le pasó al poderoso Imperio Romano, y pretende arreglar las cosas con remiendos.
Es que seguramente podemos decir que el presente siglo será sin duda el de la información, y la misma no se puede ocultar, siempre sale a la luz.