Año II - Nº 95 - Uruguay, 10 de setiembre del 2004
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- La Frontera: Territorio común para la delincuencia
- ¿Creer o no creer?
- Educación y Democracia: Las claves de Uruguay en estado de tolerancia
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- Militares golpistas y tupamaros

- Descreimiento, conformismo
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- Teatro Solís, Símbolo de Montevideo, "Nuevamente a Escena"
- Los asados, los amigos y las trampas
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- Anécdotas Bancarias: Fin de año
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- Así Somos: El Teatro Solís
- Sin solución al conflicto de la familia Borgogno
- Hurgando en la Web: Arquitecturas Historicistas
- Chairando Ideas: Los ejemplos son masivos...
- El atardecer y los pájaros
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El atardecer y los pájaros
Escribe Dr. Enrique Rimbaud

Las nubes escapan rápidamente dejando tras de si estelas de noche, que pugna tozuda por instalarse… las luces de calles y avenidas comienzan a parpadear intentando prenderse, titilando en el reflejo de las calles abundantemente mojadas por la lluvia vespertina…

Un agradable olor a tierra mojada se mezcla con el espeso humo de las fritangas…

Desde el cielo, tras las nubes, nadie sabe bien de donde, comienzan a descender sobre Managua miles y miles de grandes y oscuros pájaros, lo mismo que todas las tardes, en un efímero intento de la naturaleza de remedar a Hitchcock en su película “Birds”…

Todas las tardes, durante unos breves treinta o cuarenta minutos, miles de “Pijules” y “Sanates”, cuervos de color brillante y negro los primeros y marrones los segundos, descienden sobre los árboles de las avenidas en Managua, ennegreciéndolos, y plagando el éter con sus chirriantes graznidos, luego, tan misteriosamente como llegaron, desaparecen…

Por instantes, cuando nos atrapa una calle en subida o en bajada enfrentada a un árbol, e iluminamos el mismo con los focos del auto, cientos de ojos rojos nos miran como encendiendo el árbol, plagando de brasas encendidas las frondosas ramas, cual fruto mágico fruto llamando a ser arrancado…

En los árboles de ornato de los grandes centros comerciales, la congregación de aves forma una orquesta de silbidos y graznidos de a ratos insoportable…

El cielo aun gris, que no es de día ni de noche, se raya de puntos y líneas negros de los pájaros procurando árboles descendiendo sobre la ciudad, horas más tarde, serán sustituidos por vampiros y murciélagos, solo evidentes cuando cruzan bajo la inmensa luna centroamericana…

La gente ni los mira, ya estan acostumbrados, a los pájaros, a los volcanes, a los temblores, a todo lo que en nuestro mundo era inusual, pero el hombre es un animal de costumbres, indudablemente…

Desde el país de los volcanes y los lagos….

Un abrazo para todos
Enrique