¿SE ASUSTA DE LO QUE VIO O DEL FUTURO QUE VE VENIR? |
|
Por Helena Arce
|
Según hemos oído, en sus declaraciones al llegar a nuestro país el Exc. Sr. Presidente de la República Dr. Jorge Batlle, manifestó que luego de conocer la República Democrática del Congo, sintió deseos de besar el suelo, como el pontífice , al llegar al Uruguay.
Yo le diría al Excelentísimo Sr. Presidente de todos los ciudadanos de este mismo suelo, que lo entiendo, en septiembre de 1983, luego de andar deambulando por el mundo seis meses, yo sentí lo mismo. Y no solo había visto pobreza, había visto que esas lunas no brillan como esta, parafraseando al Sabalero.
Amo este país, Excelentísimo Sr. Presidente de todos los uruguayos, pero últimamente he estado pensando si amo a este país o amo al país que fue. Y cuando pienso en el país que fue, no estoy recordando las épocas doradas de la Suiza de América, pues esas reminiscencias, lamentablemente, las conozco únicamente a través de mis mayores. Lamentablemente como dice mi hermana, la del medio, desde que nací lo único que escucho es que hay que ajustarse el cinto, hacer el esfuerzo para que las cosas mejoren, y así hemos llegado a la mitad de la vida, y a esta altura temo así terminarla. Pero aún en esas ajustadas del cinto, recuerdo épocas mejores. Aquellas donde la enseñanza pública era un ejemplo, porque no era únicamente laica, gratuita y obligatoria en la imaginación popular. Allí estaban los mejores profesores, allí se brindaba lo mejor, desde la escuela a la universidad, y los edificios no se caían a pedazos. Donde uno podía ver un programa de preguntas y respuestas en la tele en un bar, y allí desde el mozo al diariero, al igual que los comensales todos sabían contestar. El Uruguay donde la cultura no era un lujo, y los chicos no corrían peligro por ir al liceo. Donde la Salud era un derecho y no la obtenía solo el que podía pagarla..
Nunca pensé asistir al doloroso espectáculo que me ofrece mi país, con gente durmiendo en la calle, al abrigo de un puente, o al de una carpa de nylon. Donde los niños de la calle, ya no son los folclóricos "Capitanes de la Arena" del los libros de Jorge Amado, sino una realidad que nos golpea a diario.
Hoy se asusta el Excelentísimo Presidente de la República por la realidad que lo golpeó en la hoy cercana África, cercana en virtud de tener allí apostados a los hijos de muchos uruguayos,. Pero yo quisiera preguntarle a nuestro Presidente: ¿Cuál es el futuro, que piensa, nos espera?
Más de la mitad de los niños de hoy, los uruguayos del mañana, nacen debajo de la línea de pobreza, en situaciones peores que aquellos que nacían en nuestros míticos "cantegriles", hoy devenidos en asentamientos. Sin una nutrición adecuada, criándose en la calle, sin la atención sanitaria necesaria, dejando la escuela antes de empezarla, conviviendo con la delincuencia y la droga..
La desestructuración de la sociedad uruguaya no es una queja populista, es una realidad que nos está golpeando. Y si no la paramos, el Congo estará aun más cerca.