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EL HOMBRE QUE SUPERO SU OBRA
ANSELMO AMARAL
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Desde Chuy por Julio Dornel
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La velocidad y el vértigo que nos imponen los acontecimientos actuales con cambios que se suceden diariamente, nos hacen perder contacto con los vecinos de otras generaciones, que vivieron otras realidades y dedicaron sus vidas a trasmitir vivencias y registrar las mejores páginas de nuestro pasado ciudadano.
El péndulo de la historia no se “balancea” solamente sobre los Campos Neutrales comprendidos un día por las fronteras portuguesas y orientales, sino que se desplaza a gran velocidad por los campos de América.
El honor que significa ser el destinatario de un artículo sobre los Funerales del General Lavalle, publicado recientemente por el semanario LIBERAL nos obliga disponer del “sagrado derecho de respuesta”.
Al margen del material histórico que la generosidad del Dr. Anselmo Amaral viene agregando desde hace muchos años a nuestros archivos, es evidente que los hechos narrados en la crónica aludida representan una de las páginas más dramáticas de la Guerra Grande.
Basta una breve mención de la correspondencia de Oribe al General Rosas, para tener una idea de los dramáticos momentos que se estaban viviendo y que la pluma de Amaral ha rescatado: “La cabeza de Avellaneda (General Unitario de gran prestigio) fue clavada en una lanza, en la misma plaza de Tucumán.”
Próximo a cumplir sus 90 años don Anselmo continúa recogiendo los testimonios perdidos de una época y un estilo de vida que ensangrentaban la tierra con revoluciones y guerras civiles que llegaban hasta la campaña “margullona” de Santa Vitoria.
Un estilo muy propio para la narrativa donde va describiendo vivencias y situaciones que le fueron trasmitidas por sus antepasados.
Numerosas publicaciones nos van recordando los nombres de legendarios caudillos que cayeron en distintos |
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enfrentamientos y que lamentablemente quedaron para siempre en el anonimato.
Fueron auténticos representantes de una vigorosa savia revolucionaria, donde el coraje era una cualidad puesta a prueba en cada oportunidad.
Nuestro último encuentro con don Anselmo se produjo el verano pasado en su casa de la Barra do Chui a pocos metros del atlántico y disfrutando las vacaciones de algunos nietos, para los cuales está preparando su próxima publicación consistente en un testamento filosófico relacionado con una historia que surge en los tiempos bíblicos.
De esta manera nos fuimos enterando del origen portugués de los “Amarales” que fueron llegando en el siglo pasado por el puerto de Río Grande y radicándose muchos de ellos en el departamento de Rocha, dando origen a un paraje denominado Sarandí de Los Amarales.
Nos habló de su infancia disfrutando de los años tranquilos que le ofrecía la campaña en un ambiente casi silvestre matizado por animales cimarrones y las tareas camperas de la peonada, que hoy a la distancia nos parecen primitivas.
Criado en una estancia de larga data (Arroyo del Rey) donde pasó sus primeros años, supo recoger hechos y acontecimientos de la campaña que relató finalmente en sus múltiples publicaciones.
Allí nacieron sus borradores imaginarios con una auténtica descripción de sus días junto a la Laguna, atrapando al lector por la autenticidad de las situaciones y la fragancia de sus relatos
Realizó sus primeros estudios en la ciudad de Pelotas, para continuar luego en Porto Alegre hasta recibirse de abogado.
Procurador General de la Asamblea Legislativa, director de la Penitenciaria Estadual, escritor, poeta, historiador, director de los Institutos Penales, vereador (edil) durante su estadía en Santa Vitoria do Palmar y Comendador de la Orden de Abogados de Brasil.
“Épocas muy distintas –señalaba Amaral- con una población carcelaria muy pequeña que no llegaba a los 5000 presos en todo el Estado, mientras que ese registro lo tiene hoy solamente Porto Alegre.
Por aquellos años no existía tanta violencia, ni drogas, ni estupefacientes, lo que facilitaba el trabajo de las autoridades. Tiempos de pacífica convivencia, con principios morales y otros valores donde no recuerdo haber visto gauchos ladrones o criminales que fueran protegidos por los vecinos
También colaboró durante 30 años con el diario Popular y otros medios de comunicación. Admirador de grandes periodistas, poetas y escritores brasileños, destaca entre otros a Fanfa Riva, Julio Rúa, Mario Quintana, los Verisimo, Alcides Maia y Dumond de Andrade, señalando además que en la actualidad los diarios son empresas comerciales y representan grandes intereses, lo que le ha quitado en parte el entusiasmo que debe provocar todo medio de comunicación.
Don Anselmo Amaral es en la actualidad un lúcido testigo de un cuadro social que hace 90 años comenzaba a impulsar el desarrollo de los “margullones” en el extremo sur del país continente. Entre el escombro de sus borradores están los jirones de un idilio con la historia de estos países subdesarrollados, a partir de los cuales fue reconstruyendo un pasado de aventuras, viajes y geografías camperas para que las nuevas generaciones pudieran disfrutar de un retrato de la sociedad rural tan pastoril como caudillesca que presentaba Río Grande en aquellos años.
Entre tantas obras resulta difícil analizar en una nota periodística el vasto contenido de las mismas sin quedarnos en lo superficial. Sin embargo debemos mencionar a Las Tres Sagas de una Larga Historia, como uno de sus libros más bien documentados sobre el pasado de la Banda Oriental y el Estado de Río Grande.
Si profundizamos en su lectura nos encontramos con un relato vivo de la campaña, sus hombres y sus costumbres, demostrando una fina observación para trasmitir el tiempo y sus vivencias. Leguas de campo que se pierden en el horizonte como dormidos bajo el sol de los “margullones”, donde los avestruces y venados disfrutan de sus días sin temor al hombre.
Don Anselmo era el dueño de la inmensidad grabando cada detalle para revivirlo 60 años después en sus libros y relatos. Entre otras podemos citar Amnistía (tesis política) Sepé Tiarajú ( pieza teatral) Os Campos Neutrais (historia) Garibaldi, Getulio Vargas y Brizola (estudios biográficos y algún libro de poesía, críticas y ensayos literarios lo que estaría certificando su trayectoria al servicio de las letras riograndenses.
Proliferan historias que se van mezclando con personajes reales de la época que van desde la fuga de Gabito, joven portugués de unos 20 años que desertó en dirección a la frontera, hasta la muerte del Coronel Diogo Osorio, ocurrida en el Chui el 24 de noviembre de 1752. Investigador metódico Don Anselmo nos va llevando por distintos lugares que supo transitar para volcar luego sus conocimientos en estos libros tan cautivantes como realistas. Cuando le preguntaron como había sido su caminata por la vida dijo simplemente “si mis pies sangran mucho por las piedras del camino, les respondería que todavía no miré para abajo. Ando de cabeza erguida, con los ojos puestos en el firmamento, siguiendo la trayectoria de la Vía Láctea, donde brillan millones de estrellas.”
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