Año II - Nº 92 - Uruguay, 20 de agosto del 2004
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LA DISONANCIA
COGNOCITIVA DE LULA
Por Roberto Bogorja

Entre la protección corporativa del gremio periodístico, la libertad de expresión y la condena inquisidora a la disidencia opositora.

El actual presidente brasileño Luiz Inacio Da Silva (Lula), ha impulsado en su país una muy antigua discusión referente al libre ejercicio de la prensa, o por el contrario la aceptación de su reglamentación.

Los hechos

El gobierno brasileño ha presentado a consideración parlamentaria, al proyecto impulsado por la Federación Nacional de Periodistas (Fenaj - Federaçao Nacional de Jornalistas). El mismo ha generado duras polémicas principalmente en cuanto a si el mismo es atentatorio de la libertad de expresión.
Según las fuentes de prensa el proyecto tiende a "orientar, disciplinar y fiscalizar" a la acción de los periodistas, sancionando a los irresponsables de la mala praxis. Palabras que recuerdan al episodio vivido por Larry Rother, corresponsal de New York Times, en mayo pasado, tras haberse referido a la supuesta afición de Lula por la bebida.
Otra de las consideraciones que levantado fuertes encuentros ha sido la colegialización obligatoria de todos los periodistas, los cuales de acuerdo a las actuales leyes deben tener un título de habilitante de nivel superior. Ello lleva a que todos aquellos periodistas que no lo tengan deban dejar de ejercer la profesión.
Por otra parte el proyecto ha enfrentado a los propietarios de los medios afiliados en la Asociación Brasileña de Prensa, y a la Sociedad Interamericana de Prensa, con los agremiados en la Fenaj de orientación favorable a Lula.

Los dichos

Marcio Thomaz Bastos, ministro de Justicia del gobierno defendió la ley en función deque se "vive una ola de denuncias infundadas que destruyen la reputación de las personas". Asegurando que dicha ley no será "un instrumento de censura"
Los grandes medios como Folha de Sao Paulo y el multimedia O Globo la califican como "una tentativa del Gobierno federal de cercenar la actividad de la prensa libre".
Mauro Santayana, quien es un reconocido periodista del medio brasileño se opone a que cualquier periodista pueda ver cercenado sus derechos y retirado de los registros por la decisión de media docena de personas dependientes de patrones nacionales o extranjeros", elegidos de acuerdo a las circunstancias políticas para fiscalizar y punir.
El ministro de Comunicación y Gestión Estratégica, Luiz Gushiken, dijo que la finalidad es "proteger a los periodistas y a la sociedad.
Alberto Dines, el editor de Observatorio de Prensa, órgano digital, le contestó diciendo que "los periodistas no necesitan la protección del Ejecutivo, sino liberarse del poder político".
Por su parte el ex ministro de Educación y senador del Partido de los Trabajadores (PT), señalo que "en nombre de una buena intención, podemos estar dando el primer paso para la tragedia de la censura", pues si bien admitió la posibilidad de una buena intención, "pero el resultado puede, a lo largo del tiempo, transformarse en un control de la prensa".

Las consideraciones

Seguramente este proyecto que por un lado recuerda a determinados corporativismos de índole fascistas, acarrea la desaprobación de aquellos defensores de la libertad de prensa, aunque muchos de ellos lo hagan en los dichos y en los hechos las nieguen condicionando la información en su difusión, o en la monopolización de medios. Quizás el problema pase por el ejercicio ético y responsable antes que por una ley restrictiva.