Año II - Nº 78 - Uruguay, 14 de mayo del 2004
 
Intolerancia, fascismo y totalitarismo
Visiones y preguntas. Cavilaciones poco profundas
"Papagayo Azul" emprendió vuelo por los niños
¿Las libertades individuales, se respetan?
El Departamento está con miedo
Una historia increíble, ¿persecución o equivocación?
El cine uruguayo

¿Destino, búsqueda o construcción de la utopía?

Chairando Ideas
Sucedió en España
Preparándonos para las lluvias...
El circo "López Hermanos"
Cuando ser uruguayo da vergüenza
Así somos
Hurgando en la web
Anécdotas Bancarias: El derecho de piso
Nutrición, obesidad y sobrepeso
Irak, de la doctrina Rumsfeld a la derrota final
"El Cuba", el último matrero
Los acuerdos comerciales
Información Ciudadana
La Cocina Uruguaya
Rincón de Sentimientos
El Interior también existe
Olvidémonos de las Pálidas
Las Locuras de El Marinero
Correo de Lectores

 


"El trabajo es la diversión del Hombre"

Ofrecíamos a ustedes en la edición anterior un artículo sobre los cambios en las estructuras del trabajo, que escribiera el Ing. Comercial Fernando Vigorena Pérez y de éste destaco la interesante conclusión sobre el empleo :
"Las empresas compran ahora el resultado de tu tiempo, no tu tiempo. Por lo tanto, si dejas de agregar valor te cambian. La idea entonces es mejorar la versión de uno mismo, de uno como producto, ver qué voy a ofrecer a mi empresa, cuál es el valor agregado que voy a dar para que mi organización me siga considerando rentable."

Lo subrayado indica en definitiva la capacidad de cada uno de producir para la empresa. Es cada día más normal en el exterior la contratación, pasando el individuo a ser un ''cuenta propista'' y logrando con ello mejoras en cuanto a la remuneración. Pero trae consigo la incertidumbre en el momento que no se produce rendimiento, ya que eres un trabajador independiente. Debe cada uno costearse Seguros de accidentes de Trabajo y Seguros de Salud. Pero en definitiva, mientras el ser humano responde en cuanto a Producción, el ingreso es beneficioso. Así es el Capitalismo y lamentablemente somos motores de Industrias o Empresas totalmente descartables en el momento que produzcamos bajo rendimiento.
Si nos ponemos en la vereda de enfrente, y con seriedad analizamos la situación, hasta nosotros mismos nos convertiríamos en hombres o mujeres
extremadamente críticos en cuanto al costo de tener empleados. En Australia por ejemplo, una empresa paga a un contratado una suma casi del doble de un empleado estable, y la razón es muy sencilla, el empleado cuesta a la Empresa más que el contratado por hora.
Esto lógicamente va contra la idea famosa de los "empleos públicos y la inmovilidad". Contrasta con la mentalidad "uruguaya" sobretodo en lo que respecta a los empleos por acomodos políticos, que eran la salida laboral que aspiraba la gente hace unos años atrás. Hoy el empleo exige de nosotros un aporte constante para lograr productividad en la empresa, ya que todos conocemos las consecuencias de la falta de trabajo, cuando una compañía o comercio cierra. Quizás sea injusto, bajo o magro el ingreso, pero es obvio que obtenerlo nos permite vivir. El equilibrio está dado en los riesgos que como Organización se tiene y que no los sufre quien es empleado. Muchos años atrás vimos la experiencia Rusa donde todos eran dependientes del estado, trabajando para él y obteniendo de él lo necesario para poder vivir. Vimos también las enormes limitaciones que tenían. Hoy todo se da vuelta y pasamos
de una manera de dependencia a ser nosotros mismos los generadores de la productividad o ser en muchos casos un tipo de ''cuenta propista'' o contratados en nuestra especialidad. Tiempo atrás también, para muchos el trabajo significa un agobio, algo pesado, casi como una pesadilla. Donde aportábamos presencia y el menor sacrificio posible. Se destacaban quienes de por sí tenían creatividad, imaginación, perseverancia y aspiraciones. En la actualidad nos exige a todos destacarnos y ser sumamente útil, ya que dependemos de él como fuente de ingreso y queremos a su vez mejorar en los salarios. Por ello éstas nuevas modalidades exigen a los jóvenes un cambio de actitud que seguramente se estará vislumbrando en los años venideros. No existe otra alternativa que esforzarnos por ser más eficientes cada día, si deseamos sobrellevar la vida con cierta tranquilidad económica.
Siendo aún peor para quienes contamos con muchos años encima, ya que la competencia en la edad hace que la preferencia al tomar personal de forma estable, sea de personas jóvenes con cierta experiencia. Laboralmente somos considerados mayores después de los 45 años. Por ello es necesario aprovechar los años útiles con capacitación y energía, brindando de uno lo más posible para significar rentables a quienes nos contratan.
Es interesante para quienes pueden ofrecer su profesionalismo, capacitación o conocimientos como herramienta generadora de mejores ingresos. Dependiendo de nuestro esfuerzo y dedicación. El desafío cada día es mayor, pero como decía mi padre: "el trabajo es la diversión del hombre."